Los
bebés llegan al mundo con una serie de
reflejos innatos e involuntarios que, en su mayoría, son los que procuran la supervivencia del ser humano. Son respuestas musculares automáticas ante una estimulación física o movimientos que se producen en el entorno. Se cree que estas acciones instintivas están en nuestro código genético, ya que incluso algunas se observan desde que el niño se encuentra en el seno materno, como es el caso de chuparse el dedo.
Estos gestos espontáneos desaparecen con el paso del tiempo, a medida que evoluciona el desarrollo psicomotor y cognitivo del menor.
Reflejos del recién nacido
Estos son los actos involuntarios con los que venimos al mundo:
1. Búsqueda
Ocurre cuando se toca con suavidad la comisura de los labios o la mejilla. En ese momento
el niño gira su cuello hacia esa dirección y abre la boca para buscar el alimento. A los 4 meses, aproximadamente, dejará de hacerlo, se asegura en un
artículo de la Academia Americana de Pediatría.
“Esto le ayuda a encontrar el pezón. Al principio buscará de lado a lado, volteando rápidamente su cabeza hacia el pecho. Pero alrededor de las tres semanas, simplemente se girará y moverá su boca hacia una posición óptima para la
lactancia”, indican los especialistas.
2. Succión
Este acto de supervivencia está presente incluso antes del alumbramiento. Es posible que hayas visto a tu hijo
chuparse el dedito en una prueba de ultrasonido durante la gestación.
Después de nacer, comenzará a succionar apenas sienta el pezón entre sus labios. Esto sucede en dos fases: inicialmente, los labios se posan sobre la areola y presionan el pezón empujando su lengua contra el paladar. Seguidamente, llegará el momento de extraer la leche mientras la lengua está en el pezón.
En un artículo del sitio web del
Centro Médico Rey Fernando, ubicado en Zaragoza, se explica que el bebé comenzará a chupar independientemente de si tiene hambre o no. “Además, se ha comprobado que
el amamantamiento disminuye el dolor y la ansiedad, por lo que puede chuparse el dedo por ese motivo”, añade la institución médica.
Aunque en la mayoría de los casos esta respuesta desaparece a los 4 meses, algunas veces puede extenderse hasta los 6.
[caption id="attachment_511426" align="aligncenter" width="700"]

En cuanto acerques el dedo a la boca de tu hijo, debería comenzar a succionar de inmediato | Fuente: Canva[/caption]
3. Galant
Si lo acariciamos en un costado, en el área de los riñones y en paralelo a la columna vertebral, arqueará su cuerpo suavemente hacia esa dirección. Lo seguirá haciendo hasta cumplir su primer año de vida, aproximadamente.
4. Cuello tónico
Se produce cuando el niño está acostado boca arriba y estira el brazo y gira su cuello hacia el mismo lado. De forma simultánea,
apretará con fuerza el puño de la mano estirada.
“Al girar la cara en la otra dirección, se invierte la posición. La postura tónica del cuello a menudo se describe como posición de esgrima, debido a que se asemeja a la pose de esta disciplina deportiva”, leemos en la web
MedlinePlus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
5. Prensión plantar
Cuando siente que le tocan en la planta de los pies, aprieta los deditos con fuerza y tensa el tobillo. Esto podría generarle algunas risas debido a las
cosquillas. Es una respuesta involuntaria que casi siempre se mantiene hasta el primer cumpleaños.
6. Arrastre
Si lo posicionas boca abajo, comenzará a mover sus piernas como si intentara gatear. En ese momento podrías
ubicar tus manos bajo sus pies para servirle de apoyo. A los 3 meses dejará de hacerlo.
7. De Moro
Es
una respuesta de sobresalto y debe su nombre al
pediatra austríaco Ernst Moro, quien lo describió por primera vez. Si el niño se lleva un susto o cambia de posición de forma abrupta, estirará los brazos y las piernas, al mismo tiempo que extenderá su cuello y comenzará a llorar. También realizará esta acción defensiva si lo tomamos de las muñecas mientras está acostado sobre la cama y lo dejamos caer de espaldas suavemente. Casi siempre este reflejo se mantiene hasta los 6 meses.
[caption id="attachment_511425" align="aligncenter" width="700"]

Si quieres probar este ejercicio, recuerda acostarlo sobre una superficie blanda y hazlo con suavidad | Fuente: Canva[/caption]
Aunque los bebés parezcan completamente indefensos, y en verdad lo son en muchos aspectos, lo cierto es que vienen 'equipados' con varias reacciones de protección. Por ejemplo, si percibe que un objeto se acerca peligrosamente hacia él,
procurará esquivarlo moviendo su cabeza o alguna parte del cuerpo.
8. Marcha
Aunque apenas hayan pasado unas pocas semanas desde su nacimiento, si lo sostienes por las axilas con los pies colgando hacia el suelo empezará a mover sus extremidades como si intentara caminar. Es una respuesta espontánea que cesa al segundo mes de vida.
Reflejos que todos tenemos
Por otro lado, hay una serie de reacciones inconscientes que compartimos los adultos con los niños:
- Tos: ante una estimulación de las vías respiratorias.
- Estornudo: cuando se irritan las vías respiratorias nasales.
- Parpadeo: los ojos se cierran frente a una luz brillante repentina o el tacto.
- Náuseas: ante ciertos contactos en la garganta o el área posterior de la boca.
- Orientación: es la reacción que tenemos ante un cambio que se produce en nuestro entorno.
- Bostezo: ocurre cuando nos sentimos cansados, tenemos hambre o el cuerpo necesita más oxígeno.
- Rotuliano: damos una patada repentina cuando recibimos un golpe en el tendón rotuliano (debajo de la rodilla).
Pruebas al nacer
Cuando apenas han transcurrido entre 5 y 10 minutos después de salir del útero materno, los bebés son sometidos a una prueba de evaluación llamada
test de Apgar. Se usa para medir la respiración, el color de la piel, el tono muscular, el ritmo cardíaco y las respuestas involuntarias.
Para ello se le realiza un pinchazo suave en el brazo o la pierna y se mide su reacción a través de una puntuación del 1 al 10. La calificación más alta se otorga a los niños totalmente saludables.
[caption id="attachment_511427" align="aligncenter" width="700"]

Otro de los reflejos consiste en apretar tu dedo cuando lo acerques a su manita | Fuente: Canva[/caption]
Sin embargo, hay casos en los que los recién nacidos demuestran tener sus reflejos en óptimas condiciones,
pero estos comienzan a 'debilitarse' con el paso del tiempo.
Por eso siempre debemos permanecer atentos ante las respuestas inmediatas de nuestros hijos y consultar con el pediatra si notamos que algo no va bien. Pero no es bueno sacar conclusiones apresuradas sin disponer de la opinión de un experto.
Prueba
Lorem ipsum dolor, sit amet consectetur adipisicing elit. Nobis dolorum modi dolores beatae atque eaque. Quia necessitatibus veritatis tempora quibusdam tenetur quas, dignissimos atque id modi eveniet, dolores harum eos!
¿Te ha resultado útil este artículo?