Uno de los jardines más bonitos de la ciudad de Madrid es sin duda La Quinta de la Fuente del Berro, casi 8 hectáreas de preciosos rincones con los que toda la familia podrá disfrutar. La entrada principal a este parque se encuentra al final de la Calle Jorge Juan con la esquina de la calle Enrique de Almonte, allí nos toparemos con una tapia construida de ladrillo y dos torreones almenados que dan encanto a la puerta. Este parque tiene un total de 6 entradas: la principal, otra en la calle de los Peñascales, tres que lo comunican con el Parque de Sancho Dávila y otra más al sur con la Calle O'Donell.

Nada más entrar en el parque veremos la fuente principal que es el centro del Jardín de la Glorieta. Adosado al muro veremos La Casa del Reloj que era donde antiguamente vivían los guardeses de la finca y si seguimos por el camino de la izquierda llegaremos al antiguo Palacete de la Quinta de la Fuente del Berro, actualmente es un centro cultural del barrio de Salamanca. Una de las rutas más sencillas que podemos realizar dentro de este parque es la Senda del Agua, un recorrido que nos llevará de oeste a este del parque siguiendo el curso del agua de la Fuente del Berro que aprovisiona a varias fuentes, estanques, una ría, una cascada y hasta un lago dentro de este magnífico jardín.

Hay una zona de columpios antes de llegar a la explanada que limita con la Avenida de la Paz, también hay en esa zona mesas con sillas donde podremos disfrutar de una rica merienda o jugar al ajedrez. Uno de los encantos que seguro gustará a los más pequeños son los preciosos pavos reales que viven cerca del Palacete y que campan a sus anchas entre los setos y árboles. Una de las curiosidades de este parque es que en 1900 llegó a tener dentro un parque de atracciones con montaña rusa incluida.

El gran inconveniente de este precioso jardín son los numerosos desniveles y escaleras que posee, no aptas ni para sillas de ruedas ni para carritos de bebés. Si vamos con niños muy pequeños lo mejor es optar por la mochila de porteo para poder subir a todos los espacios y no perdernos ningún rincón de este pequeño edén.