La autoestima es uno de los pilares fundamentales en el desarrollo emocional de los niños. Sentirse querido, valorado y capaz no solo contribuye a su bienestar interior, sino que también influye en su rendimiento académico, sus relaciones sociales y su capacidad para afrontar desafíos. Ana Armenteros, pedagoga y coordinadora de primaria en el colegio Reial Monestir Santa Isabel, de Barcelona, ha elaborado un decálogo práctico para padres y madres con las mejores herramientas para reforzar la autoestima de sus hijos e hijas de manera efectiva.
Este conjunto de recomendaciones ha sido supervisado por el Departamento de Orientación Psicopedagógica (DOP) del colegio, con el objetivo de proporcionar instrumentos útiles y aplicables en la educación diaria. Aquí te los presentamos en forma de diez consejos que te ayudarán a guiar a tus hijos e hijas con amor y respeto.
1. Expresa tus sentimientos abiertamente
La base de una autoestima saludable es sentirse amado y aceptado tal y como se es. Aunque como padres y madres damos por hecho que nuestros hijos saben cuánto los queremos, es fundamental expresarlo de forma clara y constante. Un “te quiero” sincero, un abrazo reconfortante o simplemente escuchar sus inquietudes sin juzgar, refuerza su seguridad emocional.
Ana Armenteros explica que “es importante que sepan que los queremos, aunque sea algo evidente. Hay que transmitírselo con palabras y con hechos, como un simple abrazo, porque así también ganan seguridad”. Este gesto de amor incondicional ayuda a los niños y niñas a desarrollar una imagen positiva de sí mismos, lo que les permite afrontar mejor las críticas y las dificultades.
2. Pide las cosas con amabilidad
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El tono en el que nos comunicamos con nuestros hijos tiene un gran impacto en cómo se ven a sí mismos. Pedir las cosas con amabilidad, en lugar de utilizar órdenes o regañarlos, crea un ambiente de respeto y colaboración. Esto no significa ser permisivo, sino expresar nuestras expectativas de manera clara y positiva.
Por ejemplo, en lugar de decir “¡recoge tus juguetes ahora mismo!”, podríamos decir: “cuando termines de jugar, ¿puedes ayudarme a recoger los juguetes para que todo esté ordenado?”. Este enfoque reduce el estrés y fomenta una comunicación saludable, fortaleciendo el vínculo emocional.
3. No cedas a todas sus peticiones
Aunque nos cueste decir 'no', establecer límites claros y coherentes es esencial para el desarrollo de la autoestima. Ceder a todas sus peticiones les dará una sensación de poder desmedido, lo que lleva a la frustración y la inseguridad cuando no logran obtener siempre lo que desean.
Según Armenteros, los niños y niñas a menudo ponen a prueba nuestros límites para entender hasta dónde pueden llegar. Esto no solo define su capacidad de persuasión, sino que también les ayuda a comprender que no siempre obtendrán lo que quieren. Establecer líneas que no deben traspasar les enseña resiliencia y tolerancia a la frustración, habilidades clave para la vida.
4. Corrige en privado y con empatía
Es normal que los niños cometan errores o tengan comportamientos inadecuados. Sin embargo, corregirles en público o de forma humillante afectará a su autoestima y generará resentimiento. La recomendación es hacerlo en privado y con empatía, explicándoles cómo pueden mejorar en lugar de enfocarse solo en lo que hicieron mal.
Corrigiendo con amabilidad y en un entorno seguro, evitamos avergonzarlos y les damos la oportunidad de reflexionar sobre sus acciones sin sentirse juzgados. De esta manera, el aprendizaje se vuelve constructivo y respetuoso, fomentando la autorreflexión y la mejora continua.
5. Sé un modelo de honestidad y coherencia
Los niños aprenden observando. Si queremos que sean sinceros y auténticos, nosotros también debemos serlo. No podemos pedirles que sean honestos si nos ven mentir, incluso en situaciones aparentemente inofensivas.
Según Armenteros, cuando involucramos a los niños en mentiras piadosas o excusas socialmente aceptables, les enseñamos de manera indirecta que mentir es una herramienta válida para evitar problemas. Esto puede socavar su confianza en nosotros y afectar a su sentido de la ética y la moral.
