A los antiguos
romanos de
Hispalis, la
Sevilla del Imperio, también les gustaba jugar por sus calles. Y no solo a los niños. Los mayores ya disfrutaban entonces de los días de sol de la Sevilla antigua, la de
Trajano y Adriano, la de brazos entrelazados con su vecina
Itálica, compartiendo momentos de diversión con los juegos que grababan en losas del pavimento de las calles romanas. No muchos lo saben y es una de las cosas que más llama la atención a los niños y a los padres que acuden a visitar el
Antiquarium de Sevilla.
Si te apetece conocer la historia y gastronomía de Sevilla y descansar unos días en familia,
reserva ya aquí.
Antiquarium
El
Antiquarium, además, posee el encanto de
no ser un
museo convencional. De hecho, sus piezas, fragmentos de
arquitecturas, esculturas, mosaicos, vasijas y otros objetos, se exhiben en el lugar en el que fueron halladas, a una profundidad de
cinco metros y medio bajo el suelo.
Precisamente, sus vestigios arqueológicos se encontraron fruto del azar allá por el año
1999, al realizarse en el anterior recinto del
Mercado de la Encarnación, en pleno
Casco Histórico de la
capital hispalense, las excavaciones previas a la construcción del actual
complejo comercial-cultural Metropol Parasol. No es hasta
2011 cuando se abre al público esta interesante propuesta de musealización, que incluye además una sala para exposiciones temporales.
[caption id="attachment_385330" align="aligncenter" width="700"]

Antiquarium | Fuente: Ayuntamiento de Sevilla[/caption]
Los restos arqueológicos se encuentran ubicados en un
espacio diáfano de 4.879 metros cuadrados, con los restos de la ciudad romana a 5,45 metros y una altura libre de 3,95 metros.
Antiquarium, gestionado por el
Ayuntamiento de Sevilla, está concebido para ser un contenedor en el cual se pierda la sensación de estar limitado espacialmente por muros de hormigón. De hecho,
Antiquarium contempla una membrana de vidrio que envuelve todo el espacio, con capacidad de modificar nuestra percepción gracias a su cualidad cambiante, casi camaleónica, para variar sus propiedades: ser transparente o traslúcido, pasando por los grados intermedios; dejar ver o reflejar una imagen, dejar pasar la luz o reflejarla. Este efecto, junto con los muros colgantes (construidos con textiles metálicos) y las linternas de luz, tienen por fin reconstruir las sensaciones de los espacios en los que vivieron nuestros antepasados.
En sus casi
5.000 metros cuadrados, el
Antiquarium reúne así en un atractivo circuito museístico bajo tierra la
colección de
restos arqueológicos in situ más amplios de la historia milenaria de la ciudad de
Sevilla: muestran
1.200 años de su pasado, desde el
Alto Imperio romano (siglo I d. C.), a la
época musulmana, explicados con paneles de imágenes interactivos.
Periodo romano
Del
período romano, encontramos, entre otros, vestigios de una factoría de salazones, el conjunto más antiguo de la muestra (
siglo I d. C), que evidencia la cercanía que, por aquel entonces, tenía Sevilla con el mar. La primera ocupación de este espacio tuvo lugar, pues hacia el año 40 d.C., como una ampliación hacia el norte de la ciudad romana
Colonia Romula Hispalis, la
Hispalis del Alto Imperio Romano.
[caption id="attachment_385332" align="aligncenter" width="700"]

Antiquarium | Fuente: Turismo de Sevilla[/caption]
Desde el principio, se trata de un área ordenada con nueva muralla, calles empedradas con cloacas y muchas industrias artesanales relacionadas con el puerto del actual río Guadalquivir, entonces
río Betis. En él se pescaban especies como la sardina y el jurel, para fabricar
Hallec, una pasta sabrosa y fuerte, precedente del paté de pescado. Otro conjunto excavado es un taller de fabricación de lucernas o lámparas con decoración de dioses, animales, jinetes... Aunque se recuperaron cientos de ellas, muchas fueron desechadas por defectuosas. También se encontraron fragmentos de máscaras de teatro. La mejor selección se muestra en vitrina.
Hay también restos de la
Hispalis en el
Alto y Bajo Imperio romano, entre los
siglos II y III. Hacia fines del siglo I, en época de
Trajano, la ciudad acusa una transformación y se abandonan los espacios artesanales de este emplazamiento, ocupándose en su mayoría sus parcelas por casas. De esta época, pues, se muestran varias
casas (domus), casi completas y alguna completa, algunas pavimentadas con
mosaicos y con patios de columnas de ladrillo que posteriormente darán paso a las de mármol, como la
Casa de las Yedras, Casa de los Dameros, Casa de Baco, Casa del Océano o Casa de la Ninfa, en la que sobresale el
mosaico de Medusa,
y el de los Pájaros, entre otras.
[caption id="attachment_385333" align="aligncenter" width="700"]

Antiquarium | Fuente: Turismo de Sevilla[/caption]
Otras edificaciones de este período imperial de la Sevilla romana que pueden verse en el conjunto arqueológico situado en pleno Centro Histórico de la capital hispalense son el
Hospitium de los Delfines, con bellos mosaicos con motivos geométricos, animales y vegetales, y un curioso mosaico con bodegón de muslo de pollo, aceitunas y palillos, alusivo a la funcionalidad del edificio. Pero el
Antiquarium también cuenta con restos arqueológicos de los
siglos IV y V (Bajo Imperio romano y la Antigüedad Tardía), con la ciudad ya cristianizada y su paso a la
dominación visigoda.
En estos años se produce una nueva transformación, construyéndose viviendas de mayor tamaña, como la
Casa de Las Columnas, pero hay también otros elementos posteriores prueba del afianzamiento de la nueva fisonomía urbana, en la que los núcleos de población se organizan en torno a los
espacios religiosos cristianos, como la gran casa de un poderoso comerciante asociado al tráfico fluvial de vinos litúrgicos, altares de mármol y otras mercancías orientales asociadas al mundo eclesiástico. La
Casa de las Basas y la Casa del Sigma son claros exponentes.
Época hispano-musulmana
De la
Sevilla hispano-musulmana de Isbilya, entre los
siglos XI y XIII, se exhiben asimismo
vestigios almohades de la nueva ciudad, en la que predominan las sencillas casas unifamiliares de mampostería en calles de suelo terrizo. Entre estas viviendas está la
Casa de la Noria, en la que se encontró un hermoso
plato tipo califal, con decoración geométrica y vegetal en vidriado verde y negro,
del siglo X, en plena época del
Califato Omeya.
Estas viviendas de la Sevilla musulmana fueron ocupadas con posterioridad por los
conquistadores castellanos tras mediados del
siglo XIII y las mantuvieron con la misma distribución hasta fines del
siglo XV, cuando son demolidas para la construcción de los
grandes palacios nobiliarios en los albores del Renacimiento, toda una época de esplendor de la
Sevilla Puerto de Indias, centro neurálgico del comercio español con la recién descubierta
América.
Si te apetece conocer la historia y gastronomía de Sevilla y descansar unos días en familia,
reserva ya aquí.