La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) ofrece en su web un protocolo de actuación dirigido a monitores y organizadores de campamentos de verano para que estén preparados ante los riesgos a los que se exponen los niños alérgicos que acuden a ellos. En él se especifican siete recomendaciones, entre las que figura la manera de actuar en caso de reacción o shock anafiláctico.
“Es indispensable que existan protocolos sobre cómo actuar en aquellos centros o lugares en los que estén presentes niños con diversas patologías, como las alérgicas”, advierte la doctora Ana María Plaza, jefa de Servicio de Alergia e Inmunología Clínica en Hospital Sant Joan de Déu, en Barcelona, y antigua presidenta de la SEICAP.
Cada vez más niños alérgicos
Según datos de esta sociedad, uno de cada cuatro niños tiene alergia, uno de cada diez es asmático y entre el 3 y el 8 % han desarrollado alergia a determinados alimentos, cifras que aumentan cada año. De ahí que el personal que se dedica al cuidado y atención de un menor, como es el caso de los monitores de campamentos, “deba contar con formación en alergias infantiles y, sobre todo, saber administrar un tratamiento de rescate que, en muchos casos, puede resultar vital”, explica Ana María Plaza. Sin embargo, en España “no existen protocolos de actuación nacionales sobre el tratamiento de las reacciones alérgicas graves para profesionales no médicos en contacto con los niños”, concluye.
Con lo que contamos es con un Documento de consenso sobre recomendaciones para una escolarización segura del alumnado alérgico a alimentos y/o látex. Lo elaboró en 2012 un grupo de trabajo formado por profesionales y expertos de los sectores de Educación y Sanidad tanto de la Administración central como de diversas comunidades autónomas.
Por otra parte, y según informa la Asociación Española de Pediatría en un editorial de su revista online Anales de pediatría, se han desarrollado varias iniciativas para tratar este problema “Andalucía y Galicia han sido pioneras y han diseñado protocolos que coordinan servicios educativos y centrales de emergencias con sus programas 'Aire' y 'Alerta escolar', que luego se ha extendido a otras comunidades como la Comunidad Valenciana y Baleares. En ambos programas los padres inscriben a los niños con estas patologías en el registro del Servicio de Emergencias”. En Castilla y León, Murcia y Cataluña también han tomado medidas, aunque al parecer menos completas.
También es preciso prestar mucha atención a las reacciones por picaduras de insecto, particularmente de avispas o abejas, que pueden causar una reacción que en ocasiones llega más allá de la local y resulta potencialmente grave.
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Protocolo de actuación de SEICAP
La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) hace hincapié en la necesidad de que los campamentos sean lugares seguros para los niños y niñas con asma o alergias. Con el fin de alcanzar este objetivo, en su página web pone a disposición de organizadores, monitores y familias un protocolo de actuación en campamentos, en el que se incluye el modo de proceder adecuado en los casos de reacción grave. Dicho protocolo recoge una serie de pautas que pueden resumirse como explicamos a continuación:
1. Asignar a un responsable
Si el campamento no cuenta con servicio de enfermería, tendrá que designar a una persona responsable encargada de la atención del niño con alergias o asma y saber cómo actuar en caso de reacción. El menor en riesgo deberá estar identificado por todo el personal del campamento.
2. Formación de monitores y personal del campamento
Es necesario que tanto el responsable asignado como el resto del personal reciban una formación sobre alergias infantiles impartida por un profesional sanitario.
3. Llevar el informe médico
Las familias tendrán que incluir en el equipaje el informe médico de su hijo o hija, con su historial completo de alergias, el tratamiento y las precauciones, por si fuera necesario acudir a un servicio de emergencias. Lógicamente, también llevará la medicación y uno o varios teléfonos de contacto.
4. Control de los comedores
La obligación del personal de cocina y del comedor es estar bien informado y conocer las medidas de seguridad idóneas para evitar contaminaciones cruzadas.
5. Sistema de contacto con padres y centros sanitarios
En caso de reacción alérgica, el personal a cargo del menor llamrá a urgencias. Y siempre, después de administrar la medicación, habrá que llevar al niño a un centro médico para su evaluación.
