1. Planifica la transición con anticipación
Lo más aconsejable es comenzar a revisar el horario de descanso y ajustarlo gradualmente un poco antes de que terminen las vacaciones escolares. Lo ideal es que cada día lo despiertes 15 minutos antes y lo acuestes 15 minutos antes, incluyendo la siesta si aún la duerme. También es recomendable volver a un horario de comidas más regular, similar al habitual. Si tu hijo se está despertando demasiado tarde y los ajustes de 15 minutos no son suficientes, adelanta su horario en intervalos de 30 minutos o más, según sea necesario, siempre de manera gradual. Es importante mantener este proceso incluso durante los fines de semana.2. Limita o elimina el tiempo frente a las pantallas
Si durante el verano has sido más flexible con el tiempo que tu hijo pasa frente a las pantallas, es hora de reducirlo durante este período de transición. Si aún no comprende la razón, simplemente disminuye el tiempo de exposición. Pero si ya tiene edad para entender, negocia límites claros y evita cualquier exposición a la luz azul de las pantallas al menos dos horas antes de ir a la cama. [caption id="attachment_237260" align="alignnone" width="1200"]
3. Vuelve al ritual de sueño
El ritual de sueño es fundamental. Nos referimos a los pasos que sigues con tu hijo antes de llevarlo a la cama: baño, cremita, pijama, toma o cena, cuento (o como quiera que sea el método que sigas, porque depende de cada familia y edad del pequeño), y sirve para hacer la transición entre la actividad del día y el momento de acostarse. Posiblemente, muchas noches durante el verano, se haya estado durmiendo en el carro mientras cenabas en el restaurante, en el coche de vuelta a casa o en el sofá mientras veía la televisión, por lo que es crucial reintroducir actividades que asocie con la hora de dormir y que envíen señales a su cuerpo de que es hora de descansar.4. Cuida la alimentación antes de dormir
Presta especial atención a lo que ingiere antes de acostarse, y evita alimentos y bebidas estimulantes como postres azucarados o refrescos de cola, así como cenas copiosas o difíciles de digerir. [caption id="attachment_237263" align="alignnone" width="1200"]
5. Habla con tu hijo sobre la importancia la rutina
Conversar sobre lo importante que es un buen descanso para su salud resulta crucial. Adapta el mensaje a su capacidad de comprensión y transmítele que el próximo verano será aún mejor si durante el año duerme las horas que le corresponden para su edad. En definitiva, hazle entender los beneficios del sueño: dile que fortalece su sistema inmunitario para afrontar mejor los virus del invierno, favorece su crecimiento, mejora su rendimiento, asienta aprendizajes, desarrolla la memoria y nos sirve para recuperar fuerzas, entre otras muchísimas cosas.6. Facilita la vuelta al colegio
Preparar juntos la mochila, mirar fotos de sus compañeros y hacer el trayecto a la escuela infantil o al colegio ayuda con la transición entre las vacaciones y el regreso a la rutina. Evita presionarlo con el nuevo curso, que no lo vea como una fuente de estrés, y fomenta la seguridad y confianza en sí mismo.Ajustes posteriores para alcanzar un patrón de sueño saludable
Si sigues los consejos mencionados, debería ser suficiente para que se readapte al horario previo a las vacaciones. Pero es probable que, una vez que empiece la rutina, necesite que le sigas apoyando de la siguiente forma:- Si cuando llega a casa le ves agotado y no aguanta hasta su hora de dormir, no dudes en acostarle antes y no estires innecesariamente el tiempo que puede estar despierto. Si tu hijo duerme la siesta y le cuesta hacerla en la escuela infantil o en el colegio, ofrécele una siesta de rescate (de media horita a mitad de la tarde) o llévale antes a la cama.
- Durante los primeros fines de semana intentad no hacer muchos viajes o muchos planes que requieran un desajuste de horarios. Se trata de estabilizar su rutina y de no confundirle.
- Haz que recupere el sueño acumulado de la semana durante el sábado y el domingo, pero poniendo límite a la hora de levantarse y las siestas.
- Si reclama más tu presencia para dormirse, dásela. La vuelta puede ser muy emocionante, pero no deja de tener un componente de estrés. Es importante que se sienta acompañado y seguro.

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