En los últimos años, han ganado popularidad las bicicletas sin pedales para niños, recomendadas, especialmente, para aquellos que tienen entre 2 y 5 años. De esta manera, aprenden a andar en dos ruedas de una forma más segura, con los pies sobre el suelo y concentrados únicamente en mantener el equilibrio. Estas bicis también ayudan al desarrollo de las habilidades motoras gruesas, generan confianza y proporcionan una fácil transición hacia los modelos normales con pedales.
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Qué aportan a los niños
Todd Williams, terapeuta de rehabilitación pediátrica en el Logan Regional Hospital, en Utah, asegura que estas bicicletas ofrecen un mayor control a los niños al permitirles apoyar los pies en el suelo.
“Si puede mantener el equilibrio, es más fácil aprender el pedaleo más adelante, en lugar de intentar dominar ambas habilidades a la vez”, asegura Williams en un artículo del portal InterMountainHealthCare.org.
El terapeuta las usa con sus pacientes jóvenes, pero también utilizó una para enseñar a su hija a montar. En lugar de comprarle un modelo de marca, adquirió una de segunda mano y le quitó los pedales. La pequeña consiguió manejarla en dos semanas.
Conducir una de estas bicis, dice Williams, permite a los pequeños ciclistas desarrollar confianza y estabilidad mientras sienten que controlan su velocidad.
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¿Vale la pena comprar una?
Algunas personas prefieren enseñar a sus hijos en bicis normales, con la ayuda de ruedas de entrenamiento (los llamados 'ruedines'), mientras que a otros les preocupa que las bicicletas sin pedales sean demasiado costosas o simplemente una moda pasajera.
Los partidarios argumentan que las de equilibrio son mucho más seguras y permiten que los niños comiencen a montar a una edad más temprana. Para aquellos que no tienen la fuerza suficiente en las piernas para empujar los pedales, la simplicidad de propulsarse con los pies les brinda una libertad sin complicaciones.
Por eso el terapeuta pediátrico es un defensor a ultranza de estos modelos en un entorno de rehabilitación.
“El hecho de que un niño tenga una discapacidad no significa que no pueda hacer las cosas que otros realizan. Los pequeños con quienes usamos estos aparatos tienen dificultades con el movimiento recíproco del pedaleo, y algunos padecen ansiedad, por lo que se ponen nerviosos al conducir”, asegura Williams.
Razones para elegir una bicicleta sin pedales
Veamos varios motivos por los que tu hijo podría usarla para aprender a andar en dos ruedas:
1. Seguridad
Son más seguras y prácticas que las que llevan ruedas de entrenamiento y los triciclos. Estos últimos, además, son lentos, difíciles de maniobrar y se inclinan fácilmente en superficies irregulares.
En una bicicleta sin pedales, en cambio, los niños se centran en mantener el equilibrio, en lugar de pedalear. Como resultado, están más preparados ante una posible caída.
El asiento está mucho más cerca del suelo que en una normal. Si tu niño se cae, el golpe será más suave. Además, el vehículo solo puede ir tan rápido como tu hijo logre empujar, lo que significa que no tendrás que preocuparte por los accidentes que se sufren a mayor velocidad.
2. Son fáciles de usar
Debido a la ausencia de los pedales, los niños solo deben concentrarse en conservar el equilibrio. Esto hace que el proceso de aprendizaje sea mucho más sencillo.
“Estas bicis también permiten que los niños usen sus pies para detenerse, conducir y girar, teniendo más control y confianza para seguir andando”, asegura el ciclista australiano profesional Cadel Evans al sitio web Medibank.com.
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3. Economía
Muchos padres dudan en comprar una bicicleta sin pedales porque la consideran una pérdida de dinero, cuando de hecho puede reemplazar la necesidad de un triciclo o una bici con ruedas de entrenamiento.
4. Desarrollan fuerza y coordinación
El equilibrio no es la única habilidad que tu hijo adquirirá con ella. Su diseño les anima a usar los brazos y levantar las piernas cuando avanzan. Esto no solo les ayudará a desarrollar su fuerza, sino también a afinar sus habilidades motoras, la coordinación y la agilidad.
5. Ejercicio y diversión
Las bicicletas motivan a cualquier niño a salir de su casa para divertirse en el parque. A ellos les gusta la independencia y la sensación de logro, y son cosas más fáciles de obtener con este tipo de modelos. Tus hijos rápidamente se darán cuenta de que hay algo genial en andar en dos ruedas y querrán ser parte de la acción.
“Montar en bicicleta no solo es muy divertido, también es una excelente manera de hacer que los niños se muevan. A ellos les encantará subirse a la bici sin pedales para ir a cualquier parte o, mejor aún, participar en un paseo familiar”, comenta Evans.
6. Tiempo en familia
Andar en dos ruedas es una experiencia que motiva a toda la familia a salir al exterior y explorar el mundo. Las bicis de equilibrio permiten que los niños pequeños recorran senderos montañosos con mayor seguridad, acompañando a los padres y los hermanos mayores.
Además, son fáciles de transportar. Al no tener pedales, se acomodan fácilmente en el coche y en casa. “El diseño compacto las hace fáciles de trasladar. Son lo suficientemente pequeñas como para ubicarlas en el asiento trasero del coche y lo suficientemente livianas para recogerlas y llevarlas a casa”, explica el ganador del Tour de Francia en 2011.
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7. Facilita el aprendizaje
Los niños que optan por ellas generalmente comienzan a montar de forma normal a una edad más temprana que quienes utilizan ruedas de entrenamiento.
La transición entre la bici de equilibrio y los pedales es muy fácil. Durante el proceso de aprendizaje, no tendrás que sostenerlo por el asiento ni verlo caerse a cada momento. Simplemente dale una normal de su tamaño y déjalo andar libremente.
8. Evita las ruedas de entrenamiento
Por último, cabe destacar que estos modelos eliminan el trabajo de enseñar a tu hijo a montar. Una vez que haya conseguido a mantener el equilibrio, pronto podrá progresar a una bicicleta normal sin la necesidad de llevar las ruedas de apoyo.
En definitiva, conducir una sin pedales hace sentir a los niños seguros y confiados y les ayuda a fortalecer su autoestima.
