Desde que tenemos uso de razón nos enseñan a cómo mantener relaciones sanas y duraderas, que superen las dificultades. El matrimonio consiste precisamente en eso, pero ¿qué sucede cuando llega a su fin? No solemos estar preparados para
superar una ruptura o para rehacer nuestra vida sentimental. Enamorarse después de una
separación no es nada fácil y si además tenemos hijos, parece casi imposible. En esa situación, nos enfrentamos a innumerables barreras a la hora de encontrar pareja.
¿Por qué nos cuesta rehacer nuestra vida sentimental?
1. Los prejuicios
Lo que creemos que piensan los demás de nosotros, puede ser una de estas preocupaciones. A esto, hay que sumarle la edad, ya que a menudo tendemos a considerar que supone un problema. Debemos mirarnos con honestidad y ver qué juicios rápidos estamos basando en estereotipos culturales, sociales o personales. Una forma de descubrir si esto nos está suponiendo una limitación, es imaginándonos en otro lugar diferente al que vivimos, en el que no nos conozca nadie y podamos rehacer nuestra vida. Entonces, deberemos reflexionar si esto nos haría sentir incómodos o no.
2. Temor al fracaso sentimental
Se trata de una de las barreras más comunes. En ocasiones muchas rupturas se dan con compañeros con los que teníamos una buena relación y con gran complicidad, pero a veces, el amor se acaba. Esto puede crearnos miedos a la hora de rehacer nuestra vida, pero siempre tenemos que tener en cuenta que existen otros factores externos que pueden influir de modo directo en el fin de una relación.
3. Miedo a que los hijos no acepten a la nueva pareja
Ante esto lo mejor es dialogar abiertamente del tema sin sentir vergüenza y
transmitirles que esta persona no sustituirá a nadie, ni nos quitará tiempo de estar con ellos, sino que más bien aportará cosas buenas a la familia. Hablar con los niños sobre sus necesidades les hará sentir más importantes y se verán como parte de la decisión.

A veces tenemos claro que queremos
rehacer nuestra vida sentimental, pero lo que ocurre es que no encontramos el momento para conocer gente nueva con la que comenzar una relación amorosa o simplemente de amistad. Es por ello que cada vez son más los
padres solteros o separados que usan Internet para ampliar su círculo, utilizando, por ejemplo, apps como Tinder o eDarling, pues entre los niños y el trabajo hay que hacer “malabares” para llegar a todo.
Debemos dialogar abiertamente del tema sin sentir vergüenza y transmitirles que esta persona no sustituirá a nadie, ni nos quitará tiempo de estar con ellos
Las aplicaciones para encontrar pareja, así como las redes sociales, se han convertido en nuevos entornos del día a día. La tecnología supone una nueva forma de comunicación con la que debemos ser prudentes a la hora de emplearla y, por supuesto, con la que hay que aprender a familiarizarse.
Es cierto que, en ocasiones, la experiencia de quedar con alguien a través de estas plataformas o aplicaciones no es gratificante, ya que es posible que no nos sintamos del todo cómodos o que nos llevemos algún tipo de desengaño. Algo que puede provocar que su uso se convierta en una fuente de estrés en lugar de algo positivo. Por ello, no debemos olvidar que existen muchas otras maneras de establecer relaciones: acudiendo a actividades como cursos de cocina, catas de vino, senderismo o clases de baile. Estas suelen realizarse en grupo y se convierten en la ocasión perfecta para encontrarse con personas de intereses afines.
Prueba
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