El verano 2021
va a estar marcado por los viajes de proximidad y
la Red de Juderías de España, formada por varias ciudades repartidas por la Península, ofrece una
propuesta turística de lo más interesante. Gastronomía, cultura, patrimonio y arquitectura son los ingredientes principales para descubrir el
legado judío en España.
Los Caminos de Sefarad son, sin duda, una manera diferente de viajar por nuestro país y de disfrutar en familia de una experiencia cultural única.
La Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad es una Asociación constituida por municipios que cuentan, en sus conjuntos medievales, con un patrimonio arquitectónico, histórico, medioambiental y cultural
heredado de las Comunidades judías que los habitaban. El objetivo es defender su patrimonio histórico y legado judío a través de proyectos culturales, turísticos y académicos. A continuación os detallamos algunas de las
ciudades y municipios que forman parte de ella.
Se cree que
los primeros judíos que llegaron a esta villa lo hicieron en 1605 y de su legado nos encontramos con la judería de Ribadavia. La mejor manera de visitarla es empezando por el
Centro de Información Judía de Galicia situado en el Pazo de los Condes de Ribadavia, un edificio que data del siglo XVI y que se encuentra en la Plaza Mayor.
Otro de los lugares relacionados con el pasado judío de la ciudad es la
Casa de la Inquisición, un hermoso palacio fortificado que cuenta con un patio renacentista en su interior. Muy cerca se encuentra la judería propiamente dicha que se extiende a lo largo de la muralla medieval.
Por último, pero no menos importante, es recomendable visitar la
Tahona de Herminia, una tienda-museo donde se venden dulces que se han hecho siguiendo las auténticas recetas sefardíes.
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Fuente: Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad[/caption]
2. Monforte de Lemos
La historia sitúa la existencia de judíos en Galicia desde una época temprana, el siglo IV, pero en Monforte de Lemos hay
pruebas documentales de presencia sefardí ya en el año 915.
En esta zona los sefardíes vivieron mezclados con los cristianos en distintas zonas de la ciudad y pruebas documentales demuestran que
la zona más antigua en la que se asentaron es la actual calle Abelardo Baanante. Pero, sin duda, la calle Falagueira es el lugar donde mejor se conserva la esencia sefardí.
En ella podemos encontrar una casa particular en la que todavía
se conservan parte de los muros de una antigua sinagoga, así como dos cuevas de las que se cree que, al menos una de ellas, formó parte del
mikvé (lugar donde se realizaban los baños de purificación). En la misma calle están las
casas de los Gaibor, una de las familias judías más notables de Monforte de Lemos.
Otro de los puntos que hay que visitar es el
conjunto monumental del monte de San Vicente, lugar donde se encuentra el monasterio benedictino del siglo XVI; el Palacio de los Condes de Lemos y la torre del homenaje. También es recomendable conocer el
Colegio de Nuestra Señora de la Antigua, conocido popularmente como "El Escorial gallego".
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Fuente: Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad[/caption]
3. Tui
Los historiadores creen que es
muy probable que existiera presencia judía en Tui ya en la Alta Edad Media y que se habría formado una comunidad estable durante el siglo XIII. Si bien a partir del siglo XV la comunidad sefardí vivía desperdigada por toda la ciudad, se cree que antes de eso el núcleo principal se encontraba en las cercanías de la sinagoga, en la calle de Las Monjas.
En los alrededores de la calle Tyde se conservan viviendas que, aunque están transformadas, aún guardan relación su pasado sefardí como, por ejemplo,
el caserón de los Sarmiento-Celaya. En la calle Obispo Castañón está la
casa de Salomón.
Uno de los elementos más curiosos de la herencia sefardí en Tui es una
menorá grabada en uno de los muros del claustro de la catedral. En el Museo Diocesano se pueden admirar algunas de las piezas más significativas de la comunidad judía como el cáliz gótico o el relicario de coco.
Los sambenitos que se conservan en la catedral son únicos en Europa. Son una colección de cinco lienzos en los que se nombra a 14 penitenciados entre los años 1617 y 1621.
