Pautas para gestionar el asunto de la mejor manera posible
1. Ante todo, comunicación y respeto
Resulta esencial preguntar. Empieza por expresar una curiosidad genuina sobre cómo se siente y muestra disposición a escuchar lo que te quiera contar sin juzgarle ni forzarle. El respeto es básico, puesto que partimos de la base de que es muy probable que no compartas su parecer. A pesar de que sean nuestros hijos, los gustos e intereses, lógicamente, difieren. Por ello, a menudo, el mero hecho de comprenderlo nos cuesta. Pero tratar de entender por qué han escogido a esa persona será prioritario. [caption id="attachment_265117" align="aligncenter" width="1200"]
2. Asume que son seres independientes
Aunque nos cueste, tenemos que entender que nuestros hijos deben tomar sus propias decisiones y necesitan cometer sus propios errores para aprender. Y no olvides que algunas parejas son pasajeras. Quizás te ayude rememorar tu historia personal cuando tenías su edad: cómo te sentías cuando trataban de imponerte algo o cuestionaban lo que decidías. A nadie le gusta que le cuestionen, se esté equivocando o no.3. Huye de los prejuicios
Este también es un punto fundamental. Si tomamos conciencia de nuestras propias expectativas y prejuicios será más fácil que no los volquemos en ellos. Intenta abrir tu mente para conocer a la persona elegida; si tu hijo o hija la trae, por algo será. Obviamente, caer en la crítica tampoco será de ayuda, más bien al contrario; así que evítala. [caption id="attachment_265118" align="aligncenter" width="1200"]
4. Date un tiempo
Es normal que en tales circunstancias al principio despierten en nosotros ciertos temores e inseguridades propias de los padres, como es el miedo a perderlos. Enfrentarnos a estas situaciones suele resultar más complicado al principio. Por eso mismo, démonos un margen y veamos cómo se desarrollan los acontecimientos.5. Y dáselo también a la pareja
Ofrezcámosle a esa persona la oportunidad de conocerla. Hay quien necesita más tiempo para sentirse cómodo y abrirse. Por eso, procura dedicar momentos de calidad a acercarte a quien tu hijo o hija ha escogido.6. ¿Y si advertimos problemas?
En los casos en los que se observan en la pareja comportamientos nocivos o que la relación que mantienen presenta tintes tóxicos, es lógico que sintamos el impulso de tratar de alejarla y proteger a nuestro hijo o hija. Pero conviene evitarlo, ya que lo más probable es que de este modo solo consigamos que se distancie de nosotros. Lo que realmente necesitan en tales momentos es que nos mostremos cercanos, sentir que pueden confiar en nosotros, contar con nuestro apoyo siempre, sin presionar ni juzgar. [caption id="attachment_265119" align="aligncenter" width="1200"]
7. ¿Qué pasa si la situación es más grave?
Si el asunto toma un cariz verdaderamente serio, por ejemplo, en el supuesto de que nos conste que nuestra hija está sufriendo malos tratos —físicos o psicológicos—, será fundamental que los padres actuemos como un equipo manteniendo la calma y no dejándonos guiar por las emociones. Recordad que debéis ser un apoyo y buscará en vosotros esa ayuda que tanto necesita. Contactar con un profesional que nos guíe puede resultar beneficioso, así como solicitar ayuda psicológica o especializada para ella, si accede a recibirla. Un consejo más: no caigáis en las regañinas; hay que tener siempre presente que es una víctima que está sufriendo. Habrá que ayudarla a tomar conciencia de la gravedad de lo que ha ocurrido o está ocurriendo y, si no se ha producido ya, acompañarla en el proceso de ruptura. No la aisléis ni minimicéis los hechos. Y si hace falta, denunciad. Como padres y madres, tenemos que estar alerta de lo que pasa en la vida de nuestros hijos, pero sin perder de vista que no podemos controlarlo todo. Muéstrate cercano, respetuoso y comunicativo; es la mejor manera de que nos hagan partícipes de lo que está pasando con sus relaciones. Si se os presenta una situación complicada de manejar o no sabéis cómo proceder, la mejor opción es contactar con un profesional que os asesore.Olga Fernández-Velilla Lapuerta Psicóloga general sanitaria Especialista en terapia de familia