Entre los pueblos de
Hortigüela y Covarrubias, en Burgos, encontramos uno de los monasterios más impresionantes de Castilla: el
Monasterio de San Pedro de Arlanza.
El templo, de estilo románico y gótico, fue fundado en el
año 912 y durante muchos años fue el monasterio más importante de Castilla. Está situado en un entorno privilegiado, rodeado de naturaleza y junto al río Arlanza. Fue por siglos centro monástico, hasta que en el XIX, la desamortización de Mendizábal provocó que quedase abandonado.
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Cómo llegar
Para llegar al Monasterio de San Pedro de Arlanza tenemos que coger la salida de la
A-1 a la altura de la localidad de Lerma. Seguimos por la carretera
BU-904 hasta llegar al pueblo de
Covarrubias, donde continuamos unos 7 km hasta encontrar la señal que nos indica la llegada al Monasterio. Justo enfrente del complejo arquitectónico encontramos una gran explanada perfecta para dejar estacionado nuestro vehículo.
El acceso a San Pedro de Arlanza es
gratuito, pero debemos tener en cuenta que el
horario está restringido y que el último fin de semana de cada mes permanece cerrado.
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Monasterio de San Pedro de Arlanza | Fuente: Flickr Luiyo[/caption]
Monasterio de San Pedro de Arlanza
Según nos vamos adentrando en el Monasterio vemos el
claustro menor, el claustro mayor y las dependencias donde vivían los monjes. Una de las cosas que más llama la atención es el
enorme árbol que se encuentra en el centro del claustro menor. Se trata de un ejemplar de
Pinsapo, de más de 160 años de edad y único en la provincia. Se piensa que fue traído especialmente para el Monasterio desde Cádiz.
Mientras paseamos por el interior del monasterio podemos ver parte de la Iglesia e imaginar cómo eran las cúpulas que la cubrían, así como el resto de edificios que componían este complejo monacal. El lugar ideal desde el cual tomar fotografías es la parte alta de la torre, que ofrece unas inmejorables vistas.
Durante la visita debemos ser respetuosos con las ruinas y andar con cuidado. Hay muros que, debido a su antigüedad y estado, podrían venirse abajo si los maltratamos.
Información adicional
No es un lugar apto ni para carritos de bebés ni para sillas de ruedas, por lo que si vamos con niños pequeños, lo mejor es optar por la mochila de porteo. Conviene recordar que está en medio de la naturaleza y que muchas partes están invadidas por maleza o hierbas, por lo que es recomendable ir con calzado deportivo y ropa cómoda.
La ciudad de Burgos
Podemos aprovechar la escapada para visitar
Burgos, situada a 40 km del pueblo de Covarrubias. Es una ciudad no muy grande, perfecta para visitar en un fin de semana. Su centro histórico es de gran belleza, con acogedoras calles y la joya más representativa de la ciudad, la
Catedral gótica de Santa María, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1984.
Cerca de la Catedral está la
Plaza Mayor, donde se encuentra el Ayuntamiento. Se trata de un lugar muy cuidado, rodeado de edificios de colores que le dan un encanto especial. De la Plaza Mayor a la Catedral podemos llegar caminando en 5 minutos por el
Paseo del Espolón, un lugar mágico lleno de árboles, tranquilas terrazas, mimos y espectáculos callejeros, junto al río Arlanzón.
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Catedral de Burgos | Fuente: Canva[/caption]
Tampoco nos podemos perder el
Museo de la Evolución Humana, fundado en 2010. Su objetivo es conservar, inventariar y divulgar los restos arqueológicos procedentes de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca, en la provincia de Burgos. En ellos se han descubierto algunos de los restos humanos más antiguos de la Península Ibérica. Un lugar perfecto para que toda la familia conozca algo más de la historia de nuestra especie.
Además, en Burgos podemos visitar
La Casa del Cordón, escenario de numerosos eventos históricos, como la recepción de los Reyes Católicos a Cristóbal Colón tras su segundo viaje a América.
No podemos dejar de probar la rica gastronomía típica de la ciudad, premiada en
2013 con el galardón de
Capital Española de la Gastronomía. El lechazo asado o la morcilla serán los platos más sabrosos y tradicionales que podremos degustar.
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