Martín no encuentra más recurso que pedir en las calles. Martina, su hija, no entiende qué sucede, sufre la vida de su padre y los miedos, la tristeza y la desolación.
Martín no sabe qué puede hacer, espera una llamada, algo que cambie el rumbo de los acontecimientos. Cuando todo parece que no tiene solución, un árbol rojo aparece en la vida de ambos.