El
verano ya está aquí, y llegó el momento de
disfrutar de unos días de descanso. Después de la vorágine del curso escolar, con horarios apretados y malabares para encontrar momentos juntos, las vacaciones son la oportunidad perfecta para
reconectar con los niños y, por supuesto, con nuestra pareja. La clave del éxito está en encontrar un equilibrio saludable para todos, sin interferencias.
Cambiar de contexto, modificar nuestras rutinas y disfrutar en un ambiente relajado con actividades diferentes es crucial. Sin embargo,
uno de los errores más comunes, que solemos cometer los adultos, es enfocarnos exclusivamente en los niños, dejando a un lado a la pareja. Los vínculos que fortalezcamos durante este periodo probablemente sentarán las bases para el resto del año.
Crear espacios exclusivos para la pareja es bueno para toda la familia
Fátima Gallardo, terapeuta de pareja y familia, ofrece las siguientes recomendaciones, que me parecen interesantes recordar.
Muchas veces repetimos las mismas fórmulas de viaje sin preguntarnos si realmente nos satisfacen. Conviene verlo juntos,
planificar el destino, las actividades y el presupuesto, asegurándonos de que las expectativas de ambos estén consideradas.
Durante las vacaciones pueden surgir diferencias debido a la
disparidad de intereses. Es importante buscar un momento y un lugar tranquilo para hablar, entender lo que cada uno siente y desea, y negociar si es necesario.
Crear oportunidades para cenar tranquilos y realizar actividades juntos sin distracciones ayuda
recordar la importancia de la relación.
Participar en actividades que ambos disfrutemos
fortalece el vínculo y crea nuevos recuerdos compartidos. Puede ser dar un paseo, así como practicar un deporte o un hobby común.
Reflexionar sobre uno mismo, la pareja y la familia, proponerse cambios y
meditar sobre lo que se quiere mantener y lo que no, es positivo para enfocarse en lo que consideremos importante.
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Compartir responsabilidades
Repartir las tareas y responsabilidades durante las vacaciones alivia el estrés y genera un sentido de cooperación que facilita la convivencia, y nos permite a todos disfrutar del tiempo libre, sin sentirnos abrumados.
Iniciar o continuar con las tradiciones familiares fortalece los lazos y proporciona momentos especiales que esperaremos año tras año. Estas pueden ser tan simples como una noche de juegos en familia, una caminata al atardecer o una barbacoa semanal.
Leer un libro, hacer ejercicio o simplemente relajarse.
Asegurarse de que cada uno tenga tiempo para sí mismo es crucial, esto permite recargar energías y estar más presente y paciente en la relación.
Probar algo nuevo juntos, como un deporte extremo, una clase de cocina o un taller artístico, puede ser emocionante y fortalecer el vínculo,
ya que rompe con la rutina y añade chispa a la relación.
Buscar momentos para disfrutar y reír, incluso ante pequeñas adversidades,
puede hacer maravillas para la conexión emocional.
En verano,
fortalecer el vínculo de pareja con los hijos presentes puede parecer una locura, pero es fundamental para mantener y cuidar la relación. Las vacaciones son la oportunidad ideal para relajarse y desconectar del estrés diario, pero también para reconectar con el compañero de vida. Al aprovechar estos momentos propicios, el vínculo saldrá fortalecido.
Os deseo a todos un feliz y fructífero verano de planes juntos, bienestar y reconexión.
Prueba
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