Existe un único lugar en el que policías, veterinarios, oficinistas, profesores de karate y cocineros trabajan felizmente codo con codo. Ese Macondo es la imaginación de los niños y, también, su principal reflejo: los
juegos infantiles. El juego de roles, tanto en clase como en casa, suele considerase una actividad divertida e imaginativa, pero de poco valor educativo. Sin embargo, las apariencias engañan.
Te contamos las ventajas de estos juegos con los que tus hijos
aprenden a resolver problemas, a coordinarse, a cooperar y a pensar con flexibilidad.
El juego de roles y sus beneficios
El juego en la infancia es un proceso apasionante. A partir de los 22-24 meses los niños empiezan a complicar sus
juegos simbólicos. Además de imitar acciones de los adultos (por ejemplo, dar de comer a los muñecos o cantarles para que se duerman), comienzan a interpretar diferentes roles.
A partir de entonces, el juego de roles va adquiriendo cada vez más carga simbólica y si antes los objetos utilizados para el juego eran realistas, con el tiempo, un palo será una cuchara y
una caja la cama de un hospital. Al tiempo que los objetos se van sustituyendo,
los niños disfrutan interpretando roles diferentes con los que aprenden a negociar y a relacionarse con los demás niños.
En un
estudio de 2012, publicado en Psychology Today, el Dr. Scott Kaufman enfatiza el
valor de este tipo de juegos: "La investigación sistemática ha demostrado cada vez más una serie de beneficios claros derivados de la participación de los niños en juegos de simulación".
Cómo ayuda el juego de roles en la educación de los niños
1. Aprenden sobre ellos mismos y el mundo que les rodea
Los niños aprenden sobre lo que les gusta y lo que no les gusta, sus intereses y habilidades.
Experimentar diferentes roles les ayuda entender aquello que observan en su día a día. Por ejemplo, cuando juegan con muñecos, pueden convertirlos en versiones de sí mismos que les sirven para
expresar ideas y sentimientos de forma segura.
2. Les ayuda a procesar cosas nuevas, confusas o que les asustan
A través de sus juegos,
los niños se preparan para los eventos de la vida de forma segura, por ejemplo, cuando juegan al médico y se ponen las vacunas. Si ‘ensayan’ esto, cuando llegue la vacuna de verdad, no se asustarán tanto.
Muchas veces, los niños echan mano de este juego de roles para entender episodios más graves, como la enfermedad de un familiar, la ausencia de un padre, un divorcio o la pérdida de la casa.
3. Desarrollan sistemas de pensamiento social complejos
Los juegos de imitación son más que simples juegos,
requieren estrategias de pensamiento, comunicación y avanzadas. Los niños aprenden a negociar, a considerar la perspectiva de otros, a utilizar el conocimiento de unas áreas en otras, a equilibrar sus ideas con las de otros, a desarrollar un plan y llevarlo a cabo y asignar tareas. Todas son las mismas habilidades que necesitarán de adultos para coordinar un proyecto de trabajo, por ejemplo.
4. Cultivan la inteligencia social y emocional
Nuestra forma de interactuar con otros es muchas veces
la clave del éxito y la felicidad. Aprender a leer pistas sociales, reconocer y regular emociones, negociar, guardar turnos en las conversaciones y participar en una actividad larga y mutualmente beneficiosa no es algo fácil. El juego creativo e imaginativo es lo mejor para enseñar y ampliar estas actividades en los niños.
5. Sintetizan el conocimiento y las habilidades
El aprendizaje y desarrollo del niño no ocurren en momentos determinados; los niños tienen la oportunidad de
unir sus habilidades y conocimiento durante el juego. Cuando juegan a las tiendas usan las matemáticas para sumar los precios, escriben para apuntarlos en los carteles, agrupan las frutas y verduras por sectores, experimentan con formas y pesos y trabajan de forma colaborativa, porque cada uno tiene su papel. Es una forma de aprender jugando.
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Desarrollo de habilidades, de Andrew Seaman | Unsplash[/caption]
El rol de los padres
Como padre, puedes tener un papel activo en la implementación de estas habilidades. Anima a tus hijos a desarrollar el juego de roles poniendo a prueba su imaginación. ¿Cómo? Te damos algunos
trucos y ejemplos de actividades:
1. Utiliza cuentos
Invita a tus hijos a
recrear su cuento favorito o a que lo lleven más lejos y cambien el final. Anímales a que lleven ellos la historia con preguntas alternativas.
2. Dales muñecos y marionetas
Asegúrate de que tus hijos tienen acceso a muñecas, peluches y marionetas. No tienen por qué ser comprados,
pueden ser de papel o hechos con calcetines. ¡Hay mil formas de crear
juguetes caseros! Con ellos y a través del juego de roles,
los niños pueden dar ideas y sentimientos a estas ‘personas’ y ‘animales’ y usarlos para expresar, explorar y trabajar sus propias ideas, pensamientos y sentimientos.
3. Crea cajas de materiales
Son un recurso de lo más versátil. Se trata de cajas (o cestas o bolsas) que contienen
material para el juego creativo; por ejemplo la tienda de flores, la oficina, el restaurante y Correos. Tener materiales en estas cajas hace que los niños puedan jugar con ellos y expandir sus ideas. Claro que es muy probable que terminen usando el ordenador de la oficina, las flores y la comida del restaurante para montarse una casa o cualquier otra cosa que no tenga nada que ver. Pero eso es lo bonito de la imaginación.
4. Dales tiempo libre
Este tipo de juegos
requieren algo más que un periodo de tiempo de veinte minutos. Por el contrario, compensa tener la cocinita (o cualquier otro escenario propicio para el juego de roles) montada permanentemente o durante unos días y dejar que los niños exploren y aumenten su imaginación.
Prueba
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