La sexualidad infantil se desarrolla en diferentes etapas, y
es completamente habitual y normal que los niños pequeños
se estimulen sus genitales tocándose o acariciándose. Este comportamiento forma parte del descubrimiento corporal. Sin embargo, cuando se repite con demasiada frecuencia, podemos estar ante un caso de masturbación infantil compulsiva.
Una compulsión es una conducta repetitiva e impulsiva que nace del deseo intenso de hacer algo. Es decir, se trata de una
acción obsesiva o adictiva que se desarrolla a partir de un estímulo, en este caso el placer que provoca tocarse.
No es recomendable acudir al castigo para tratar de extinguir esta conducta, pues se da a entender al niño que es algo sucio, y esto le ocasionará un daño emocional.
Cómo se manifiesta la masturbación infantil compulsiva
En este tipo de situaciones, es común observar que el niño o la niña frota sus genitales contra objetos o superficies como cojines, el brazo del sofá o una manta, en busca de sensaciones agradables.
No se trata de una masturbación en términos adultos ni con intención sexual; simplemente exploran
el placer físico que les produce esa acción. A menudo, este comportamiento se manifiesta en espacios poco adecuados, como el cole u otros lugares públicos.
A diferencia de lo habitual en la adolescencia, durante la infancia la masturbación compulsiva es
más frecuente en niñas que en niños.
¿Qué siente el niño?
En los momentos de autoestimulación, algunos signos físicos son bastante evidentes:
enrojecimiento de la zona genital, respiración agitada, sudoración, mirada ausente y, en ocasiones, somnolencia tras el episodio. Además, el menor puede mostrar irritabilidad si se le interrumpe, y una notable desconexión con el entorno.
Mantener a los niños ocupados con actividades adecuadas a su edad es la mejor manera de reducir la recurrencia de estos comportamientos
¿Qué factores pueden estar detrás de esta conducta?
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El aburrimiento prolongado es una de las posibles causas | Fuente: Canva[/caption]
1. Aburrimiento
El hecho de que un niño se masturbe de manera compulsiva varias veces al día se debe a distintos motivos. Uno de los más comunes es
la falta de atención de las personas de su entorno. El aburrimiento prolongado en casa o en la guardería puede llevar al menor a buscar formas de autorregularse a través del placer físico.
2. Ambiente conflictivo
Otra posibilidad es que esté relacionado con
un ambiente familiar conflictivo, como discusiones constantes entre los padres, lo que genera tensión emocional que el niño no sabe cómo gestionar.
3. Exposición a contenidos inapropiados
En otras ocasiones, en cambio, la causa estaría en
una sobreexposición a contenido sexual inapropiado para su edad, ya sea por medios digitales, televisión o situaciones que se producen entre los adultos de su entorno.
4. Abusos sexuales
En los casos más graves, esta conducta podría ser un signo de
abuso sexual, situación ante la que
es imprescindible actuar de inmediato y contactar con un profesional.
Es fundamental volver a recordar que esta masturbación infantil compulsiva no tiene intención sexual, sino que responde a una búsqueda de bienestar físico, y constituye un signo de que
algo le está sucediendo psicológicamente al niño. Así pues, merece la atención de padres y educadores, primeramente, y de un profesional en caso de mantenerse en el tiempo.
No experimenta una sensación real de masturbación al modo de un adulto, no tiene contenido sexual.
¿Cómo intervenir ante la masturbación infantil compulsiva?
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No se suele dar en niños bien atendidos y con los que se interactúa | Fuente: Canva[/caption]
La actitud de los adultos ante esta conducta es clave.
Nunca se debe recurrir al castigo o a la humillación como método de corrección, ya que esto provocaría sentimientos de culpa, problemas con la autoestima y futuros complejos relacionados con la sexualidad.
En lugar de ello, es preferible redirigir la atención del niño hacia actividades que le resulten interesantes y que sean propias de su etapa de desarrollo:
juegos, lectura, propuestas sensoriales o cualquier dinámica que le motive y mantenga ocupado.
Cuando se advierta que está empezando a masturbarse, será útil intervenir suavemente con
estímulos atractivos que capten su curiosidad y lo desconecten de esa necesidad momentánea.
No obstante, si este comportamiento persiste en el tiempo, interfiere en su día a día o genera preocupación en el entorno familiar o escolar, lo más adecuado es
acudir a un especialista en psicología infantil. Un diagnóstico precoz y una intervención adecuada garantizarán su desarrollo emocional saludable.