Otro año más se termina. 2022 ha sido un largo viaje cuya parada final está próxima. Y, como cada etapa que finaliza, toca hacer balance de lo vivido, y, sobre todo, analizarlo con la perspectiva de lo que hemos aprendido. Nuestros hijos siguen creciendo y nosotros lo hacemos con ellos. Evolucionamos a medida que sus necesidades cambian, para poder seguir acompañándolos en cada nueva etapa que ellos comienzan. Estando cerca, pero sin interferir, para dejar que aprendan, por sí solos, a tomar sus propias decisiones y, poco a poco, vayan definiéndose como personas, con una buena autoestima y con valores sólidos.

Hacia una sociedad mejor

Partiendo de que hay elementos que se escapan de nuestro propio control, cabe destacar que las muestras de apoyo y solidaridad que se han dado durante este último período, dan a entender que no está todo perdido. Asimismo, este año, la ciencia ha seguido avanzando en lo que respecta a la investigación, logrando garantizar la calidad de vida y el bienestar de parte de la ciudadanía, que ha podido recibir tratamientos a sus enfermedades y dolencias, más allá de la COVID. En materia de género, a pesar de que todavía queda trabajo por hacer, podemos asegurar que en nuestro país, los niños y las niñas disfrutan de una educación igualitaria, pudiendo elegir su camino (estudios, profesión, amistades, hobbies) y tomar sus decisiones. Nosotros debemos apoyarlos y guiarlos para que tengan sus propios referentes y, seguir fomentando, desde edades tempranas, valores como el respeto y la tolerancia hacia las personas que son diferentes a nosotros. Por otra parte, la tecnología, bien utilizada y gestionada, ha seguido siendo una gran aliada, tanto para acceder a la información como para comunicarnos entre nosotros y con los seres queridos que viven lejos. Fomentar en nuestros hijos un uso responsable de la misma, para acercar conocimientos y limitar su uso, para que no se convierta en la única fuente de diversión, está en nuestras manos. Y, por lanzar un mensaje alentador en lo que se refiere al cuidado de nuestro entorno y del medioambiente, es importante recalcar el desarrollo exponencial de nuestra conciencia ecológica durante este último período. La muestra de ello se encuentra en las pequeñas acciones a las que tal vez no prestábamos tanta atención hace algunos años, como reciclar correctamente, darle un segundo uso a nuestros objetos y prendas y modificar los hábitos de consumo, asegurándonos que estamos eligiendo productos de cercanía y no procesados.

Agradecidos e implicados

Aunque no todo sea óptimo a nuestro alrededor, mirando con un poco de perspectiva, deberíamos estar agradecidos, ya que tenemos la suerte de vivir en un entorno donde nuestros hijos pueden estudiar, comer todos los días y contar con una familia que los quiere y apoya. Por ello, creo que debemos mantener una visión positiva del futuro y ayudar a que los niños también la cultiven. Porque, desde esta posición, podremos ayudar, aunque nos parezca insignificante, a los que más lo necesitan: mostrándoles respeto y cuidado a las personas mayores, cediéndoles el paso o el espacio cuando podamos, o asegurándonos de entender a los que son diferentes a nosotros, con empatía y aceptación. En definitiva, es tanto lo que podemos hacer para mejorar nuestra existencia y la de los demás, que nunca debemos dejar de observar todo lo que nos rodea, para, así, detectar aquellas necesidades que se puedan presentar y seguir contribuyendo a los avances de la sociedad. Por nuestra parte, seguiremos estando a vuestro lado, para acompañaros en el crecimiento de vuestros hijos, proponiendo planes enriquecedores para que construyan una infancia llena de momentos inolvidables. Gracias por este viaje, felices fiestas y próspero año nuevo.