El Carnaval de Bielsa, en Huesca, es uno de los más originales y con mayor tradición del país. Singulares personajes como el Oso y el Domador, el Caballet, el Amontao, las Madamas o Trangas, atraen a miles de visitantes cada año.
Desde el jueves hasta el domingo, curiosos personajes cargados de simbolismo inundan las calles y convierten la villa en un hervidero de música, color y diversión, pero sobre todo de raíz y tradición.
El carnaval comienza la noche del jueves con la confección de Cornelio Zorrilla, un muñeco hecho de ropas viejas y rellenas de paja, que se cuelga en la ventana del ayuntamiento durante todo el carnaval. La fiesta termina el domingo cuando es juzgado por sus fechorías y condenado a morir apaleado y quemado en la hoguera.
Orígenes del Carnaval de Bielsa
Nada se sabe de la primera celebración y del origen de los personajes, lo que sí es cierto es que esta fiesta viene de épocas muy lejanas. Se trata de un rito con mucho simbolismo.
El Carnaval es una fiesta que une a los belsetanes y reafirma, año tras año, la identidad del valle. Tanto es así que, incluso durante la Guerra Civil y los años de la Dictadura, el Carnaval inundó las calles de Bielsa de fiesta y alegría.
