Un amplio espacio de acción
Para propiciarla, hay que ofrecerle un espacio amplio en el que se pueda mover libremente y llegar a donde él quiera. Así podrá progresar en la coordinación de sus movimientos, el conocimiento de su esquema corporal y el fortalecimiento muscular. Esta maduración física le proporciona una seguridad en sus posibilidades motóricas, lo que hace que se sienta cada vez más independiente y orgulloso de los pequeños logros que consigue día a día hacia la total autonomía. Es así como se va construyendo un nivel de autoestima y confianza en sus capacidades. Constituye un paso muy importante en el plano emocional porque puede ir a donde está su madre, sin esperar a que sea ella la que se acerque; por fin, puede aproximarse y alejarse sin depender de lo que ella haga.Adquiriendo la conciencia de individualidad
Así pues, hacia los 6 meses comienza un largo proceso de individuación-separación en el que se da cuenta de que es un ser separado de su madre, empieza a entender que es una persona diferenciada y única. Es a partir de este momento cuando centra su interés en las cosas que puede agarrar y manipular. Esta evolución le permite alejarse de sus padres y establecer una relación con lo que tiene a su alrededor, objetos y personas. Él es quien, activamente, se separa y esto le permite conquistar el mundo.1. La fase preparatoria
Alrededor de los 7 meses empieza a reptar, ejercicio que le ayuda a fortalecer su musculatura y su equilibrio, y a avanzar hacia la siguiente etapa: el gateo. En ella aprende a equilibrar su cuerpo (hombros, caderas, columna vertebral, fémur, rodilla) y a coordinar su brazo derecho con la pierna izquierda y viceversa, moviéndolos al mismo tiempo.2. El ‘idilio con el mundo’
Su visión la centra en lo que va viendo a poca distancia, pues enfoca sus ojos hacia el suelo. Asimismo, va adquiriendo diferentes sensaciones táctiles al posar sus manos y piernas en distintas superficies. Y va calculando la distancia que le separa del objeto que desea agarrar o del espacio a donde quiere llegar. Este es un momento muy importante para su desarrollo porque se muestra motivado para conocer y relacionarse con su entorno. No para un momento y le falta tiempo para descubrir y experimentar. Es lo que los psicólogos llaman el ‘idilio con el mundo’. Si los padres evitan este desplazamiento, estarán frenando su evolución en todas las áreas, tanto a nivel cognitivo como físico, emocional y social.Preparar el terreno
Es el momento de ‘recoger’ la casa y quitar de su alcance todo lo que pueda llegar a ser un peligro para él. Los pediatras comentan que los accidentes domésticos son la causa principal de los ingresos en urgencias y que hay que retirar todo lo que puede ocasionarlos. A los 9 o 10 meses, al bebé le interesa investigar todo lo que se encuentra a su paso. Explora, golpea, rompe, tira o lanza para descubrir las acciones de causa-efecto sobre los objetos, para aprender de los errores y descubrir sensorialmente las cualidades, semejanzas y diferencias de las cosas. Y así, poco a poco, irá emergiendo el pensamiento simbólico y el conocimiento cognitivo. Es la fase en la que centra su interés en los objetos y espacios de la casa y ya no le interesan tanto los juguetes que le ofrecemos. Le encanta abrir y cerrar cajones, la tierra de las macetas, las plantas, los utensilios de la cocina y del baño, los enchufes, los botes de productos de limpieza, las escaleras, subirse a un sillón y todo lo que encuentra en su medio y le llama la atención.Sin acción no hay pensamiento
Cuando un niño carece de la oportunidad de moverse, bien porque pasa mucho tiempo tumbado en la cuna, en una hamaca o en brazos, no puede ejercitar la separación activa de la madre y esto repercute negativamente en su evolución afectiva, pues se queda fijado en la relación simbiótica que ha mantenido con ella hasta el momento.1. La lateralidad y el espacio mental
