La Edad Media fue una etapa oscura caracterizada por las guerras, los conflictos religiosos y las epidemias masivas. Un panorama desolador que, sin embargo, nos sigue generando fascinación
gracias al valioso legado cultural que ha llegado hasta nuestros días. De las creaciones artísticas que produjeron nuestros antepasados siguen en pie numerosas construcciones y se conservan asombrosos objetos de la época. Por fortuna,
España es un país que alberga incontables localidades que florecieron durante este periodo.
En ellas puede respirarse la herencia medieval más genuina, que ha dado lugar
a diversas costumbres y festividades, e incluso se ha transmitido a la gastronomía autóctona. Descubrir estos municipios junto a los niños no solo es una buena ocasión de aportarles útiles conocimientos. También les proporciona un extra de motivación para ampliarlos en el ámbito lectivo.
1. Olvera, Cádiz
Os proponemos una ruta por la Edad Media con el sur de la Península Ibérica como punto de partida. Tras atravesarla hasta la cornisa cantábrica, tendrá su fin en el norte de Cataluña. La primera etapa tiene lugar en
Olvera que, coronada por su imponente castillo, se extiende por una ladera dibujando un entramado de callejuelas con numerosas joyas ocultas.
Al doblar cualquier esquina, es frecuente verse sorprendido por
cuidadas iglesias de gran valor histórico, elegantes casas señoriales, pintorescas plazas y miradores con espectaculares vistas de las inmediaciones. Una zona que, allá por el siglo XIV, fue testigo del asedio de tropas cristianas hasta que las guarniciones musulmanas tuvieron que ceder el control de la localidad.
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Olvera, el bello punto de partida de nuestra ruta | Fuente: Ayuntamiento de Olvera[/caption]
2. Jerez de los Caballeros, Badajoz
Con un legado arqueológico que se remonta a la prehistoria,
Jerez de los Caballeros debe parte de su nombre a la intervención de la Orden de los Templarios en su conquista. Antes de eso, había estado bajo influencia musulmana desde principios del siglo VIII.
La fortaleza, de hecho, es de origen árabe, aunque fue reconstruida en la Edad Media, cuando también se levantaron las murallas.
Paseando por el centro del municipio es posible encontrarse
antiguas iglesias y conventos, así como edificios pertenecientes a ilustres casas nobles. Especialmente aquellos construidos en la etapa inmediatamente posterior a la medieval. Y es que, tras regresar de América, conquistadores oriundos financiaron elegantes palacios levantados con las riquezas acumuladas.
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Jerez de los Caballeros y su impresionante legado medieval | Fuente: Junta de Extremadura[/caption]
3. Consuegra, Toledo
Nos desplazamos al centro peninsular para descubrir
Consuegra, localidad con vestigios prehistóricos en la que se asentaron celtíberos, romanos y visigodos. Sin embargo,
no fue hasta el siglo XI cuando alcanzó especial relevancia, sobre todo por su valor estratégico en los conflictos bélicos entre cristianos y musulmanes.
El centro urbano se caracteriza por su valorada arquitectura religiosa, entre la que destacan las
iglesias del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y de San Juan Bautista. Otro de los referentes son los antiguos
Molinos de Viento, una construcción icónica de La Mancha. Pero, sin duda, el mayor atractivo es
el castillo, cuyos orígenes se remontan a una fortaleza del periodo califal.
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El castillo de Consuegra, referente de la localidad | Fuente: Junta de Castilla-La Mancha[/caption]
4. Sigüenza, Guadalajara
Ascendiendo
a la provincia de Guadalajara, nos adentramos en
Sigüenza. Sus más de dos mil años de existencia como ciudad explican su nutrido y valioso patrimonio arquitectónico, del que cabe destacar
la catedral, el castillo, los templos románicos y otras numerosas construcciones medievales.
Caminar por sus calles empedradas, pasando por enclaves urbanos como
la plazuela de la Cárcel o la plaza Mayor, os hará retroceder unos cuantos siglos. Para reponer energías, el cordero y el cabrito a la leña, así como los platos de caza con setas de la zona, son algunas de las propuestas más destacadas de la gastronomía local.
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Sigüenza, una localidad para viajar a la Edad Media | Fuente: Junta de Castilla-La Mancha[/caption]
5. Buitrago del Lozoya, Madrid
Viramos al oeste para descubrir
Buitrago del Lozoya.
