El
Castillo de Chinchilla de Montearagón, en Albacete, se mandó construir por orden del
Marqués de Villena, Juan Pacheco en el siglo XV. Durante mucho tiempo a esta fortaleza se la conoció como el
Castillo del Marqués.
El actual castillo se presenta como un conjunto de gran tamaño. Cuenta con 2 recintos separados por un profundo foso, lo que haría de esta fortaleza un bastión casi inexpugnable.
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Qué ver en el Castillo del Marqués
Este castillo se encuentra situado en lo alto de un
cerro, donde domina toda la población de
Chinchilla de Montearagón, sirviendo como vigía en épocas antiguas.
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Castillo del Marqués | Fuente: Turismo de Castilla-La Mancha[/caption]
Este tipo de construcción estaba formado por grandes murallones en escarpa y por varios torreones. Lo más peligroso de esta fortaleza, sin duda, fue su
enorme foso, que se talló en la propia roca y que tiene de ancho unos 10 metros y unos 6 de profundo.
En el siglo XIX el castillo sufrió varias reformas. Una de ellas fue la eliminación de la famosa
Torre del Homenaje, donde se decía que había 2 aposentos. Además, de dice que en la habitación más alta estuvo prisionero
César Borgia por la muerte del duque de Gandía.
Los muros son de mampostería y, de vez en cuando, se puede encontrar alguna
saetera. Estos eran los huecos por donde se disparaban las flechas. A parte de las increíbles murallas también podremos contemplar la
Puerta de los Tiradores que se encuentra en bastante buen estado.
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Puerta de los Tiradores | Fuente: Ayuntamiento de Chinchilla de Montearagón[/caption]
En las inmediaciones del castillo se han encontrado vestigios arqueológicos de todas las culturas que han habitado en la Península: iberos, romanos y visigodos. También los árabes habitaron estas tierras que, con el nombre de
Ghen ghalet, aparecen en algunas crónicas.
Si te has quedado con ganas de ver más, no te preocupes. Puedes continuar la excursión familiar por el pueblo de
Chinchilla de Montearagón. Es uno de los pueblos más antiguos y con más encanto medieval de todo
Albacete. Se trata de una ciudad situada en lo alto del cerro, entre las rocas, con numerosos edificios singulares que no te puedes perder.
Chinchilla de Montearagón, visita el pueblo
Tras la reconquista cristiana de mediados del siglo XIII, Chinchilla se convierte en una de las poblaciones más importantes de la zona, antes de que la ciudad de Albacete la superase en el siglo XVI.
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Chinchilla de Montearagón | Fuente: Ayuntamiento de Chinchilla de Montearagón[/caption]
Mientras vais paseando por esta ciudad, os encontraréis con casonas de piedras blasonadas. Estas construcciones os servirán de testigo para sentir que, antiguamente, estuvieron habitadas por hidalgos.
Una de las cosas más curiosas de
Chinchilla de Montearagón es que, muchos de sus habitantes, viven en cuevas labradas a pico, en las rocas del cerro. Al igual que se excavó el foso del castillo, los habitantes de este pueblo, en su día excavaron sus viviendas.
Los monumentos imprescindibles de esta localidad albaceteña son la
Iglesia de Santa María del Salvador, la Casa Consistorial y el Convento de Santo Domingo. También están
el Palacio de la calle Obra Pía, el Palacio de Núñez Cortés y el barrio de las Cuevas del Agujero. No dejéis de ir
al Museo Nacional de Cerámica, pues da cuenta de la gran tradición alfarera de la localidad.
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Viviendas de Chinchilla de Montearagón | Fuente: Ayuntamiento de Chinchilla de Montearagón[/caption]
Su Semana Santa data de 1586 y está declarada de
Interés Turístico Regional. Así mismo, en julio, se celebra un
Festival de Teatro Clásico que es, casi, de asistencia obligatoria.
Como ves, puedes pasar un día increíble visitando el Castillo del Marqués y todas las sorpresas que esconde
Chinchilla de Montearagón, y disfrutar del encanto de una ciudad medieval.
Recomendamos llevar calzado cómodo por el desnivel de la ciudad y las calles empedradas.
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