Recomendaciones para una buena comunicación
1. Informar abiertamente
Es necesario establecer una comunicación abierta desde el principio y durante todo el proceso. Conviene ir contando las cosas progresivamente, ya que, explicar todo de golpe puede ser demasiado impactante. Así también se les da tiempo a comprender e integrar toda la información y los cambios que se vayan produciendo.2. Mostrar las propias emociones con un poco de autocontrol
Las noticias importantes deben darlas los progenitores, siempre y cuando se sientan capaces de controlar su propia angustia. No pasa nada por llorar delante de los hijos, al contrario, es una manera de compartir las emociones y mostrarse como modelos de expresión emocional. Pero sí es aconsejable que evitemos mostrar excesiva angustia, desbordamiento o afectación, porque se podrían asustar.3. Sin prisas
Al hablar a un niño sobre la enfermedad de un ser querido, debemos hacerlo con calma y tiempo, sin prisas y en un lugar tranquilo y que resulte familiar para el menor.4. Responder siempre
Tratar de contestar siempre a sus cuestiones. Cuando los más pequeños preguntan, lo hacen por interés, para aprender. Responder a lo que necesitan saber es la mejor manera de saber hasta qué detalles de la situación es necesario contarles.5. Ser sinceros
Responder con franqueza y, si no tenemos respuesta, explicarle que no lo sabemos.6. Animarlos a preguntar
Preguntarles si tienen dudas y si quieren hablar del tema, por si no se atreven a hacerlo.7. Comunicación adaptada a cada circunstancia específica
Hay que tener en cuenta que cada persona, por pocos años que tenga, es diferente y tiene inquietudes distintas. Por ello, la comunicación siempre se adaptará a sus necesidades y será adecuada a su edad, capacidad y nivel de comprensión.8. Escucharles con mucha atención
Mantener una escucha atenta para entender qué quieren saber, sin adelantar información en exceso ni forzarlos si no están preparados, es también imprescindible. [caption id="attachment_255995" align="aligncenter" width="1200"]
9. Tener siempre en cuenta su edad
Ofrecer información clara, sencilla y concreta a niños de corta edad, y más detallada a los de edad más avanzada y a adolescentes.10. Ante todo, naturalidad
Encontrar nuestra manera de comunicarnos, con naturalidad y con nuestras palabras.11. Sin mentiras
No mentir nunca para establecer una relación de confianza. No es necesario dar detalles si el menor no los pide.12. Darle tiempo
Respetar el ritmo de cada niño, dar tiempo e ir hablando cuando estén preparados y receptivos.13. Validar su manera de expresar sus sentimientos
Permitir que expresen cómo se sienten y aceptar sus reacciones, sean de tristeza, enfado o rabia, cada niño o adolescente actúa según sus propias capacidades y maneras de afrontar la adversidad. Los adultos debemos acompañarlos y comprenderlos.14. Ayudarlos a poner palabras a lo que sienten
Sobre todo con los más pequeños, que todavía no tienen recursos para identificar sus emociones, será beneficioso que nombremos el sentimiento que percibimos en ellos.Recomendaciones de apoyo
1. Brindar la oportunidad de hacer una visita al familiar
Para facilitar la adaptación, se les puede ofrecer la oportunidad de visitar al familiar si está ingresado, o de acompañarle a casa o incluso al hospital de día, para que vea dónde recibe los tratamientos. Pero nunca forzar ni obligar a visitar o acudir al hospital si el menor no quiere. Si no desea ir, se le puede dar la opción de que le haga un dibujo, una carta o un vídeo para entregárselo al familiar enfermo de su parte.2. Permitir su colaboración
Si el ser querido está en el domicilio, es positivo permitir que el menor participe en los cuidados y rutinas diarias. Por ejemplo, si la persona enferma necesita descansar, se puede recurrir al niño o niña para que le acerque algo que necesite o le haga compañía. De esta manera hacemos que se sientan útiles y valorados.3. Mantener las mismas reglas de siempre
No se deben alterar las normas y límites de la casa. Nuestros hijos siguen necesitando unas pautas que les contengan.4. Normalizar la vida cotidiana en lo posible
Intentar mantener la normalidad dentro de lo posible, favoreciendo que siga sus rutinas y sus actividades diarias.5. Buscar atención psicológica especializada si es preciso
Por último, siempre que se necesite orientación o apoyo, se puede solicitar atención psicológica. Es importante buscar soporte profesional en caso de que aparezcan dificultades de adaptación, ya sea porque el menor esté excesivamente triste, ansioso, tenga problemas para dormir o para mantener el rendimiento escolar, o cualquier otro síntoma que nos parezca preocupante, bien por su intensidad o por su duración en el tiempo. En caso de necesitarlo, la Asociación Española Contra el Cáncer presta un servicio de atención gratuito las 24 horas del día a través del teléfono Infocáncer: 900.100.036. También puedes buscar más información o ponerte en contacto con ellos a través de su web pinchando en este enlace.Eugenia Bustelo Almeida Psicooncóloga de niños y adolescentes de la AECC en Barcelona

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