La imponente vista del río que da nombre a la localidad, serpenteando a los pies de sus murallas medievales, justifica sobradamente el desplazamiento. Su importancia geográfica y comercial desde el siglo XI explica la riqueza arquitectónica que alberga el perímetro defensivo.
Una construcción en un excelente estado de conservación pese a datar, aproximadamente, de hace un milenio. Dentro del núcleo urbano, la
torre del Reloj, del siglo XIV, el
castillo de los Mendoza, con su mampostería mudéjar, y la
iglesia de Santa María del Castillo se incluyen entre las visitas imprescindibles.
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El entorno de Buitrago del Lozoya crea un paisaje único | Fuente: Comunidad de Madrid[/caption]
6. Pedraza, Segovia
Conocido por ser
uno de los pueblos más bonitos de España,
Pedraza impresiona a todo el que la descubre por su minuciosa conservación. Poblada por los celtíberos y los romanos, adquirió especial importancia en el siglo XI, periodo de disputas religiosas por el control de esta área geográfica. Su castillo es conocido por ser uno de los más antiguos de Europa y servir de residencia de los condestables de Castilla
Recorrer sus calles adoquinadas, conservadas como si el tiempo se hubiera congelado, os ayudará a retroceder varios siglos. Lo mismo que os sucederá al adentraros en
la cárcel de la Villa, que esconde curiosidades y macabros secretos de la época en la que albergaba reos. Y para elevar la visita a la máxima categoría, os proponemos finalizarla compartiendo un asado de cochinillo o cordero lechal y unos judiones de La Granja.
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Pedraza destaca por su excelente conservación | Fuente: Ayuntamiento de Pedraza[/caption]
7. Ávila
Después de ser asentamiento romano, visigodo y musulmán,
Ávila pasó a ser controlada por los cristianos en el siglo XI. Poco más tarde fue reconstruida
su icónica muralla, levantada originalmente hace unos dos milenios. Se trata de la seña de identidad de un casco urbano que, rodeado por ella, oculta abundantes atractivos.
Como
la catedral, considerada la primera gótica de España, o la basílica de San Vicente. Esta última, situada en los extramuros, fue levantada originalmente hacia 1120. Época de la que datan las iglesias de San Pedro y de San Andrés, referentes inmejorables de un periodo románico del que todavía se conservan abundantes construcciones.
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Ávila es una de las ciudades medievales más representativas | Fuente: Junta de Castilla y León[/caption]
8. Ciudad Rodrigo, Salamanca
Fundada por los vetones y ocupada posteriormente por romanos, musulmanes y cristianos, tomó su nombre actual del conde Rodrigo González Girón. Además de su esencia medieval, una buena cantidad de las edificaciones de su casco histórico se erigieron los siglos XV y XVI, época en que la ciudad vivió un gran periodo de esplendor.
Volviendo unos siglos atrás, cabe destacar el estilo mudéjar de la
iglesia de San Pedro y San Isidoro y los remates góticos de la
catedral de Nuestra Señora de Santa María. Caminar por el paseo del adarve de la muralla y visitar el castillo de Enrique II de Trastámara son otras actividades imprescindibles al ir a la localidad.
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Ciudad Rodrigo, una localidad que rebosa historia y arte | Fuente: Junta de Castilla y León[/caption]
9. León
Con unas dimensiones más grandes que las anteriores poblaciones,
León conserva abundantes tesoros arquitectónicos de inmenso valor. Como el
palacio del Conde Luna, una obra maestra del gótico clásico,
su catedral o la Real Colegiata de San Isidoro, uno de los monumentos románicos más importantes a nivel nacional.
De la
muralla medieval, levantada en 1324 para proteger el caserío que había desbordado las antiguas defensas romanas, se conservan dos tramos y varias puertas de acceso. Otra de las construcciones más interesantes es
el castillo que, con orígenes romanos, sirvió como prisión en la Edad Media y hoy funciona como Archivo Histórico Provincial.
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La catedral de León, uno de los edificios medievales más conocidos | Fuente: Junta de Castilla y León[/caption]
10. Santillana del Mar, Cantabria
Santillana del Mar gozó de gran influencia y notoriedad durante la Edad Media, cuando se convirtió en un centro de comercio y transmisión de conocimiento. Tras recorrer su trazado urbano, pronto comprenderéis por qué es considerado uno de los pueblos más bonitos de España. Dentro de su patrimonio histórico,
la colegiata del siglo XII es el monumento religioso más importante del románico cántabro.