6. Custodiar y administrar la medicación
El responsable tendrá que custodiar la medicación, los inhaladores y la adrenalina autoinyectable, que deberá guardarse en un lugar seguro pero accesible en caso de emergencia. Además, es imprescindible que sepa cómo administrarla en el caso necesario y urgente.
Además, los expertos de la SEICAP recomiendan a los padres incluir en la mochila de sus hijos dos autoinyectores de adrenalina. De este modo, en caso de que el campamento esté alejado de un centro médico, se les podrá administrar y, si es necesario, repetir la dosis pasados entre cinco y quince minutos de la primera crisis.
7. Disponer de la autorización pertinente
Por último, para poder aplicar este tratamiento de emergencia con adrenalina, es recomendable que el campamento cuente con un permiso firmado por los padres o los tutores del menor.
Los síntomas más comunes
- Picazón o leve sarpullido en la boca y labios.
- Urticaria, ronchas o picor en extremidades u otras zonas del cuerpo.
- Enrojecimiento y lagrimeo de los ojos.
- Estornudos repetitivos, picor nasal y moqueo abundante.
Los síntomas más graves
- Ronquera, garganta cerrada, tos repetitiva e hinchazón en lengua, párpados, labios u orejas.
- Respiración entrecortada, agotamiento, piel o labios azulados.
- Pulso débil, presión arterial baja, desvanecimiento y palidez.

Qué hacer como padres de niños alérgicos
La SEICAP también ha elaborado una serie de recomendaciones para las familias de niños y niñas que sufren este tipo de problemas, cuyo cumplimiento sin duda contribuirá a una estancia más segura en los campamentos de verano. Estas son:
1. Informar a los organizadores
Lo mejor es que las familias faciliten un informe médico actualizado, con instrucciones por escrito, respecto al tipo de alergia, su alcance, riesgos potenciales, los síntomas más habituales, las medidas para evitarla, el tratamiento que debe seguir y cómo actuar en caso de reacción grave.
2. Llevar un botiquín en la mochila
El niño o la niña llevará todos los medicamentos, preventivos o de rescate, que pueda necesitar en función de su enfermedad: antihistamínicos, inhaladores, mascarillas FFPs para los alérgicos al polen o los ácaros de polvo, cremas especiales para los que tengan dermatitis atópica o cualquier otro. Y, además, las instrucciones pertinentes de conservación y uso para facilitar su administración en caso de necesidad.
3. Consultar el menú
Aconsejan también que los padres y madres, y el niño o la niña si ya es más mayor, estén informados del menú libre de alérgenos que se servirá para detectar cualquier alimento que pueda resultar peligroso o sospechoso.
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4. Normalizar la situación lo más posible
Consideran que es importante que el menor no se sienta excluido por su enfermedad y que pueda participar en las actividades como uno más. También la organización debe tener esto en cuenta y adoptar todas las medidas necesarias para que sean posibles, seguras y libres de riesgos.
5. Buscar campamentos para niños alérgicos
Terminan este listado de consejos para las familias recordando que la SEICAP colabora con distintas asociaciones en la organización de campamentos dirigidos a niños con alergia o asma. Proporcionan ayuda en la asistencia a estos menores y son de gran ayuda para aquellos que van a un centro de este tipo por primera vez.
Campamentos educativos para niños alérgicos
En los que organiza la SEICAP enseñan a los menores a convivir con su situación especial. “En ellos explicamos, a través del juego, autocuidados y desmitificamos algunas ideas que pueden influir en la calidad de vida de los pacientes”, señala la doctora Plaza.
Además, la SEICAP realiza durante todo el año “programas educativos y actividades orientadas tanto para los niños alérgicos como para sus familias y la sociedad en general, para difundir un mejor conocimiento de las enfermedades alérgicas”, afirma esta especialista. Uno de sus objetivos más importantes es conseguir que el niño “no sienta que vive en un mundo aparte y que puede realizar las mismas actividades que los demás”, concluye.
