Muchos
recién nacidos presentan un tono gris azulado en su mirada, aunque es probable que no se mantenga de forma permanente. Saber cuándo les cambia el color de los ojos a los bebés genera curiosidad en los padres, especialmente en los primerizos, quienes se preguntan
cuándo se definirá por completo.
En realidad, el tono del iris (la parte coloreada del ojo que rodea la pupila)
puede experimentar cambios durante el primer año de vida, sin que haya una regla fija para determinar el color definitivo. Algunos niños mantienen el mismo con el que nacieron, mientras que en otros se modifica con el tiempo.
¿Por qué se produce este cambio?
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Hasta los 6 meses o más no sabremos su color definitivo | Fuente: Canva[/caption]
Según la
Asociación Española de Pediatría (AEP), los ojos del recién nacido suelen ser azulados o grisáceos, y hasta los 6 meses no sabremos cómo serán.
El color del iris está determinado por
la melanina, una sustancia producida por células llamadas melanocitos. A medida que el bebé crece, los melanocitos pueden producir más melanina, lo que haría que se oscureciera el color de los ojos, tal y como se explica en un
artículo de la
Academia Americana de Oftalmología (AAO). Por ejemplo, los que inicialmente son azules pueden volverse
verdes, avellana o marrones dependiendo de la cantidad de melanina que se acumule en el iris.
¿Cuándo les cambia el color de ojos a los bebés?
Aunque las transformaciones más notorias se producen
entre los 3 y 6 meses de vida, los melanocitos a veces tardan hasta un año en completar su labor, por lo que no es posible determinar el color final hasta entonces.
Así pues, el que se observa a los 6 meses podría no ser el definitivo, ya que el proceso de pigmentación aún estaría en curso. Aunque no es posible predecir el momento exacto en que el que se establecerá por completo,
la AAO indica que
a los 9 meses muchos niños ya muestran el que conservarán de por vida. Sin embargo, en algunos casos, el proceso podría extenderse hasta
los 3 años.
¿Influye la lactancia en el color de los ojos?
Existe un mito bastante extendido que sugiere que la
lactancia materna podría aclarar el iris del bebé, y que el tono definitivo se define una vez que la madre deja de amamantar. Pero esta creencia carece por completo de base científica.
El color de los ojos está determinado exclusivamente por la genética, sin influencia alguna de la alimentación infantil.
Cómo funciona la genética en este caso
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El color de los ojos de los padres determinará en parte el de sus hijos | Fuente: Canva[/caption]
Así pues, quedamos en que el color de los ojos que tenemos se debe a los genes que heredamos de nuestros padres, pero el mecanismo es complejo. La
AAO explica que son
hasta 16 los genes pueden estar involucrados en la determinación del tono del iris.
Esta es la razón por la que es posible que un niño los tenga azules aunque los de ambos padres sean marrones. De la misma manera, un bebé puede heredar unos oscuros incluso si sus progenitores los tienen claros. Además,
los abuelos también influyen genéticamente, por lo que es posible que transmitan un tono distinto al de los padres.
Un
estudio publicado en la revista médica
Acta Ophthalmologica determinó
la prevalencia de los colores de ojos en 192 recién nacidos:
- 63 % marrón.
- 20,8 % azul.
- 5,7 % verde.
- 9,9 % indeterminado.
- 0,5 % una variación.
Los investigadores confirmaron que
el color marrón es el más común, especialmente entre personas de ascendencia asiática y africana, mientras que los ojos azules predominan entre los bebés de origen caucásico.
Aunque resulta imposible predecir cómo serán los ojos de tus hijos, en la siguiente imagen tienes
una aproximación del resultado final según la herencia de los padres:
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El color oscuro representa el gen dominante | Fuente: DreamsTime[/caption]
Otras razones por las que puede cambiar el color de los ojos
Aunque la variación en la tonalidad del iris es normal, existen ciertas
afecciones médicas que son susceptibles de influir en este fenómeno. A continuación mencionamos, apoyándonos en las
explicaciones de la
Academia Americana de Oftalmología, cuáles son las más destacadas y sus síntomas:
1. Iridociclitis heterocrómica de Fuchs
Se trata de una
inflamación en la parte frontal del ojo que puede provocar atrofia, cataratas y pérdida de pigmento. Si no se trata adecuadamente, podría derivar en glaucoma y, eventualmente, en pérdida de la visión.
2. Nódulos de Lisch
Son
pequeñas lesiones marrones que aparecen en el iris y que suelen estar asociadas a una enfermedad genética llamada neurofibromatosis. Estos nódulos por lo general son benignos y no afectan a la visión.
3. Pecas del iris
Son manchas pequeñas de color marrón causadas por la exposición al sol. Aunque parezcan preocupantes, en realidad
son inofensivas y no interfieren en la visión.
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Algunas peculiaridades en el color no afectan a la visión | Fuente: Canva[/caption]
4. Nevos del iris
Son manchas más grandes similares a un lunar. Se deben a
una acumulación de melanocitos y, en general, no representan peligro. Sin embargo, si crecen rápidamente, es importante acudir a un especialista, ya que podrían indicar un riesgo de cáncer.
5. Síndrome de dispersión pigmentaria
Se da cuando
el pigmento del iris se libera y se deposita en otras partes del ojo, lo que podría elevar la presión ocular y provocar glaucoma pigmentario.
6. Heterocromía
Se trata de
una anomalía que consiste en que cada ojo tiene un color diferente debido a una distribución desigual de la melanina.
Resulta totalmente inofensiva, se da con muy poca frecuencia y está vinculada con la herencia genética.
¿Cuándo consultar a un especialista?
El cambio de color en los ojos del bebé es
un proceso natural y progresivo, como hemos visto. Pero si notas en tu hijo pérdida de visión, nubosidad en la mirada o dificultades para reconocer objetos, lo mejor es que acudas a un oftalmólogo pediátrico para descartar posibles enfermedades visuales.