Haríais bien en adentraros en ella y recorrer su claustro, donde podréis contemplar las minuciosas escenas gráficas grabadas en los capiteles.
La torre del Merino y la de Don Borja, ambas del siglo XIV, son otras edificaciones relevantes que sirvieron como residencias de importantes familias nobles. Y, si necesitáis recuperar energías, un nutritivo cocido montañés o las delicias de la cercana costa cantábrica son algunas de las alternativas más típicas.
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Las calles de Santillana del Mar parecen ancladas a otra época | Fuente: Ayto. de Santillana[/caption]
11. Hondarribia, Guipúzcoa
Viajamos hacia el oeste por la cornisa cantábrica hasta alcanzar
Hondarribia, una villa marinera medieval que se ubica en la desembocadura del río Bidasoa. A lo largo de la Edad Media, fue fortificada con las representativas murallas que todavía se conservan en buen estado. Entre el resto de sus vestigios de la época, se incluyen palacios, casas nobles y torreones.
El más importante es el
castillo de Carlos V, erigido originalmente por los godos y utilizado posteriormente para alojar a miembros de la realeza y la nobleza.
La puerta de Santa María y la de San Nicolás dan acceso a un conservado núcleo urbano que, en un buen estado de conservación, parece que quedó congelado en el tiempo siglos atrás.
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Hondarribia, una puerta de entrada a la Edad Media | Fuente: Ayto. de Hondarribia[/caption]
12. Estella, Navarra
Atravesada por el río Ega, Estella cuenta con un casco histórico en el que destacan distintas construcciones románicas y góticas. Como el
palacio de los Reyes de Navarra, la iglesia de
San Pedro de la Rúa, la de San Miguel, la del Santo Sepulcro y el convento de Santo Domingo. En el centro urbano, la plaza de los Fueros acoge periódicamente un tradicional
mercado medieval.
La ambientación de la época os hará retroceder al pasado mientras descubrís las variadas mercancías ofrecidas en los puestos. Y tras las contundentes propuestas culinarias anteriores, por otra parte, adecuadas para los meses más fríos, nada mejor que degustar las saludables especialidades de la zona. Entre otras, son típicas la menestra de verduras, los espárragos y los pimientos del Piquillo.
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Estella, parada obligatoria para los amantes de la Edad Media | Fuente: Ayto. de Estella[/caption]
13. Aínsa, Huesca
Rodeada por un espectacular entorno natural,
Aínsa ha sido habitada por celtas, romanos, musulmanes y cristianos. El antiguo trazado urbano, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1965, os trasladará inmediatamente a la Edad Media. Al igual que
su castillo, la muralla y las puertas de acceso a la localidad.
La minuciosidad decorativa de la
iglesia de Santa María, del siglo XII, la convierten en uno de los máximos exponentes del románico del Alto Aragón. No obstante, esta visita os ofrecerá mucho más que arte y cultura. Y es que es un
punto de partida ideal para emprender excursiones con los niños, a pie o en bicicleta, por los ricos ecosistemas colindantes.
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Aínsa, una localidad medieval con un entorno de ensueño | Fuente: Turismo de Aragón[/caption]
14. Besalú, Girona
Finalizamos el recorrido en
una de las poblaciones mejor conservadas de esta etapa en España. El puente de piedra románico que atraviesa el río Fluvià es el mejor punto de partida para adentrarse en
Besalú. Un trayecto hacia un mundo pasado que posibilita su arquitectura de la época, con la
església-hospital de Sant Julià, del siglo XII, y el
monasteri de Sant Pere, con su campanario gótico, como algunos de los máximos exponentes.
La Judería, de la que se conserva la sinagoga y los baños, ofrece otra estampa inmejorable que trasladará vuestras mentes al pasado. Y, si queréis llevar la experiencia a otro nivel, programad la visita para el último fin de semana de agosto. Esos días se celebra
el festival medieval, que cuenta con recreaciones de batallas, exposiciones de artesanía e iniciativas gastronómicas tradicionales.
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Besalú, una población congelada en plena Edad Media | Fuente: Catalunya Turisme[/caption]