6. Nada de comparaciones
Cada niño es único y tiene su propio ritmo de desarrollo. Lo más probable es que compararlos con otros niños o incluso con sus hermanos genere en ellos sentimientos de inferioridad e inseguridad. En lugar de establecer paralelismos, celebra sus logros personales y enfócate en su progreso individual.
Las comparaciones no solo dañan la percepción que un niño tiene de sí mismo, sino que también fomentan la rivalidad y el resentimiento. En su lugar, motívalos a superarse a sí mismos y enséñales a valorar sus propias cualidades.
7. Fomenta su independencia
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Permitir que realicen tareas por sí mismos, acordes a su edad y habilidades, es una de las mejores herramientas para reforzar la autoestima de los niños y también su autonomía. Ya sea vestirse, hacer la cama o preparar su merienda, estas pequeñas acciones les enseñan a confiar en sus capacidades.
Armenteros señala que cuando les dejamos hacer cosas por sí mismos, les damos la oportunidad de aprender de sus errores y crecer. Además, fomentamos su sentido de responsabilidad y les preparamos para enfrentarse a desafíos mayores en el futuro.
8. Cumple tus promesas
La credibilidad es un valor fundamental en la educación de nuestros hijos. Si prometes algo, cúmplelo, ya sea un premio o una consecuencia. Esto no solo refuerza la confianza, sino que también enseña la importancia de la responsabilidad y la coherencia.
Cuando los padres no cumplen sus promesas, los niños aprenden a manipular la situación y pierden respeto hacia la autoridad. En cambio, la consistencia en nuestras palabras y acciones les da seguridad y estructura.
9. Reconoce tus propios errores
No hay mejor lección que el ejemplo. Al reconocer nuestros errores, enseñamos humildad y autenticidad. Al hacerlo, les mostramos que equivocarse es humano y que lo importante es aprender de esas experiencias.
Cuando pedimos perdón, reforzamos el respeto mutuo y fomentamos un ambiente de comunicación abierta. Además, demostramos que el crecimiento personal es un proceso continuo y que no se trata de ser perfectos, sino de esforzarse por mejorar.
10. No grites, conversa con calma
El gritar genera miedo y confusión, algo que, a su vez, afecta a la autoestima y la seguridad emocional de los niños. En su lugar, utiliza un tono calmado y firme que te permita expresar tus sentimientos sin agredir ni humillar.
La comunicación asertiva ayuda a los niños a manifestar sus emociones de manera saludable y a resolver conflictos sin recurrir a gritos o agresiones. Además, les enseña a gestionarlas y a mantener relaciones respetuosas y armoniosas.
Un trabajo de cada día
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La autoestima se construye día a día, con palabras amables, ejemplos positivos y una educación basada en el amor y el respeto. Al aplicar estos consejos, estarás ayudándoles a desarrollar una autoimagen positiva y resiliente, que les permitirá enfrentarse a los desafíos de la vida con seguridad y optimismo.
Recuerda, no se trata de ser padres perfectos, sino de ser padres presentes y amorosos que guían con paciencia y empatía. ¿Listo para empezar este hermoso viaje de crecimiento emocional junto a tus hijos?
Los cuentos que trabajan la autoestima, un gran recurso
Además del mero placer que encontramos en una buena lectura, en una historia bonita, interesante y bien narrada, existe una dimensión más amplia de los libros, y es que también nos sirven para enviar mensajes importantes a niños y adultos. Hablamos en concreto de la literatura como herramienta para crecer por dentro. Eso es lo que consigue el libro que os proponemos a continuación: Dentro de mí. Lo ha escrito Sol Carmona, madre de dos hijos y defensora de la crianza consciente. Sobre su último libro nos comenta: "Como madre y profesional, sé lo importante que es brindar a nuestros hijos las herramientas necesarias para navegar sus emociones y las oportunidades para su autoconocimiento, así como para desarrollarse. Este cuento está diseñado para acompañarlos en este proceso, con la esperanza de que se conviertan en adultos emocionalmente equilibrados y seguros de sí mismos. Porque son estos niños los que van a estar en el futuro y todo lo que invirtamos en ellos, lo vamos a aportar al mundo. La idea que siempre está en mi mente es la de mejorar el mundo a través de la infancia".Dentro de mí
