Sin lugar a dudas,
Lisboa es uno de los destinos favoritos de
Europa a la hora de tomar la decisión de hacer un viaje en familia. Tradición, cultura y modernidad se dan la mano en esta carismática ciudad que conquista por su arquitectura, su belleza y sus gentes.
Para que no os perdáis nada de la capital de Portugal, en Sapos y Princesas hemos preparado esta guía para visitar Lisboa en 48 horas con niños.
Os recomendamos que, antes de empezar, y si habéis decidido dejar el coche en casa, os hagáis con un billete para recorrer Lisboa en metro y que se puede utilizar durante todo el día (su coste es de 6,15€). Pero, antes de empezar esta bonita aventura por la capital portuguesa, no olvides
reservar tu alojamiento familiar aquí.
Día 1
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Torre de Belém[/caption]
Recomendamos empezar la visita (bien temprano) por el famoso
barrio de Belém, por ser uno de los grandes imprescindibles de esta maravillosa ciudad y uno de los destinos de vuestro itinerario que más tiempo os llevará conocer.
A pesar de encontrarse un poco más alejado del centro, es muy fácil llegar hasta él en tranvía (el número 15 que puede tomarse, por ejemplo, desde la Plaza del Comercio). Contiene dos de las joyas arquitectónicas más valiosas de toda Lisboa: el
Monasterio de los Jerónimos y la
Torre de Belém, ambas construidas en el siglo XVI y declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tampoco podéis perderos el
Monumento a los Descubrimientos y los deliciosos
pasteles de Belém, que les encantarán sobre todo a los niños.
Otra de las maravillas que veréis en este barrio es el
Puente del 25 de abril, que atraviesa el estuario del río Tajo. Se trata de uno de los símbolos más reconocibles no solo de Lisboa, sino también de Portugal. Al otro lado del río divisaréis la figura del impresionante
Cristo Rei, localizado en la localidad vecina de Almada. Tiene 28 metros de altura y un pedestal de 75 metros que alberga una capilla. Si disponéis de algo más de tiempo, no dudéis en visitarlo.
Llegado el mediodía, podéis tomar el tranvía de vuelta a la
Plaza del Comercio, hacer una paradita para comer y descansar y visitar toda la parte centro de Lisboa. En ella contemplaréis el imponente
Arco de Augusta. Desde 2013, en su parte superior se ha habilitado un mirador desde el que poder disfrutar de impresionantes vistas de la ciudad.
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Plaza del Comercio[/caption]
De vuelta a la Plaza, encaminad vuestros pasos hacia el Barrio de la Alfama y subid al conocido
Elevador de Santa Justa, con 45 metros de altura. Después, podéis visitar la
Casa Dos Bicos, que os sorprenderá por su curiosa fachada. Desde allí podéis ir a la
Catedral de Lisboa (Sé de Lisboa). Desde el inicio de la construcción en el año 1147, el edificio ha sido modificado en varias ocasiones y ha sobrevivido a varios terremotos. Actualmente es el resultado de una mezcla de distintos estilos arquitectónicos.
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Elevador de Santa Justa[/caption]
Siguiendo con el recorrido llegaréis al
Castillo de San Jorge. Fue construido por los musulmanes a mediados del siglo XI como elemento defensivo de las élites que habitaban en esta ciudadela. El castillo fue declarado Monumento Nacional y cuenta con jardines, miradores, una ciudadela, terrazas, museos, un núcleo arqueológico, un periscopio (la Torre de Ulisses, inventada por Leonardo da Vinci en el siglo XVI), una tienda y un restaurante. Su período de máximo esplendor se extendió desde mediados del siglo XIII hasta principios del siglo XVI, época en la que el castillo estuvo ocupado por los reyes de Portugal. Perfecto para enseñarle a vuestros hijos un poco de historia del país.
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Castillo de San Jorge[/caption]
Si aún os queda algo de tiempo, o aprovechando su recorrido de vuelta al hotel, podéis tomar el emblemático
tranvía 28.
Día 2
En el recorrido del segundo día visitaréis la zona más moderna de la capital lusa, comenzando por la
Plaza del Rossio, el centro neurálgico de la vida en el centro de la ciudad desde el siglo XIII, oficialmente llamada Plaza de Don Pedro IV. Es la zona más animada de la ciudad y el lugar de cita de vecinos y visitantes. En los lados de la plaza y en sus calles aledañas encontraréis tiendas, bares y restaurantes de los más famosos de la ciudad. En ella podréis ver la estatua de Don Pedro IV, el Teatro Nacional Doña María II y la Estación Ferroviaria de Rossio.
Muy cerca veréis la
Plaza de los Restauradores, que marca el límite entre la Avenida da Liberdade (Avenida de la Libertad) y el comienzo de la Baixa. Subiendo la
Avenida de la Libertad en dirección norte encontraréis numerosas tiendas, hoteles,
boutiques y teatros. En 15 o 20 minutos llegaréis hasta la
Plaza del Marqués de Pombal, donde comienza el impresionante
Parque de Eduardo VII. Se trata del parque más grande ubicado en el centro de Lisboa, con un total de 25 hectáreas. En el lado noroeste se encuentra la
Estufa Fria, un jardín botánico con plantas exóticas, riachuelos, cascadas, palmeras, arbustos con flores y bananeras. La
Estufa Quente posee plantas y animales de clima tropical. También se encuentra un lago con carpas grandes y un parque infantil, con forma de galeón. Sacad la cámara de fotos, porque sus vistas son inmejorables, y además, no tan conocidas como las que hemos mencionado hasta ahora.
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Parque de Eduardo VII con la estatua del Marqués de Pombal de fondo[/caption]
A unos 30 minutos en transporte público, unos 20 si vais en coche, se encuentra la
Estación de Oriente (diseñada por Calatrava), muy cerca del último destino: la zona de
Parque de las Naciones, en los terrenos que albergaron la Expo 98. Sin duda, algo que encantará a los niños será el Oceanário, el mayor acuario de interior de Europa.
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Oceanário de Lisboa[/caption]
Para terminar
rozando el cielo de
Lisboa con la punta de los dedos, un viaje en el
Telecabine del
Parque de las Naciones es otra de las visitas obligadas para observar la ciudad
a vista de pájaro.
Y si habéis decidido alargar vuestra estancia, os recomendamos pasear por el
Barrio del Chiado, el espacio más bohemio de Lisboa, mientras escucháis los fados de los artistas callejeros. Tomad el ferri y cruzad a la otra orilla del río para visitar al
Cristo Rei y disfrutad de sus impresionantes vistas. Descubrid el
Puente de Vasco de Gama (el más largo de Europa) y perdeos por las calles de esta sobrecogedora ciudad, que rebosa historia, romanticismo y belleza.
Si os quedáis con ganas de más (que seguro que sí) no os perdáis nuestra selección con los
10 sitios imprescindibles para visitar en Lisboa.
Prueba
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