Tener distintas actitudes ante la crianza deteriora el ambiente familiar
Tammi Van Hollander, fundadora del centro especializado en terapias lúdicas Main Line Play Therapy, recuerda que durante la infancia “es necesario percibir que ambos progenitores trabajan en equipo velando por los intereses de sus hijos”. Cuando no existe uniformidad en las directrices educativas, los niños se sienten confusos y desorientados. Como consecuencia, su conducta puede volverse errática y empeorar un ambiente ya deteriorado por la existencia de esos mensajes contradictorios. [caption id="attachment_373010" align="aligncenter" width="700"]
Diálogo y consenso para evitar que las diferencias entre los padres afecten a los niños
Muchas veces debemos tomar decisiones que no gustan a nuestros hijos. Sin embargo, establecer reglas e impartir cierta disciplina es vital para su desarrollo. De la misma manera que necesitan sentirse queridos, es imprescindible que posean una referencia que se encargue de guiarlos y de exigir que cumplan con sus obligaciones. Por eso mismo, asegurarse de que completan sus tareas escolares y domésticas o supervisar su comportamiento son cuestiones en las que todos los referentes paternales deben intervenir. Van Hollander sostiene que el primer paso para que las diferencias entre los padres no afecten a los niños es “reservar un tiempo para debatir y crear un plan de crianza unificado". A partir de entonces y en todo momento, ambos han de apoyarse mutuamente en las decisiones que se toman. La confianza recíproca juega un papel fundamental en esta labor compartida, en cuyo desempeño es imprescindible evitar comportamientos como hablar mal del otro o desautorizarlo. [caption id="attachment_373011" align="aligncenter" width="700"]

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