A los niños les encanta
crear sus propios objetos y convertirse en pequeños MacGyver. En esta sección ya hemos aprendido a hacer algunos simples como
un reloj de sol, para saber qué hora es en cualquier situación, o un
horno solar con una caja de pizza.
Ahora es el momento de enseñarles a
hacer una brújula casera que pueda servirles tanto dentro de casa como si van de excursión al campo. Un experimento muy fácil donde aprenderán conceptos de magnetismo que les serán muy útiles, sobre todo si están dispuestos a ser unos intrépidos aventureros.
Materiales
- Agujas de costura de metal
- 1 imán. Te sirve desde uno de la nevera a un imán de tierras raras. Tienes que pensar que cuanto más potentes, mejor funcionará.
- Alicates
- 1 corcho
- Tijeras
- 1 tazón
- Agua
Pasos
- Frota la aguja contra el imán varias veces. Hazlo siempre en la misma dirección. Cuanto más débil sea el imán más veces tendrás que hacerlo.
- Ayúdate de las tijeras para cortar un cuarto del corcho hasta conseguir un pequeño disco de un par de centímetros de alto.
- Coloca el corcho sobre una superficie plana y mete la aguja en uno de sus lados utilizando los alicates.
- Atraviésalo al completo hasta que se vea la misma proporción de aguja a ambos lados del disco de corcho.
- Llena un tazón con agua.
- Pon el corcho con la aguja en el centro de la taza. Es importante que no toque los bordes.
- La aguja empezar a moverse apuntando hacia el norte.
- Comprueba si tú brújula casera funciona bien utilizando una real o una aplicación para móvil que te indica cuál es el norte.
Explicación
Cuando frotas el imán contra la aguja esta se imanta
convirtiéndose en un imán temporal, es decir, que los efectos son limitados y se pasan al cabo de unos minutos. Los imanes actúan entre sí acercándose o repeliéndose. Como sabes están compuestos de dos campos: positivo y negativo. Si se juntan dos polos del mismo signo tenderán a rechazarse mientras que si se acercan los polos opuestos se unen.
En este experimento de magnetismo la aguja es capaz de
interactuar con el campo magnético de la Tierra. Aunque en la corteza terrestre tienen un campo débil, la aguja lo detecta y se mueve en el cuenco hasta encontrar el eje norte-sur. Los científicos creen que la Tierra es una mezcla de hierro y níquel lo que hace que tenga su propio campo magnético, una característica que provoca que el planeta pueda desviar el viento solar cargado de partículas que provienen del Sol.
Si estás en el campo o no tienes un corcho para hacer tu brújula casera, también tenemos opciones. Otra forma de saber dónde está el norte es atravesar la aguja en un círculo de papel o cartulina o, incluso,
colocarla sobre una hoja pequeña. Pon la aguja en la parte superior mientras flotan en un tazón con agua o en un charco. El resultado será igual de efectivo que en el experimento.
La brújula magnética
fue inventada en China y empleada para la navegación. Gracias a esta creación los barcos sabían la dirección que tenían que tomar en mar abierto, incluso cuando la Estrella Polar no era visible. Parece que esa primera brújula estaba formada por una cuchara de hierro imantado colocada sobre una placa de bronce pulido. Más tarde se empleó una aguja imantada, como la de nuestro experimento, dentro de una caja metálica con agua destilada.
También puedes
comprobar cómo funcionan los campos magnéticos creados por varios imanes utilizando limaduras de hierro para ver cómo actúan.
Prueba
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