Los docentes creen que los dispositivos tecnológicos afectan al aprendizaje
Según este estudio, el uso de dispositivos digitales en las escuelas con fines educativos está muy extendido, y en algunos casos superaría incluso las recomendaciones pediátricas de tiempo. Las herramientas más utilizadas son la pizarra digital (84 %), el ordenador portátil (66 %), la tablet (34 %) y el móvil (17%), y su aplicación en el 70 % de las ocasiones es expositiva, mediante la visualización de vídeos. [caption id="attachment_225305" align="alignnone" width="700"]
Los niños prefieren jugar y aprender sin pantallas
Curiosamente, y pese a que la digitalización en el aula y fuera de ella se justifica por el atractivo que suscita entre los menores, a los niños y niñas les gusta más jugar y aprender de forma tradicional, según han manifestado en la encuesta. Así, un 46 % prefiere desarrollar la lectoescritura sin recurrir a la tecnología, y consideran que están más atentos (55 %), son más creativos (76 %), organizados (45 %), resuelven mejor los problemas (55 %), memorizan mejor (58 %) y empatizan más (61 %) cuando trabajan sin pantallas. En lo que respecta al tiempo libre, los alumnos lo tienen claro: su prioridad es estar con amigos (78 %), ir al parque (55 %), hacer deporte (50 %) o manualidades (49 %) antes que jugar con pantallas, un dato que contrasta claramente con la tendencia social que se viene observando en los últimos años. "Si bien han mostrado su preferencia hacia los juegos no digitales, observamos que sus hábitos de juego son cada vez más digitales. Esta tendencia se muestra tanto en la escuela como en el hogar y esto está comenzando a preocupar a la comunidad educativa” - ha expresado Laura Camas Garrido, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, durante la presentación del estudio. [caption id="attachment_225300" align="alignnone" width="700"]
Prohibir las pantallas: ¿es la solución?
La preocupación manifestada por los profesores en este estudio no es una novedad. No en vano, la comunidad educativa, profesionales de la salud y otros expertos llevan años advirtiendo sobre el excesivo uso de pantallas por parte de los menores y su posible impacto en el desarrollo. Recientemente, el Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría (AEP) publicó un informe basado en la evidencia científica sobre los efectos de los dispositivos digitales en el aprendizaje. Sus conclusiones coinciden con las de otros especialistas: la clave estaría en un uso adecuado, moderado y supervisado. Así lo cree también Silvia Sánchez-Serrano, profesora de la Universidad Complutense de Madrid y miembro del equipo de la investigación. Silvia considera que "no se trata de prohibir o rechazar los dispositivos digitales", sino de "proteger a la infancia, regulando tanto el tipo de uso, como el contenido y adecuarlo a la edad". Por ello, la investigadora cree esencial "limitar la exposición y combinarlo con otros tiempos y espacios de juego libre, exterior y creativo, junto con juegos de construcción, de mesa, dramáticos, etc. Necesitan tener unos hábitos lúdicos saludables y equilibrados para su bienestar y desarrollo integral". Y precisamente, encontrar el equilibrio requiere de la colaboración de padres, educadores e incluso los propios niños. Según Pablo Busó, coordinador del departamento de Investigación Infantil y Pedagogía de AIJU, vamos por buen camino. "Los resultados muestran un cambio de tendencia" - ha afirmado - "Tanto las familias (padres y madres), como docentes e incluso niños y niñas son conscientes de que se ha llegado a un punto en el que el uso de la tecnología y en concreto de las pantallas es excesivo. Ante esta situación, el aprendizaje a través del juego y el juguete ha demostrado ser una alternativa realmente ventajosa".
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