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Fuente: Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad[/caption]
4. León
Al contrario de lo que sucede en la mayor parte de las juderías de España, la de León
no se encuentra en el centro de la ciudad, sino en las afueras. Hablamos de la judería de Puente Castro, conocida como
Castrum ludeorum, en la que se estableció la comunidad sefardí en el siglo X.
En esta zona nació la aljama leonesa y en ese mismo lugar hay un
pequeño monolito en memoria de los judíos que habitaron la zona hace ya tres siglos. Muy cerca se encuentra el
Centro de Interpretación del León Judío y del Camino de Santiago, que dedica buena parte de su exposición al pasado sefardí.
La siguiente parada obligatoria es el conocido
Barrio Húmedo que fue parte de la judería a partir del siglo XIII y donde
destacan la plaza de San Martín, la calle Misericordia o la calle Mulhacín. Muy cerca se encuentran los lienzos de la muralla medieval y de la calle de las Cercas que conecta con la calle Prado de los Judíos, lugar donde había un cementerio sefardí.
Uno de los elementos físicos del legado judío más espectaculares de la ciudad es la
Estela de Mar Selomó que se expone en el
Museo de León. Es una espléndida lápida funeraria con fecha de 1097. Otra visita imprescindible es la catedral, que además de ser uno de los grandes tesoros del gótico español, posee unas pinturas en la girola que representan a un grupo de judíos con vestimentas propias del siglo XV.
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Fuente: Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad[/caption]
Es probable que la presencia de sefardíes en Calahorra se remonte a la conquista cristiana en el año 1405. Durante el siglo XIII
la aljama calagurritana se convirtió en la más importante de La Rioja y los expertos estiman que durante el siglo XIV fue cuando más presencia hebrea hubo en la ciudad.
Aunque los restos físicos de la judería de Calahorra son escasos, la ciudad sí conserva un
gran patrimonio documental de gran valía. Destaca la
Torá de Calahorra, fragmentos de la Torá que han llegado hasta nuestros días.
La judería se situaba en la zona más alta, cerca del castillo y totalmente rodeada por una muralla. Las calles de las Murallas o la de San Sebastián recuerdan el
trazado medieval típico de las juderías con estrechas callejuelas. La antigua sinagoga se encontraba en el Rasillo de San Francisco que actualmente ocupa el colegio Aurelio Prudencio.
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Fuente: Canva[/caption]
Por la ciudad de Tarazona han pasado romanos, celtíberos y prácticamente todas las civilizaciones de nuestro país: visigodos, musulmanes, cristianos y judíos. La comunidad sefardí de Tarazona fue
una de las más prósperas e importantes de Aragón.
Tarazona posee dos juderías, la vieja y la nueva, y su visita puede comenzar en el
Centro de Interpretación de la Cultura Judía Moshé de Portella, en el Palacio Episcopal. Desde allí es posible continuar por la Rúa Alta y adentrarse en el entramado de calles medievales donde se encuentran las
Casas Colgadas, uno de los monumentos más llamativos de la ciudad.
Muy cerca se encuentra la fachada de la
Sinagoga Mayor y justo al lado está la
Plaza de los Arcedianos, lugar donde se celebraba una semana al año la fiesta del Sucot. Desde la misma plaza parte la
Cuesta de los Arcedianos, una estrecha callejuela que da entrada a la Judería Nueva.
Una última visita puede ser el
Palacio de Santafé, una casona de la que se tiene constancia de que fue reformada por la que era una de las principales familias judías conversas de la zona y que, actualmente, es un hotel. Muy cerca del mismo está el
Convento del Carmen, edificado sobre un antiguo cementerio judío.
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Fuente: Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad[/caption]
6. Estella-Lizarra
La ciudad de Estella-Lizarra se fundó en 1090 y probablemente, en ese momento, ya contase con una comunidad judía, que se ubicaría en el barrio de Elgacena.
