A menudo, los primogénitos experimentan un abanico de emociones diversas cuando se dan cuenta de que, casi inevitablemente, ya no son el centro de atención. Ya sea un niño pequeño o un preadolescente,
es natural que experimenten celos. Estos sentimientos son complejos y se manifiestan de diferentes formas, desde un
apego excesivo, hasta el impulso de
evadirse de la situación. La forma en la que los adultos abordamos la llegada de un nuevo bebé (tanto en nuestra familia como en la de otros), puede influir en su percepción, por lo que te contamos cómo actuar con un niño que se ha convertido en hermano mayor.
Cambiar el enfoque desde el lenguaje
Las palabras son herramientas maravillosas que son capaces de
modificar perspectivas radicalmente,
construir o destruir.
La forma en la que nos comunicamos tiene el poder de generar en otros, y especialmente en los menores, un sinfín de semillas que germinarán en el futuro, por lo que debemos tener especial cuidado a la hora de hablar con los nuevos hermanos mayores.
Si bien esto puede hacerse desde antes de la llegada del nuevo miembro de la familia, hay que intentar
centrarse en la relación fraternal y no en el lugar que ocuparán respecto a los adultos, para
eliminar la necesidad de competir por el amor de sus padres. Esto reubica el enfoque en la
importancia de ser un hermano o hermana y cumplir ese rol. Por ejemplo, en lugar de decir: “mamá tendrá un nuevo bebé” dile “vas a tener un hermanito”. Y en vez de manifestar que sus papás están emocionados con los cambios, intenta decir “tu nuevo hermanito está muy feliz de conocerte y le encantará que lo abraces. Él te quiere mucho.”
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Hacerle partícipe de los cuidados del bebé potenciará el vínculo entre ambos | Fuente: Canva[/caption]
Si bien parecen cambios pequeños, tienen un
enorme impacto en la percepción infantil. Poner el énfasis en lo divertido que será con el tiempo, la nueva relación entre ellos es un enfoque diferente y ayudará a que toda la transición sea más fluida.
Recuérdales su propia llegada a la familia
Otra buena idea para que ellos también vean estas experiencias desde su propio punto de vista es recordarles, con historias y fotos, el momento en que ellos llegaron a la familia.
Hacerles ver lo bonito y divertido que fue aquel acontecimiento les dará una visión nueva para afrontar de otro modo lo que les tocará vivir en esta nueva dinámica hogareña que se presenta.
Generar una asociación positiva
Tanto familiares como amigos os visitarán para saludar y conocer al nuevo integrante, lo que, sumado a un montón de nuevos cambios en la vida diaria, puede provocarle el
síndrome de príncipe destronado. Probablemente, las visitas traigan muchas cosas nuevas para el recién llegado y le dediquen absoluta atención, lo que refuerza la idea al primogénito de 'quedar en segundo puesto'.
Un recurso sencillo es
ofrecerle regalos también a él, además de
dividir la atención entre todos los pequeños de la casa, para que asocien estas visitas con algo
positivo y entretenido; y no como una situación angustiante donde nadie les presta atención.
Además, algo que genera un refuerzo bonito es
comunicar desde la experiencia. Podrían ser
historias de tu propia relación con tus hermanos a su edad. Cuéntale qué cosas entretenidas hacíais de pequeños, como amigos y compinches, para que vislumbre que les esperarán
muchas aventuras juntos cuando crezcan.
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Generar asociaciones positivas reforzará el vínculo entre los hermanos | Fuente: Canva[/caption]
Tomarse tiempo para estar a solas
Encontrar momentos para estar
a solas con ellos es esencial para demostrar que no son solo palabras y que
el amor que reciben a diario no cambiará. Salir con el mayor, ya sea a un parque o a algún sitio de su agrado, para pasar un buen rato es una opción interesante. Pero si no te es posible hacerlo,
busca el modo para realizar actividades o juegos juntos. Aunque el tiempo que le dediques no sea especialmente largo, si es de calidad,
lograrás que sienta que cuenta para ti.
Pequeños ayudantes
Con todo lo que hay que hacer en casa, ¿qué mejor que un
pequeño ayudante que se sienta relevante y valioso a la vez? Dependiendo su edad, hay muchas cosas que pueden hacer por el bebé e incluso por sus padres. Dejar que tomen parte de algunas funciones domésticas influye directamente en su sentido de la
responsabilidad, de su valía, en su autoestima y en su autonomía personal, por lo que desde el cariño, resulta beneficioso enseñar a los hermanos mayores a ser parte activa de la crianza y el cuidado del nuevo integrante del hogar.
A los niños pequeños les gusta colaborar, lo que conviene aprovechar para otorgarle la
gestión de tareas simples. Desde traer un pañal para el bebé hasta que utilice un juguete para distraerlo; estos momentos lo hacen sentir importante. Cuando lo
incluyes proactivamente en la crianza del recién nacido, potencias su posterior vínculo con él.
Fomentar que se quieran y sean amigos de por vida es algo que todos deseamos, pero a veces la transición se hace difícil, especialmente cuando los más grandes se ven relegados y no pueden evitar
sentir celos. No te desanimes, ya verás que, con el apoyo de su entorno, se convertirá en un orgulloso hermano o hermana mayor.