Las razones que esgrimen padres e hijos
Cuando los docentes abordamos este tema en las tutorías grupales con los padres, suelen esgrimir que lo hacen porque "pesan mucho", porque "vamos más rápido por la calle", para "evitar discusiones y conflictos", porque "pobrecillos, están muy cansados" o ponen la excusa de "si no me cuesta trabajo". Cuando lo tratamos con el alumnado en el aula te suelen decir "pesa mucho", "siempre me la han llevado", "así puedo ir jugando por la calle", incluso hay quienes te reconocen que "no la llevo porque no me da la gana". ¿En verdad cargan todos los días tantos libros que se hace imposible que el alumno no pueda soportar el peso de llevarla? En este caso, si eso es así, error del docente o de la estructura escolar. Es cierto que los maestros debemos tener en consideración la cantidad y el peso de los materiales escolares que, diariamente, los alumnos de cada edad puedan asumir. ¿Y si hiciésemos una regla del tres y calculásemos el peso que tendría que transportar cada adulto?Analicemos el asunto más a fondo
Pero, en realidad, esto no es exclusivamente así. Aunque el peso fuese el correcto y el recomendado, muchos de esos adultos seguirían cargando con las mochilas de sus menores o con su pelota, rebeca, abrigo, paraguas, con el material de las extraescolares, la muñeca o el juguete. Incluso cuando van al colegio en coche se la llevan en ese breve trayecto que puede haber desde el lugar en el que está estacionado el vehículo hasta el colegio y viceversa. Es curioso cómo podemos comprobar que dentro del recinto escolar los niños llevan la mochila perfectamente y en cuanto salen lo primero que hacen es poner el carrito junto al adulto para que se lo traiga de vuelta a casa. Uno de los errores que suele cometer la sociedad en la que vivimos es la sobreprotección, el exceso de paños calientes y evadir a los menores de manera continua de sus responsabilidades. [caption id="attachment_251305" align="alignnone" width="1200"]
Enseñarles a ser autónomos y responsables
Una de las misiones que tenemos los padres es ayudar a nuestros hijos a espabilar, a saber desenvolverse en la vida de manera autónoma y responsable. Hay pasos que debemos ir dando que pueden llevarnos hasta este objetivo: vestirse, comer, ordenar su cuarto, realizar tareas del hogar, ducharse, estudiar. Son cometidos que deben partir de nuestra enseñanza con total supervisión y que deben asumir ellos gradualmente. Algo similar debe ocurrir con el hecho de llevar sus pertenencias por la calle. Cada cual debe cargar con su mochila y cuanto antes lo haga, mejor. Ya desde infantil, nuestros hijos pueden llevar perfectamente sus cosas. Si desde estas edades los educamos en ese hábito, reforzaremos su autoestima. Lo constructivo es educar a cada niño, a cada adolescente, a cada joven, a ser el responsable de sus cosas. No debe ser un tedio o un castigo como consecuencia de un mal comportamiento; debemos transmitirlo como un logro de autonomía y de confianza en sus posibilidades. Será un pasito dado para ayudarle a fortalecer la voluntad de llevar 'la mochila de su vida'.
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