La teoría ecológica de Bronfenbrenner o teoría de los sistemas ecológicos la planteó por primera vez Urie Bronfenbrenner en 1979 en su libro
La ecología del desarrollo humano. Su estudio ha servido como base a la psicología del desarrollo y también en otros campos, como el de la sociología.
Explica cómo influyen los distintos grupos sociales en la evolución del niño y del adolescente. Para entenderla mejor, la psicóloga
Úrsula Perona la analiza en este artículo.
Este psicólogo ruso, cuyo trabajo tuvo una enorme repercusión, observó que
la forma de ser de los niños cambiaba en función del contexto en el que crecían. Por ejemplo, si un menor que vive en Occidente se muda a Oriente Medio, es muy probable que su manera de pensar, sus gustos e incluso sus emociones cambien debido a las diferencias del entorno.
Bronfenbrenner
entendía el entorno como un conjunto de sistemas correlacionados, y, de este modo, identificó cinco diferentes que se superponen y de los que depende el desarrollo del niño. Ubicó y ordenó cada uno de ellos atendiendo a un criterio de distancia respecto del menor, desde los más cercanos hasta los más alejados de él. La clasificación quedó establecida del siguiente modo:
1. Microsistema
[caption id="attachment_261518" align="aligncenter" width="1200"]

Padres, familia y escuela componen el microsistema | Fuente: Canva[/caption]
Es el
nivel más cercano al menor y está
constituido por los padres, la familia y la escuela. La relación entre el microsistema y el desarrollo del niño es más que evidente; por ejemplo, las creencias de los padres van a afectar de manera directa a cómo acabará siendo el hijo o la hija. La familia tiene un papel central en la educación emocional, y la escuela, en la socialización. Pero
no son excluyentes, todos se relacionan y aportan características en mayor o menor medida. Además, se trata de una relación bidireccional, es decir, la forma en la que se comporte el niño también va a tener una influencia en el
feedback que recibe del entorno.
2. Mesosistema
[caption id="attachment_261519" align="aligncenter" width="1200"]

Lasa relaciones con la familia extensa también son determinantes | Fuente: Canva[/caption]
Está formado por las
relaciones existentes entre los miembros del primer nivel (el microsistema), de tal modo que, por ejemplo, cómo se relacione la familia con los profesores, o los padres con los amigos del niño, va a influir directamente sobre el menor. De ahí la importancia de los vínculos que los progenitores establezcamos con el resto de los entornos: si respetamos la escuela como institución y a los que trabajan en ella, y
nos coordinamos con los profesores o, por el contrario, criticamos y faltamos al respeto a los docentes. Si nos llevamos bien con la familia extensa (abuelos, tíos, primos) o no, y si formamos parte activamente de la comunidad. Todos estos factores van a repercutir de un modo u otro en nuestro hijo.
3. Exosistema
[caption id="attachment_261520" align="aligncenter" width="1200"]

Nuestra experiencia en las relaciones laborales, otro aspecto que cuenta | Fuente: Canva[/caption]
Se compone de otros
elementos que afectan a la vida del niño, pero que no tienen una relación directa con él. Es decir, se establece de manera indirecta a través de los miembros que forman el microsistema. Un ejemplo de exosistema sería
el lugar de trabajo de los padres o sus relaciones laborales. Este tipo de interacciones afectan a la forma de pensar de los adultos de la familia, a su tiempo libre e, incluso, a las emociones que experimenten. Finalmente, influirán también en el niño y en su manera de entender este ámbito de la vida.
4. Macrosistema
[caption id="attachment_261521" align="aligncenter" width="1200"]

En un plano superior también están las tradiciones y la cultura| Fuente: Canva[/caption]
Este nivel está definido por los
elementos de la cultura, en concreto en la que vive el niño, como las tradiciones, el
sistema de valores de su sociedad, la ideología o la religión.
5. Cronosistema
[caption id="attachment_261524" align="aligncenter" width="1200"]

El tiempo que nos ha tocado vivir, otro factor de gran impacto | Fuente: Canva[/caption]
En este último plano se tiene en cuenta
el momento temporal que se esté viviendo, las características de la época en la que le ha tocado crecer y
el grado de estabilidad en el mundo del niño. Por ejemplo, no es lo mismo la educación que se imparte ahora en España, que la que tenía lugar durante la Guerra Civil.
Así pues, la teoría de Bronfenbrenner nos ayuda a entender
cómo el entorno del niño y todos los sistemas de los que forma parte y que se interrelacionan influyen de manera determinante en su desarrollo y en su aprendizaje.