1. Analizar qué parte del curso se perderán
En primer lugar, es imprescindible tener muy en cuenta en qué fase del curso se encuentran los niños. No es lo mismo que estén en una época de exámenes o introduciéndose en nuevos contenidos de especial relevancia. Casos en los que no deberían ausentarse salvo por causas de fuerza mayor o que los días en cuestión estén siendo utilizados por los maestros para repasar contenidos ya vistos. En este último supuesto, cabría la posibilidad de que puedan realizar esas tareas en el destino vacacional. [caption id="attachment_230720" align="aligncenter" width="700"]
2. Tener en cuenta su evolución académica
También es importante valorar la evolución concreta de nuestros hijos. Si están teniendo problemas para aprobar, perderse horas lectivas que puedan resultar decisivas para su rendimiento no parece la mejor idea. En cambio, cuando sus calificaciones sean altas puede que la repercusión por ausentarse unos días no llegue a ser tan notoria.3. No dilatar la ausencia en exceso
Tal y como advierte la Academia Americana de Pediatría, faltar al colegio por un viaje durante una semana puede ralentizar significativamente, en líneas generales, el proceso de aprendizaje. Un aviso en el que también incluyen a los alumnos de Primaria, dejando como única excepción una etapa de Educación Infantil en la que los efectos no son tan significativos. Por tanto, si nuestra escapada implica un absentismo superior a dos o tres días, sería conveniente que nos detuviéramos a pensar en las potenciales consecuencias negativas.4. Valorar el tipo de viaje que queremos hacer
Además, haríamos bien en analizar el tipo de experiencia que pretendemos organizar. Si contiene una importante carga didáctica o incluso puede complementar algunos de los contenidos que se estén enseñando en la escuela, es posible que termine siendo positiva para ellos. Por el contrario, en caso de tratarse de una propuesta únicamente caracterizada por el ocio y la diversión, sería mejor posponerla para cualquier periodo no lectivo.5. Asegurarnos de que no perciben la asistencia a clase como algo opcional
Aunque las circunstancias para faltar al colegio por un viaje sean favorables, deberíamos cerciorarnos de que nuestros hijos tienen muy claro que se trata de una excepción. Despertar en ellos la sensación de que el absentismo es una opción válida, sin tener en cuenta los matices mencionados, puede resultar muy perjudicial para ellos en el futuro. [caption id="attachment_230759" align="aligncenter" width="700"]
6. Hablar con los profesores
Como parte implicada en su proceso formativo, más aún desde la experiencia y el conocimiento que poseen al respecto, el equipo docente representa una voz autorizada que debemos tener siempre en cuenta. No solo para recibir su aprobación y quedarnos así más tranquilos, sino también para programar acciones complementarias que amortigüen los efectos negativos de la ausencia de clase de los niños.7. Asignarles tareas para que no estén perdidos a la vuelta
Y es que, en la mayoría de las situaciones, puede resultar tremendamente útil que los profesores les asignen tareas diarias para llevar a cabo durante esos periodos vacacionales. Destinar un rato cada jornada para completarlas puede marcar las diferencias a su regreso, e impedir que su desorientación desemboque en un descenso en sus calificaciones.8. Incentivar el aprendizaje durante la experiencia
Durante el resto de los momentos de la escapada, podemos aprovechar para fomentar su adquisición de conocimientos. Por ejemplo, involucrándolos en la organización del itinerario, motivándoles para recabar información de los destinos que visitaremos e incentivando, a lo largo de la estancia, visitas culturales que les enriquezcan como individuos.
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