Andalucía ha sido tierra de fortificaciones desde su división en múltiples reinos de taifas y después se convirtió en un área fronteriza entre el Cristianismo y el Islam. El castillo de Burgalimar, ubicado en Baños de la Encina, en la provincia de Jaén, es reconocido como uno de los vestigios árabes más antiguos que se conservan en nuestro país. Surgió como una fortaleza omeya en el siglo X, rodeada por catorce torres defensivas. De manera sorprendente, Burgalimar apenas experimentó asedios, desastres naturales o restauraciones, lo que lo convierte en la fortaleza mejor preservada de época califal. El castillo está situado en la cima de una colina, lo que le proporciona una posición defensiva estratégica. El castillo cuenta con dos accesos. Los muros estaban recubiertos de una capa de arena y cal sobre la que se grabaron pinturas que imitaban fuertes sillares de piedra, con el fin de ocultar su pobre material e intimidar al enemigo.

Historia

El emir cordobés Al-Hakam II, descendiente de Abderramán III, ordenó su edificación y se concluyó en el año 968. Este soberano finalizó la magnífica Medina Azahara, la ambiciosa empresa de su progenitor. En la entrada del palacio se encuentra una placa conmemorativa de su inauguración original durante la época islámica. Aunque lo que observamos actualmente en el sitio es una réplica, dado que la inscripción histórica se halla en el Museo Arqueológico Nacional. En numerosas ocasiones, esta fortaleza cambió de manos entre fuerzas cristianas y musulmanas durante la Reconquista, lo que evidencia su valor e importancia. En 1225, el rey Fernando III el Santo la conquistó definitivamente para el bando cristiano. A pesar de ello, este castillo califal conserva un estado notable de preservación, destacando la calidad de su construcción por parte de los musulmanes. A lo largo del tiempo se han realizado restauraciones y modificaciones, sin embargo, conserva en su mayoría su apariencia y disposición originales. Cuenta con catorce torres, además de la torre principal.

Los reinados

El castillo de Burgalimar, apodado el de los siete monarcas, ganó su nombre por albergar a siete reyes durante la Edad Media. Entre ellos se encuentran Alfonso VII de León, Alfonso VIII de Castilla, Alfonso IX de León, Fernando III de León y Castilla, Pedro II de Aragón, Sancho VII de Navarra y Fernando II de Aragón. Cada uno dejó su marca en la historia, desde la conquista de territorios hasta participar en batallas clave como las Navas de Tolosa. A través de sus residencias, el castillo mantuvo su importancia política y militar durante siglos, destacando su papel como fortaleza cristiana tras la Reconquista.