El legado sefardí en esta ciudad es brillante, ya que tuvo dos juderías y se cree que más de una sinagoga.
La mejor manera de conocer la zona es comenzando en la oficina de turismo, donde hay una maqueta que reproduce lo que debía ser la villa en la época medieval. Los lienzos de la muralla de la ciudad que aún se conservan, son
uno de los restos más importantes del pasado sefardí, además de uno de los más excepcionales.
Protegido por esta muralla se encuentra la
Judería Nueva. En ella se han realizado excavaciones arqueológicas en las que se han encontrado
materiales de construcción y restos que atestiguan la existencia de viviendas judías. Además de las viviendas, este espacio de más de 35.000 metros cuadrados
aunaba todos los servicios comunitarios de la aljama como horno, baños, carnicería y sinagoga.
Un monumento que no debe faltar es la
iglesia de Santa María Jus del Castillo, templo románico construido en el solar de una antigua sinagoga. Por último, un punto interesante son las dos figuras de hombres judíos que
sostienen el dintel de la iglesia del Santo Sepulcro y que podrían representar el mal ambiente que ya se respiraba en la ciudad a finales del siglo XIII que acabó con el asalto a la judería.
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Fuente: Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad[/caption]
Se tiene constancia de que la presencia judía en Tudela fue significativa ya en la época musulmana a principios del siglo IX. Una de las figuras más importantes de la comunidad judía en Tudela fue
Benjamín de Tudela que se embarcó en un viaje en el que recorrió casi todas las comunidades judías del Mediterráneo. Con esa experiencia escribió un Libro de Viajes que ha servido como
único testimonio de la existencia de algunas de esas comunidades.
Para conocer la judería de Tudela hay que empezar por el
Palacio del Marqués de Huarte, en el que hay una maqueta de la ciudad medieval y varios documentos de gran importancia que dejan constancia del pasado sefardí en la ciudad. Adosada al claustro de la Catedral se encuentra la
Capilla del Cristo, más conocida como la Sinagoga Vétula de Tudela.
Próxima a la misma se puede visitar una exposición de objetos ceremoniales y personales judíos donde
destaca un fragmento de candil hebreo de Jánuca procedente de la Judería Nueva. Saliendo de la Catedral es el momento de adentrarse en la
Judería Vétula y recorrer sus estrechas callejuelas llenas de encanto.
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Fuente: Canva[/caption]
Según los historiadores en Barcelona hubo presencia sefardí desde el año 850. La aljama barcelonesa tenía completa independencia de las autoridades municipales y se organizaba internamente con normas propias. Una peculiaridad de la comunidad sefardí en esta zona es que
poseían y explotaban tierras y tenían huertos, viñas y frutales.
El Call Major de Barcelona estaba entre las calles Banys Nous, Sant Sever, del Bisbe y Call. Tiene forma de rectángulo casi perfecto en el centro de la ciudad y
todavía conserva su esencia medieval con calles estrechas. En el centro de lo que la judería se encuentra la
sede del Call del Museo de Historia de Barcelona. Allí hay un espacio donde se explica detalladamente qué espacio ocupaba el barrio sefardí, que edificios singulares tenía y cuáles siguen presentes actualmente.
Muy cerca se encuentra la
Sinagoga Major, una de las cuatro que pudo llegar a tener la judería barcelonesa. Fue descubierta a finales del siglo XX y se abrió al público en el año 2002 y es considerada como una de las más antiguas de Europa.
El Call Menor está más alejado, ya que los dos barrios judíos no se comunicaban entre sí. Guarda rincones llenos de esencia medieval como la
calle del Arco de Santa Eulàlia. Por último merece la pena visitar el
cementerio judío en Montjuïc.
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Fuente: Canva[/caption]
Ya en la época romana se puede asegurar la existencia de presencia judía en Sagunto, lo que convierte a esta comunidad sefardí en
la más antigua de toda España y, además,
su judería fue una de las más grandes del Reino de Valencia.
