1. Rayuela
Es casi universal, tiene sus orígenes en la Europa renacentista y sigue vigente hoy. Pero, ¿cómo se hacía? Se pinta en el suelo y con tiza un cuadrado con el número 1 dentro, luego, por encima, otro cuadrado con el 2 y otro con el 3. En el cuarto piso de la rayuela se pintan dos casillas, una con el número 4 y a su lado otra con el 5. La casilla superior la ocupa el 6 y las dos últimas, arriba, el 7 y el 8. Luego otro piso con una sola casilla con el número 9 y, a continuación, se dibujará una casilla con el número 10. El juego comienza tirando una piedra pequeña en el cuadrado número 1, intentando que la piedra caiga dentro de ese espacio sin tocar las rayas externas. Se comienza a recorrer la rayuela a pata coja sin pisar las rayas, guardando el equilibrio hasta que se llega al cuarto piso donde hay dos casillas y ahí ya podemos apoyar los dos pies. Seguimos el número 6 a pata coja y, nuevamente, en el 7 y el 8 apoyamos los dos pies. Al llegar al final, hay que volver al número 1. Debemos saltar y darnos la vuelta sin pisar las rayas y deshacer el mismo camino hasta el número 1, donde nos agacharemos a por la piedra sin apoyar el otro pie. Después tiraremos la piedra al número 2 y así sucesivamente. Quien acabe antes la ronda gana. Por lo que respecta a sus beneficios, además de la actividad física que se desarrolla, la rayuela estimula la agilidad, la visión, la puntería y la capacidad de reacción. [caption id="attachment_603053" align="aligncenter" width="700"]
2. Balón prisionero
Para jugar al balón prisionero, comenzamos haciendo dos grupos y dividiendo un campo en dos, con una línea divisoria en el centro. Cada equipo se pondrá en una parte, y el que empieza tendrá que lanzar una pelota hacia uno de los jugadores del otro lado del campo; si este la coge, se eliminará quien la haya tirado. En caso de que la pelota le dé en el cuerpo y no consiga cogerla, perderá y pasará al equipo contrario como prisionero. Los prisioneros se quedan en un área de la cancha de sus rivales y tendrán que estar atentos, porque si cogen la pelota cuando pase por su lado y se la lanzan a un rival sin que este la capture, conseguirán salvarse. El equipo que logre eliminar a todos los integrantes del otro equipo ganará. Aunque si este objetivo no se alcanza por falta de tiempo o de ganas, vencerá el que menos prisioneros tenga. Un juego que estimula las habilidades motoras. los reflejos y la fuerza, además de la comunicación y el trabajo en equipo. [caption id="attachment_603054" align="aligncenter" width="700"]
3. Búsqueda del tesoro
Este es uno de los juegos tradicionales más sencillos. Solo tienes que preparar pruebas y pistas, esconder el tesoro (chucherías, caramelos o algún detalle pequeño para los niños) en un sitio estratégico y que vayan descubriendo todas las piezas. Una actividad que promueve la deducción, la colaboración y la toma de decisiones. [caption id="attachment_603055" align="aligncenter" width="700"]
4. Carrera de sacos o carrera de huevos
Se trata de un juego muy sencillo de mucha actividad física para el que solo se requiere una bolsa o saco y bastante habilidad, equilibrio y resistencia para culminar la carrera dando saltitos. Una variante de esta propuesta es la carrera con huevo en cuchara. Los niños tendrán que llegar con el huevo intacto a la meta. [caption id="attachment_603056" align="aligncenter" width="700"]
5. Escondite
Para el escondite no necesitas ningún material, ¡solamente un buen sitio donde esconderte! Si el espacio que tienes es demasiado amplio, siempre puedes marcar con tus hijos unos límites para que no se salgan de ellos. Para la variante del escondite inglés, que, curiosamente, en este idioma recibe el nombre de 'el zorro astuto', hace falta un mínimo de dos jugadores, pero es más divertido con más. Se necesita que alguien se la ligue y se coloque de espaldas al resto, preferentemente sobre una pared o un árbol si estáis en un parque o en el campo. El resto se aleja de él y se coloca en una fila horizontal. La posición inicial puede estar marcada con una línea o un objeto, como una bufanda o una cuerda de saltar. El que se la liga mira a la pared y dice: "un, dos, tres, al escondite inglés" y se da la vuelta. El resto debe avanzar mientras el otro no mira y quedarse como estatuas en cuanto se gire. Si el que se la liga ve a alguien moverse, este vuelve al principio. Gana el primero que llegue a tocar la pared o el árbol, y pasa a ser el siguiente que se la liga. Cualquiera de las dos variantes son propuestas tradicionales que no han perdido actualidad y que contribuyen a desarrollar las dotes de atención y observación, la rapidez a la hora de reaccionar y las capacidades motoras y sociales. [caption id="attachment_603057" align="aligncenter" width="700"]
6. Cometas
Para correr y saltar al aire libre, otra opción que de lo más entretenida es hacer volar alguna cometa. Si no tienes ninguna, ¡podéis haceros una propia! Además, es una fantástica idea para pasarlo bien antes de ir al campo a jugar. Se entrenan las habilidades motoras, la coordinación, la paciencia y la perseverancia, así como el trabajo colaborativo. [caption id="attachment_603058" align="aligncenter" width="700"]
7. Gallinita ciega
Este juego es ideal cuando hay un grupo de niños y únicamente se necesita una venda para los ojos (que puede ser una bufanda o un pañuelo). Deben elegir a uno para que sea la gallinita y le vendan los ojos. El resto da vueltas a la pobre gallinita para desorientarla y luego se coloca en círculo en torno suyo. Después, deberá acercarse a los jugadores (que pueden evitarla moviendo el torso o los brazos, pero no los pies) y nombrar al que atrape. Si identifica correctamente al que ha cogido, este se convierte en gallinita. Se trabaja la percepción espacial, el sentido del tacto y la agilidad. [caption id="attachment_603059" align="aligncenter" width="700"]
8. Atrapa la bandera
Para este juego se necesita un grupo de al menos diez personas, ya que hay que formar dos equipos. Cada equipo tiene una 'bandera' (que puede ser una bufanda, pañuelo o cualquier otro objeto) que coloca en su extremo del campo. El objetivo es intentar coger la bandera del otro equipo y llevarla a su propio campo sin que les atrapen. En el proceso, los participantes pueden pillar a los del equipo contrario y mandarlos a la cárcel. Para liberar a los compañeros de la prisión, se debe entrar en el campo contrario y tocarlos. Gana el equipo que consiga la bandera del otro. Aquí, el sentimiento de grupo, la capacidad de colaborar con los compañeros y el trabajo en equipo salen reforzados. Y la velocidad de la carrera también cuenta. [caption id="attachment_603061" align="aligncenter" width="700"]

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