El
Belén Viviente de Tigagiga en Los Realejos, Tenerife, se ha convertido en una auténtica tradición para la isla. Este maravilloso Belén se lleva celebrando desde
1972 y cada año sus participantes ponen todo el cariño en preparar los decorados, detalles y teatralización del mismo.
Un poco de historia
Fue en el año 1972 cuando las representaciones vivientes del Belén comenzaron a realizarse en el
interior de la iglesia.
En el año
1976, y debido a su gran expectación y cada vez mayor número de participantes, el Belén Viviente de Los Realejos
se sacó a las plazas y calles del barrio. Siempre se ha celebrado entorno al 24 o 25 de diciembre,
coincidiendo o bien
con la Nochebuena o con la Navidad.
Actualmente es la
Asociación de Vecinos Tigotán la que coordina los preparativos de representación, decorados y puesta en escena de uno de los belenes vivientes más importantes de toda la isla.
Qué se puede ver en el Belén Viviente de Los Realejos
Este histórico barrio situado a los pies de una ladera se convierte, por unas horas, en el auténtico pueblo de Belén. Los vecinos y visitantes podrán admirar en su recorrido diversas
escenas bíblicas que van desde el
nacimiento de Jesús de Nazaret hasta la
llegada de los Reyes Magos o la
Anunciación. Entre los escenarios se pueden ver la taberna, la hoguera, el mercadillo e incluso la posada. Los figurantes son los
propios vecinos de la localidad, y otros muchos voluntarios, que representan con mucha ilusión este evento tan especial para el pueblo.
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Belén Viviente de Tigaiga, Fuente: Ayuntamiento de Los Realejos[/caption]
Tan importante ha sido y es este Belén Viviente de Los Realejos que en 1991 fue elegido por la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid para
representar a Canarias en una exposición de manifestaciones religiosas bajo el título
El Auto Sacramental en España.
La Navidad en Los Realejos
La
Navidad cobra un especial protagonismo en el municipio, desde las celebraciones más tradicionales como el Belén Viviente, hasta la rica gastronomía y repostería; pasando por la realización de
los Portales en casas y entidades,
los Divinos que anuncian con sus villancicos estas esperadas fiestas, hasta la ilusión más entrañable de
la Noche de Reyes.
La
gastronomía y la música, con los tradicionales villancicos, son elementos íntimamente ligados a la Navidad realejera. La repostería, con los afamados
pasteles de hojaldre, rellenos de dulce de guayabo o de cabello de ángel, siempre están presentes en los hogares realejeros como agasajo a la familia y visitantes.