En Mi pequeño samurái, el Maestro Zen-cillo relata la historia de Akiko (mujer que brilla con luz propia), una japonesa que sueña con ser bailaora, pero en su pueblo, Takayama, todo gira en torno a la cultura de los samuráis.
Un mañana decide coger su vestido de gitana y un atillo, y marcharse a España. Ahí conocerá a un guitarrista, “Er Gallito”, siempre muy ocupado recorriendo el mundo con sus conciertos. Akiko consigue negociar con él aprender a bailar Flamenco a cambio de contarle el cuento de El pequeño samurái, lleno de lecciones y filosofía.
El pequeño samurái practica sin cesar, sin saber que su camino es ayudar a la gente con la alegría de su música. El público será un poco más zen, comerá sushi y coleccionará en secreto palillos japoneses gracias a los conceptos de filosofía japonesa y las moralejas de esta historia, pero sobre todo aprenderán de los grandes maestros el camino de la felicidad.
Ella aprende a bailar flamenco con sus consejos y a hablar como si fuera de Cádiz (números musicales con humor y participación del público) gracias al chico que, a su vez, descubre que en la vida hay que disfrutar del camino y nosotros aprenderemos que todos tenemos un talento y que nuestro deber es descubrirlo y compartirlo.
Y colorín, colorado, este cuento japonés se ha acabado... y Olé.
https://youtu.be/c1-eXsNDJYo
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