A través de la
Puerta de la Sangre se entra a lo que fue la aljama de Sagunto. Es el único resto que se conserva de una cerca que levantaron los propios sefardíes en 1321. A través de esta puerta se accede a una parte de la ciudad que conserva casi intacto el trazado urbano que tenía cuando era la mayor aljama del Reino de Valencia.
Una de las edificaciones más importantes es la
Casa de los Berenguer, ya que fue la residencia del clavario de la aljama, el responsable económico de la comunidad. Junto a ella estaría la sinagoga, hoy desaparecida, y justo debajo está uno de los tesoros del Sagunto sefardí: un
mikvé extraordinariamente bien conservado.
Otro de los restos sefardíes más importante es la
necrópolis judía, situada en la ladera del Castillo.
Destaca por la variedad de enterramientos: hipogeos, fosas rupestres, fosas laterales, enterramientos en tierra y panteones. El cementerio ha permitido recuperar túmulos y objetos que se exponen en el
Museo Epigráfico del Castillo o en el
Museo Histórico.
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Fuente: Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad[/caption]
Se documenta por primera vez la presencia de un asentamiento judío en Cáceres a principios del siglo XIII y perdurarían durante más de 250 años. Más de cinco siglos después,
aún se aprecia la presencia de los sefardíes en la ciudad, especialmente en la Judería Vieja (actualmente conocida como el Barrio de San Antón).
Toda la Judería Vieja es
modesta, recatada, con pequeñas casas encaladas que nada tienen que ver con los grandes palacios de sillares de piedra que abundan en el resto del recinto amurallado.
El Arco del Cristo aún conserva sus sillares romanos y es la puerta más antigua de la muralla, por la que entraban y salían los sefardíes.
Se cree que al otro lado del barranco formado por el Arroyo de la Ribera hay un cementerio judío, pero que aún no ha sido hallado y muy cerca está uno de los imprescindibles en la Cáceres sefardí: el
Huerto de la Judería.
Y, finalmente, al otro lado del Cáceres monumental se localiza la
Judería Nueva. Fue ocupada durante tan solo 14 años, pero aún así contó con su sinagoga en la que actualmente está construido el Palacio de la Isla, joya renacentista.
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Fuente: Canva[/caption]
Varios documentos atestiguan la existencia de una comunidad judía en Plasencia alrededor del año 1187 y no es de extrañar que en una ciudad tan monumental como es Plasencia,
aún sean visibles los rasgos de las antiguas juderías.
Los restos de la sinagoga más antigua de la ciudad se encuentran bajo el convento de Santo Domingo, hoy Parador Nacional de Turismo. También se pueden recorrer las calles de la que fue la Judería Nueva, con su trazado serpenteante. Además,
se han colocado placas en el suelo allí donde vivían familias judías.
Pero, si por algo destaca el legado sefardí en Plasencia es por el
cementerio judío, ubicado en El Berrocal. En una ladera y con una ubicación que cumple las leyes talmúdicas (terreno virgen, en pendiente y mirando hacia Jerusalén),
aún se pueden apreciar tumbas antropomórficas excavadas en la roca.
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Fuente: Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad[/caption]
Hervás forma parte del señorío de Béjar y este rasgo distintivo marcaría a la comunidad hebrea, ya que no tendrá carácter de aljama sino que será considerada parte de la aljama bejarana. La mayor parte de la comunidad
se agrupaba principalmente en torno a una calle, actualmente conocida como calle de Rabilero.
Hervás es una de las localidades de España que
más se ha esforzado por recuperar su pasado judío y, de hecho,
su casco viejo está en un estado de conservación extraordinario. Las calles estrechas, las viejas casas de arquitectura tradicional con sus paredes de adobe y entramado de madera, ofrecen al viajero una experiencia excepcional.
Todo el barrio medieval está
decorado con símbolos como la Estrella de David o menorás y cada año, en los primeros días de julio, se celebra el festival Los Conversos donde se lleva a cabo una gran
representación teatral sobre la expulsión de los judíos.
