Todos los años, por esta época, los padres, niños y adolescentes entran en la vorágine de la vuelta al colegio o instituto. Nuevos libros, nuevos profesores, nervios, preocupaciones y la necesidad de tenerlo todo a tiempo. Para un porcentaje significativo de niños y adolescentes, a ello se une la preocupación por que su trastorno siga oculto. Son aquellos que siguen mojando la cama de manera involuntaria a edades en las que los esfínteres ya deberían controlarse: los enuréticos. Los expertos estiman que aproximadamente un 10 % de los niños de 5 años, un 5 % de los niños de 10 años y en torno al 3 % de los adolescentes hacen pis en la cama por la noche. Padres y familiares se suman a esta inquietud, pues una característica de casi todos ellos es la vergüenza del escape. Además, el sufrimiento y la ansiedad se agudizan con la edad, y hay relación entre la edad del paciente y el impacto de los síntomas. Para el Dr. Javier Quintero, Profesor Titular y jefe de Servicio de Psiquiatría del H. Universitario Infanta Leonor, Universidad Complutense de Madrid, "en los enuréticos, el estrés de la vuelta al cole aumenta el riesgo y la frecuencia de los episodios enuréticos. También, al retomar el ritmo, vuelven los planes con pernoctas fuera de casa, que en su caso implicarían pañal o ropa especial, lo que les puede generar inseguridad, o lo que es peor, evitar esos planes con amigos".

El papel de la familia y los educadores

El escape nocturno "impacta en mayor o menor medida en la situación emocional del menor. La familia debe gestionar esa situación desde el refuerzo positivo, compresión y el acompañamiento, pero no desde la crítica o la recriminación", continúa el experto. En el caso de los educadores, "normalmente son ciegos al problema. No es un trastorno que impacte en el día a día del colegio, a no ser que haya afectación de la calidad del sueño y el niño por la mañana esté más cansado. En la mayoría de las ocasiones, no es algo que se comparta con los centros educativos o los profesores". Hay que estar atentos: mojar la cama "puede ser un factor de vulnerabilidad para que se condicione una dinámica de acoso cuando lo saben los compañeros". Pero, además, la enuresis secundaria puede uno de los primeros síntomas observables del acoso: "en niños que habían controlado bien y de repente empiezan a tener escapes, hay que pensar en un foco de tensión emocional, ya que la enuresis nocturna puede aparecer como un síntoma regresivo por un detonante estresante externo, y a veces ese detonante es una dinámica social incómoda en el contexto escolar". Un fallo en el mecanismo del despertar, la alteración del ciclo circadiano de la vasopresina (hormona antidiurética encargada de disminuir la producción de orina durante la noche), o la inestabilidad vesical con contracciones involuntarias del músculo detrusor, son algunas de las causas del trastorno. Por eso, si tu hijo de más de 5 años sigue mojando la cama, consulta cuanto antes con su pediatra. Si necesitas más información www.mojarlacama.es

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