Mudarse al extranjero supone un gran cambio para todos los miembros de la familia, pero los niños y adolescentes suelen ser quienes lo sienten de una manera más intensa.
Adaptarse a vivir en otro país, con todo lo que ello supone —integrarse en un nuevo colegio, dejar atrás a sus amigos, formar nuevas amistades e incluso aprender un nuevo idioma— suele representar
un desafío enorme para los menores.
Desde la organización
Inmigrantes en Madrid, especializada en acompañar a familias extranjeras en su integración en España, recomiendan a los padres, entre otras cosas,
mostrar a sus hijos de forma positiva las ventajas de su nueva ciudad: el colegio, los parques, los centros comerciales, los vecinos o cualquier otro aspecto que les motive. Estos incentivos contribuirán a reducir el impacto emocional del cambio y hacer más llevadera la transición.
Vivir en otro país: consejos para una buena adaptación
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Aunque les cueste un poco, irán amoldándose al nuevo entorno | Fuente: Canva[/caption]
Aunque es completamente normal que tus hijos experimenten
dificultades iniciales e incluso cierta resistencia, poco a poco irán haciéndose al nuevo lugar. Estos consejos te servirán para ayudarlos:
1. Prepáralos psicológicamente
Preparar a los niños psicológicamente
con la antelación suficiente resulta vital, porque una mudanza al extranjero implica un gran desafío emocional para ellos. Si es posible, llévalos antes a conocer el nuevo entorno: la vivienda, el barrio e incluso a alguno de sus futuros vecinos.
Karen McCann, autora estadounidense de libros de viajes afincada en Sevilla, también cree que preparar la mudanza con tiempo
contribuye a lidiar con el cambio con mucha más tranquilidad, y explica a
BBC Mundo que, “antes de la partida es buena idea visitar los colegios y contactar con otros inmigrantes vía correo electrónico”.
2. Acompáñalos en los desafíos que tienen por delante
Lo primero que los padres debemos tener en cuenta es que
la edad influye en gran medida en los diferentes obstáculos que los menores encuentran cuando se ven obligados a vivir en otro país.
Según su etapa de desarrollo responderán, básicamente, a:
- Etapa preescolar. Pueden verse afectados por las diferencias en la comunicación no verbal (el lenguaje corporal), crucial en esta fase.
- Edad escolar: El reto se centra en adaptarse a una nueva dinámica educativa y socializar con otros niños.
- Adolescencia: Al estar en pleno proceso de formación de identidad, es más probable que experimenten una mayor inestabilidad emocional y frustración.
Comprender estas diferencias permitirá a los padres acompañar a sus hijos con
empatía, y minimizar los conflictos en lo posible, pero
sin restarles importancia.
3. Crea un ambiente acogedor en casa
Una vez instalados, es esencial que los niños sientan su nuevo hogar como
un lugar seguro y cómodo. Organiza cuanto antes sus cosas, especialmente su dormitorio. Deja que participen en la decoración y conserven los objetos
más significativos para ellos, los que apreciaban de su vida anterior. Esto reforzará su sensación de pertenencia y les dará seguridad emocional.
4. Mantén el contacto con sus seres queridos
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Las videoconferencias nos permiten mantener el contacto con los abuelos | Fuente: Canva[/caption]
Los primeros meses son los más duros. En esta etapa, es común que los niños
echen de menos a su familia y amigos del país de origen. Desde la Asociación Española de Pediatría resaltan que mantener relaciones afectivas sólidas es clave para el bienestar psicológico en los procesos migratorios infantiles.
Por eso, facilitar el contacto con ellos a través de
videollamadas, mensajes o fotos les reconfortará. Herramientas como WhatsApp, Skype o Zoom son muy útiles para mantener esos lazos y dar continuidad a su relación con ellos.
5. Anímalos a hacer nuevas amistades
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Poco a poco harán nuevos amigos | Fuente: Canva[/caption]
Aunque mantener el contacto con sus raíces es importante, también lo es animarlos a crear otras amistades en su nuevo entorno. El colegio es el lugar más natural para conocer a otros niños, pero será buena idea ampliar el círculo con
actividades extraescolares: talleres, deportes, grupos artísticos o asociaciones juveniles. Esto no solo ampliará su círculo social, sino que los animará también a divertirse y mantenerse ocupados.
Tener algo que esperar cada día disminuirá los sentimientos de tristeza y nostalgia.
Ali Wenzke, autor del libro
The Art of Happy Moving (El arte de la mudanza feliz), recomienda enseñarles a nuestros hijos ciertas técnicas para entablar conversación con otros niños en el patio del colegio o en el parque. “Recuérdale que debe sonreír, no mostrarse altivo, hacer contacto visual, ser él mismo y compartir sus juguetes con otros niños”, comenta Wenzke en el sitio web
Parents.com.
Además, inscribirlos en centros donde haya diversidad cultural o presencia de otros estudiantes internacionales puede facilitar aún más la adaptación.
6. Mantén y celebra las tradiciones
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Seguir preparando recetas de la tierra siempre es un gran consuelo | Fuente: Canva[/caption]
Adoptar nuevas costumbres no implica renunciar a las propias.
Celebrar fechas significativas, preparar platos típicos o mantener rituales familiares ayudará a los niños a preservar su identidad cultural.
Incluso, estas celebraciones pueden convertirse en
oportunidades para integrarse si invitáis a vecinos o compañeros a conocer parte de vuestra cultura, e ir generando así conexiones valiosas.
7. Deja que expresen sus frustraciones
Por más que los padres intentemos prepara a nuestros hijos para vivir en otro país, los sentimientos de
tristeza, frustración o desconcierto son normales. Y debemos dejar que los expresen con libertad. Escúchalos activamente, sin juzgarlos.
También puedes compartir tus emociones con ellos, hacerles ver que también para ti es difícil, siempre que lo hagas
de forma equilibrada y sin generarles una carga adicional. El ejemplo de una actitud positiva frente a los desafíos tendrá un efecto multiplicador en su bienestar. Desde Inmigrantes en Madrid sostienen que “es importante fortalecer la comunión con tus hijos,
preguntarles cómo se sienten y qué opinan de su nuevo estilo de vida. Eso permitirá que se sientan importantes y valorados”.