Gatear le ayuda a conectar y equilibrar los dos hemisferios cerebrales, y esto, a su vez, constituye una preparación cognitiva para adquirir el pensamiento. Por medio de la acción se forma el pensamiento, de tal manera que, sin acción, no hay pensamiento. Al conectar los dos hemisferios cerebrales, estamos capacitándolo para adquirir la lateralidad y el espacio mental, vitales para el aprendizaje de la lectura y escritura.2. Coordinación óculo-manual y pinza digital
Al ir a gatas utiliza sus manos para apoyarse y esta acción fortalece la musculatura necesaria para agarrar los objetos y adquirir, primero, una coordinación óculo-manual cada vez más fina. Después, la coordinación de los dedos, que favorece la utilización de la pinza digital, el mecanismo que le permite coger cosas pequeñas con el dedo índice y pulgar. Este movimiento nos diferencia del mundo animal y con él alcanzamos la condición de seres humanos.3. Orientación espacial y bipedestación
El gateo le permite orientarse espacialmente y calcular las distancias que hay al acercarse y alejarse de las cosas y de las personas. Esta fase le ayudará a desarrollar el equilibrio necesario para adquirir la bipedestación, esto es, para que pueda echarse a andar.Respetemos su ritmo
A veces empiezan a andar, pero luego vuelven a tirarse al suelo y gatear. No pasa nada, debemos respetar este retroceso. No hay que forzar la posición erguida, pues simplemente será que todavía no está preparado cerebralmente para este paso. Si lo obligamos, lo único que conseguiremos es una actitud miedosa e insegura en sus posibilidades. Ya andará cuando esté preparado. Muchos pasan de estar en el parquecito a ponerse de pie y después a andar y este hecho puede tener algunas repercusiones en su desarrollo. Alrededor de un 20 % de los niños no gatean y pasan a la bipedestación directamente. No hay un motivo que lo justifique, exceptuando problemas físicos o neurológicos que lo impidan. [caption id="attachment_535620" align="aligncenter" width="700"]
Consejos para favorecer el gateo
Es muy recomendable que tanto en casa como en la escuela infantil se favorezca, pues es un ejercicio muy beneficioso para su maduración.1. En los meses previos
Antes de llegar a esta etapa, en los primeros meses de vida, conviene ponerlo boca abajo en un tatami o alfombra para que vaya fortaleciendo su musculatura lumbar, dorsal y cervical, que le permite tener la cabeza erguida y mirar de frente. Esta postura no les gusta mucho y hay que cambiarlo frecuentemente de posición cuando veamos que está incómodo. Pero, poco a poco, irá adquiriendo la fuerza precisa para permanecer más tiempo colocado así, y es muy positivo, pues le entrena para gatear.2. Ejercicios de motivación
El gateo se puede estimular, pero no provocar, ya que surge de manera natural. Eso sí, debemos poner las condiciones para que pueda desplazarse en un espacio amplio, colocarlo boca abajo con un cojín debajo del pecho, sus manos enfrente y sus piernas en forma de ancas de rana. El adulto se pondrá enfrente de él, mostrándole un objeto para atraer su atención y que intente desplazarse para cogerlo.3. Juegos y actividades
Jugar mucho con él en el suelo, o en túneles de gateo, utilizar pelotas e intentar ir detrás de ellas, que el adulto imite la postura, perseguir al bebé para tratar de cogerlo con el clásico ‘que te pillo, que te pillo’ son algunas propuestas útiles. La actitud expectante y de protección de los padres no debe coartar la iniciativa y curiosidad de sus hijos, solo frenarla cuando sea necesario. Es lo mejor que podemos ofrecerles para que se desenvuelvan seguros y desarrollen una imagen positiva de sí mismos. Así alcanzarán la independencia y felicidad necesaria para desenvolverse en la vida que les espera.Pelancha Gómez Olazábal Escuela Infantil Jauja Centro de Educación Infantil asociado a ACADE
