1. Puestas de sol en Finisterre, Galicia
El Cabo de Finisterre o Cabo Fisterra fue considerado, durante mucho tiempo, el punto más occidental de la Tierra, por lo que se le conocía como el 'fin del mundo'. Este paraje natural deleita a todo aquel que lo visita con unas vistas espectaculares de A Costa da Morte, con sus acantilados pronunciados y sus playas paradisíacas de arena fina y blanca. Son muchas las guías turísticas que califican esta puesta de sol como una de las mejores de toda España, ya que se puede ver cómo nuestra estrella se va ocultando en el mar y ofrece un espectáculo de colores de belleza inigualable. [caption id="attachment_234229" align="aligncenter" width="700"]
2. Faro de Orchilla, en El Hierro
Ubicado en el municipio de El Pinar, este faro es un punto fantástico para contemplar la puesta de sol, considerada una de las más bonitas de todo el archipiélago canario, ya que el entorno y los colores anaranjados, violetas y añiles con los que se tiñen mar y cielo son inigualables. En la actualidad, el faro no está en uso, pero sigue siendo una visita obligada cada vez que se pisa la isla de El Hierro. Es muy especial, entre otros motivos, porque la punta de Orchilla es el lugar más occidental de todo el territorio español. Para acceder a él, hay una ruta bastante sencilla, que está señalizada. Sin embargo, el camino no tiene protección, por lo que hay que tener cuidado si vamos con niños pequeños, sobre todo para que no se acerquen demasiado al acantilado. [caption id="attachment_234236" align="aligncenter" width="700"]
3. El Mirador de San Nicolás, en Granada
Se comenta en las mejores guías de viajes que no hay atardecer como el de la Alhambra de Granada. Desde el barrio más emblemático de la ciudad, el Albaicín, y concretamente desde el famoso mirador de San Nicolás, es posible disfrutar de este espectáculo tan maravilloso mientras suena de fondo la música de los artistas callejeros que amenizan el momento de una forma única. [caption id="attachment_602656" align="aligncenter" width="700"]
4. El Park Güell, Barcelona
Barcelona está llena de rincones sorprendentes, quién lo duda. Pero, ¿sabías que su parque más representativo guarda un secreto espectacular? Pues sí, la puesta de sol más bonita de toda la ciudad. Al atardecer, el cielo adquiere unas tonalidades propias que, junto con los colores que llenan el Park Güell, producen una combinación con efectos asombrosos que no deja indiferente a nadie. [caption id="attachment_602657" align="aligncenter" width="700"]
5. Mirador de El Garbí, en Valencia
El Mirador de El Garbí está ubicado en el Parque Natural de la Sierra de Calderona, y se trata de uno de los lugares naturales más emblemáticos de la tierra valenciana, repleto de barrancos, desniveles y espacios forestales. El Garbí es conocido como 'el mirador de Valencia' por su peculiaridad y por las magníficas vistas que brinda del parque natural. Si hay algo que es imprescindible observar desde aquí es la puesta de sol y de sus bonitos colores, que inundan todo el paisaje que lo rodea y que ofrecen un momento único. [caption id="attachment_234237" align="aligncenter" width="700"]
6. Doñana, Huelva
El Parque Nacional de Doñana está considerado uno de los más bonitos y visitados de toda España. Se trata de un espacio en el que la fauna y la flora forman una combinación perfecta que lo convierten en un auténtico paraíso natural. Una de las actividades más demandadas en este bello paraje es realizar una visita al atardecer, ya que así se pueden contemplar las maravillosas puestas de sol sobre las marismas y los animales que las habitan. El paisaje, el cielo, la calma y toda la fauna que allí se reúne transforman la experiencia en un instante mágico que nadie puede perderse. [caption id="attachment_602659" align="aligncenter" width="700"]
7. Laguna de Gallocanta, en Zaragoza
La que se desarrolla sobre la laguna de Gallocanta está considerada como una de las puestas de sol más bonitas de la península. El espacio natural que rodea toda la laguna es un escenario de lujo para ver caer nuestra estrella lentamente sobre el horizonte, una experiencia digna de ver y recordar. Esta reserva natural está ubicada entre las comarcas de Campo de Daroca y Jiloca, y cuenta con una superficie total de 1400 hectáreas. Es una de las lagunas naturales más grandes de toda España y Europa y, además, una de las que recibe mayor número de grullas y aves migratorias. Así que el espectáculo al caer la tarde en este lugar está más que servido. [caption id="attachment_234238" align="aligncenter" width="700"]
8. El Templo de Debod, en Madrid
El Templo de Debod, uno de los monumentos más visitados de Madrid, regala la mejor puesta de sol de toda la ciudad. Fue una donación de Egipto realizada en el año 1968, después de que España ayudase a salvar y reconstruir los templos de Abu Simbel con el motivo de la construcción de la gran presa de Asuán, proyecto en el que participaron muchos países y que fue coordinado por la Unesco. Se encuentra situado muy cerca del paseo de Pintor Rosales, sobre una colina; en su nuevo emplazamiento se pretendió que mantuviera la orientación original: de este a oeste. Los juegos de luces a la caída de la tarde sobre el templo son una delicia. [caption id="attachment_602665" align="aligncenter" width="700"]
9. Isla Es Vedrá, en Ibiza
Esta pequeña isla, ubicada frente a la costa suroeste de Ibiza, se considera uno de los parajes más mágicos de las Baleares; no en vano, el islote está consagrado a la diosa cartaginesa del amor, Tanit. Esta pequeña obra de la naturaleza es uno de los lugares más especiales de España para disfrutar de este momento. El punto clave, sin duda, es la Torre des Savinar, situada en la Cala d'Hort. Desde allí se obtiene una panorámica perfecta de Es Vedrá y, durante el atardecer, se ve cómo el sol va cayendo lentamente, fundiéndose así con el mar y creando increíbles colores anaranjados y violetas. [caption id="attachment_602666" align="aligncenter" width="700"]
10. Faro de Punta Nati, en Menorca
Desde el Faro de Punta Nati se puede contemplar otra de las mejores puestas de sol de las Islas Baleares. Para llegar hasta el faro y poder ver el atardecer, lo más cómodo es coger el coche. Se trata del faro más cercano a la Ciutadella, y una vez que se llega hasta él, es preciso dejar el vehículo en un punto próximo, aunque cabe recordar que cuanto más cerca vayamos, más estrecho es el camino. En verano, este paraje natural suele estar muy frecuentado por turistas, ya que al ser uno de los mejores lugares para ver puestas de sol, mucha gente se apunta al plan. Recomendamos llegar un poco temprano para coger un buen sitio y no perdernos ni un solo detalle de cómo el disco dorado se va escondiendo en el mar y regalándonos un espectáculo de colores único. [caption id="attachment_234239" align="aligncenter" width="700"]

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