Entorno familiar y educativo
Resulta esencial que se trabaje en la misma dirección tanto en casa como en las aulas y que la línea de acción se adapte a cada una de las edades evolutivas. Esto se conseguirá del siguiente modo:- Creando un ambiente de confianza para que el niño o la niña sienta que puede expresar lo que siente.
- Enseñándoles a verbalizar lo que experimentan en su interior, ayudándoles a poner nombre a sus emociones.
- Realizando juegos de roles en los que se les permita vivenciar lo que están sintiendo y saber cómo reaccionar y gestionar diferentes situaciones de la vida cotidiana.
- En clase, haciendo actividades de asamblea, puestos en círculo, para que cada uno tenga su espacio y su tiempo para contar cómo se siente y que pueda recibir apoyo si la necesita.
- A través de cuentos o vídeos con los que puedan aprender a reconocer y a manejar sus emociones.
- Fomentar actividades que propicien los momentos de calma como el mindfulness, el yoga o la técnica del semáforo, entre otras.
- Crear un apego seguro, es decir, generar un vínculo saludable que permita al niño o la niña repetir este patrón con sus otras relaciones interpersonales.
¿Cómo lo logramos?
1. Validando lo que sienten
Siendo comprensivos, dando cariño, respondiendo a sus necesidades, que se sientan aceptados y respetados. Debemos, a un tiempo, fomentar su autonomía y mostrarnos disponibles para ellos.2. Dando ejemplo
Los niños imitan todo lo que ven, así que la mejor manera de enseñarles a regular sus emociones es mostrándoles que los adultos de su entorno saben cómo hacerlo.3. Manteniendo un diálogo constante
Propiciar la comunicación con ellos y darles libertad para hablar, deben sentirse cómodos a la hora de expresar lo que sienten y saber que empatizamos con su sentir, tanto en casa como en el aula.4. Formación constante
Conviene tratar de aprender siempre más sobre este asunto, ya sea a través de cursos o libros.¿Qué pasa con los que son más intensos emocionalmente?
Con estos pequeños hay que tener en cuenta todo lo indicado anteriormente y, además, identificar sus conductas para poder acompañarlos desde la aceptación, comprensión y paciencia. Es importante diferenciar entre los que son intensos emocionalmente y los niños altamente sensibles (NAS). Los primeros son capaces de percibir todo muy fácilmente, lo acusan de forma muy poderosa y les cuesta autorregularse. Son muy conscientes de los cambios los estados de ánimo, los olores y de las cosas que suceden a su alrededor. Además, a menudo tienen dificultades de atención y son inquietos o hiperactivos. Los NAS, si bien poseen características similares a las de los anteriores, destacan por su alta sensibilidad emocional y sensorial y por su capacidad para procesar la información más profundamente que el resto; son muy reflexivos y empáticos. En este tipo de casos, es fundamental que aprendan a aceptarse tal como son, ya que esto les servirá para no resistirse y facilitará la utilización de herramientas de gestión emocional para sentirse mejor.Cómo ayudar a estos niños
Así, los podemos acompañar:- Evitando poner etiquetas o haciendo juicios de sus comportamientos.
- Utilizando la escucha activa para poder empatizar con ellos. Si están en un nivel muy alto de nerviosismo o enfado, ayudar a que se calmen o darles su espacio.
- Facilitándoles tiempos de descanso y recreo entre actividad y actividad, ya que, a veces, no son capaces de percibir que necesitan un momento de relax para estar tranquilos.
- Teniendo en cuenta que los lugares con mucho ruido y las personas bulliciosas les alteran y les pueden saturar.
- Del mismo modo, conviene rehuir los lugares que estén demasiado llenos de objetos y juguetes, para que no se desborden y podamos propiciar la concentración en un solo estímulo.
- Por lo general necesitan el contacto físico para sentirse seguros.
- Limitar el uso de pantallas.
Lecturas recomendadas
1. Para las familias
Los siguientes títulos servirán para que las madres y los padres amplíen sus conocimientos y les proporcionen más herramientas para el desarrollo emocional de sus hijos e hijas.- Cómo educar con firmeza y cariño – Disciplina Positiva, de Jane Nelsen.
- El cerebro del niño explicado a los padres, de Álvaro Bilbao.
- El cerebro del niño, de Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson.
- Cómo hablar para que sus hijos le escuchen y escuchar para que sus hijos hablen, de Adele Faber y Elaine Mazlish.
- Educación emocional y apego, de Rafael Guerrero.
Para los niños
Estos libros están pensados para trabajar estos aspectos con más pequeños:- El monstruo de colores, de Ana Llenas.
- Cuentos iceberg, de Ana Isabel Fraga Sánchez.
- Emocionario, de Cristina Núñez y Rafael Romero.
- Paula y su cabello multicolor, de Carmen Parets Luque.
- Cuentos para educar con inteligencia emocional, de Clara Peñalva y Sara Sánchez
Pamela Izquierdo Psicóloga y psicoterapeuta de Escuelas Infantiles El Mundo de Mozart Centro de Educación Infantil asociado a ACADE