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Fuente: Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad[/caption]
13. Jaén
La primera referencia a una comunidad sefardí en Jaén se remonta al siglo VII. Su antigua judería se encontraba entre lo que hoy son las calles Martínez Molina y Huertas, un entramado de estrechas callejuelas que
mantienen todo su encanto medieval y el trazado de lo que fue la aljama.
Algunos puntos interesantes son el
Monasterio de Santa Clara, donde se encontraba la sinagoga que luego fue iglesia de la Santa Cruz, de la que aún se conserva un muro. Otro templo peculiar es la
Santa Capilla de San Andrés, que posee un estilo arquitectónico y una estructura que hacen pensar que anteriormente fue una sinagoga. Junto a los restos de la Puerta de Baeza, que daba entrada a la judería, hay una
gran menorá que rinde homenaje a la comunidad sefardí.
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Fuente: Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad[/caption]
Se cree que los judíos llegaron a Córdoba con la fundación romana en el año 169 a.C. La judería cordobesa tiene su entrada por la Puerta de Almodóvar del recinto amurallado y
conserva su trazado original y también algunos edificios importantes. El más notable de ellos es la sinagoga, un edificio pequeño, pero de singular belleza gracias a su exquisita decoración. Fue construida a principios del siglo XIV y fue redescubierta en 1884.
La calle de los Judíos es el elemento central de la judería así como la
plaza de Maimónides. La judería también cuenta con espacios culturales como la
Casa Sefarad, que conserva buena parte de su estructura del siglo XIV y
cuenta con importantes colecciones del pasado sefardí.
Es recomendable visitar el
Museo Arqueológico, ya que hay cientos de piezas muy interesantes entre las que destaca la lápida funeraria de Yahuda bar Akon, una joya sefardí que es el
único resto material de la presencia judía en Córdoba durante el gobierno de los Omeyas.
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Fuente: Canva[/caption]
15. Lucena
Pocas comunidades judías establecidas en Al-Ándalus alcanzaron tanta fama como la de Lucena,
conocida como la Perla de Sefarad. Su esplendor cultural es
comparable al de Córdoba y Granada durante el Califato y los reinos de Taifas. Lucena era conocida como la "Ciudad de los Judíos" durante los siglos IX a XII.
Entre sus muros acogió la
Academia de Estudios Talmúdicos, punto de reunión de intelectuales, filósofos, poetas y médicos del momento. La ciudad judía de Lucena se componía de un recinto amurallado y, en la zona sur, se construyó un
extenso cementerio que en el año 2007 se empezó a excavar parcialmente.
Muestras del pasado judío son la
Iglesia de Santiago, a la que se llega a través de la calle Flores de Negrón, localizada en uno de los barrios más antiguos de la ciudad que era el emplazamiento de la judería; y el
Llano de Tinajerías, lugar donde se concentraban la mayoría de alfarerías y tinajerías de Lucena.
El
Cementerio Judío tiene una superficie superior a 3.700 metros cuadrados, y es una de las joyas del patrimonio sefardí español. Actualmente, se han documentado
346 tumbas excavadas. Los restos óseos determinan que se construyó en el periodo de la Alta Edad Media e, incluso, se ha hallado una
lápida funeraria con inscripciones hebreas que data de entre los siglos VIII y IX.
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Fuente: Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad[/caption]
16. Lorca
La presencia de judíos en Lorca se puede datar desde la conquista cristiana, ya que es a partir del año 1266 cuando aparecen las primeras referencias a la comunidad hebrea.
En el año 2002, debido a unas excavaciones arqueológicas en el Castillo de Lorca,
se descubrió buena parte de lo que fue la judería de Lorca. Actualmente la zona se puede recorrer, ya que forma parte del
Parque Arqueológico del Castillo y Sinagoga situado bajo la Torre Alfonsina, uno de los símbolos de la ciudad.
La sinagoga se conserva de manera excepcional y tiene una
característica única en España, ya que nunca fue usada como iglesia, lo que la ha convertido en un de las mejores fuentes de información arqueológica sobre la España sefardí.
En el museo de la sinagoga se pueden observar
varias lámparas rituales reconstruidas a partir de fragmentos descubiertos en la excavación que forman una colección única en Europa. Junto a la sinagoga también se pueden admirar las
viviendas excavadas, un área artesanal y una carnicería.
En el
Museo Arqueológico Municipal hay algunas piezas espectaculares, tales como restos de decoración tallada en yeso de la propia sinagoga y otros elementos del día a día de la comunidad sefardí.
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Fuente: Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad[/caption]
17. Toledo
Los judíos podrían haber estado relacionados con la creación del
Toletum romano y es que
la presencia de sefardíes en Toledo se remonta al siglo IV. Sin duda, la judería de Toledo es una de las más importantes de la España medieval y, además,
se ha conservado hasta nuestros días de manera excepcional.
Entre los monumentos más destacados se encuentra el
Museo Sefardí, ubicado en la Sinagoga del Tránsito considerada como la más bonita de toda Europa y la mejor conservada. Tiene unas dimensiones que son
difíciles de encontrar en otros templos judíos y, además, en su interior hay una interesante exposición sobre el pasado de Sefarad. Muy cerca se encuentra la
sinagoga de Santa María la Blanca que data de finales del siglo XII y que posee unos entramados de columnas y arcos de herradura que aportan gran belleza al conjunto.
Alrededor de ambas sinagogas está el trazado de los barrios de la judería: Alcava, Arriaza, Assuica, Montichel, Mamanzeite... donde destacan algunos edificios como la
Casa del Judío o la
Casa de Samuel Ha-Levi, una importante figura de la comunidad judía del siglo XIV por orden del cual se edificó la Sinagoga del Tránsito.
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Museo Sefardí | Fuente: Portal web del Ministerio de Cultura y Deporte[/caption]
18. Segovia
Todo indica a que en la época romana ya había presencia hebrea en Segovia. Para conocer la judería es necesario comenzar por la
antigua sinagoga mayor, que actualmente es la iglesia del Corpus Cristi y que a día de hoy conserva su carácter claramente sefardí.
Muy cerca se encuentra el corazón del antiguo barrio judío, al que se accede a través de la Calle Judería Vieja y donde se encuentra el
Centro Didáctico de la Judería, perfecto para aprender más acerca del pasado sefardí de la ciudad. Se asienta en lo que era la
casa de Abraham Seneor, uno de los personajes destacados de la comunidad hebrea segoviana de finales del siglo XV.
En la calle de la Judería Nueva se localiza la
casa de Samuel Dean, que conserva uno de los mejores patios de la época. Por último, conviene acercarse al
cementerio judío donde se pueden observar tumbas excavadas en la roca y
enterramientos en cuevas que no suelen ser habituales en este tipo de necrópolis.
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Fuente: Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad[/caption]
En el concilio de Elvira, que data del siglo IV, se menciona que Ávila era uno de esos lugares en los que encontrar una comunidad judía. A pesar de ser una de las aljamas más importantes de Castilla,
se ha conservado muy poco de ella. Se sabe que había varias sinagogas, pero no queda nada de ninguna de ellas.
Otra de las zonas de la ciudad que recuerda ese pasado sefardí es la
Plaza del Mercado Chico o las calles Vallespín o de los Reyes Católicos que estaban llenas de comercios judíos. También se puede visitar la
puerta de Malaventura, zona en la que los judíos fueron confinados en sus últimos años en la ciudad.
En los
arrabales de San Segundo y del Puente, los judíos tenían negocios dedicados a labores relacionadas con el trabajo del cuero y la confección textil. Testimonio de ello son las
Tenerías de San Segundo, que se abandonaron hacia el siglo XVII y que han servido para documentar casi todo el proceso de fabricación del curtido de pieles. Actualmente se encuentran en periodo de excavación y de acondicionamiento para poder ser abiertas al público.
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Fuente: Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad[/caption]
Prueba
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