Al hablar de ludopatía, la mayoría imaginamos a una persona adulta de entre 40 y 60 años delante de una máquina tragaperras. Pero los patrones de juego y la edad son muy diferentes en la actualidad, ya que cada vez nos encontramos con más jóvenes y adolescentes que muestran claras señales de poder tener una adicción del comportamiento.
El avance de las nuevas tecnologías ayuda a la accesibilidad y a la inmediatez, lo que facilita el no tener que desplazarse para disfrutar de ellas y el poder hacerlo fuera de la vista de los demás. Por otro lado, con publicidad específica, atrayente y que utiliza en ocasiones a personas importantes del mundo del fútbol o de la televisión, conseguir consumidores no es difícil. Los adolescentes son especialmente vulnerables a todos estos estímulos: tienden a buscar experimentar sensaciones novedosas y huir del aburrimiento, están muy familiarizados con las nuevas tecnologías y su percepción de los peligros que conllevan es muy baja.
Como todos los productos en el mercado, existe una gran variedad de juegos: de competición, de rol, de riesgo y de azar. Algunos constituyen simples pasatiempos, pero otros tienen como objetivo principal el arriesgar (ganar o perder dinero). Y si bien, por ejemplo, las apuestas están vetadas para los menores de edad, es sabido por todos cuán fácil es hacerse pasar por un adulto en internet.
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Fases del desarrollo de la adicción
Los adolescentes que sufren ludopatía pasan por diferentes fases, comenzando por un disfrute normalizado hasta llegar al estadio del juego patológico:- Fase de ganancia. Luna de miel donde hay ganancias, las cuales ayudan a establecer la falsa creencia de que se es un jugador de éxito.
- Fase de pérdida. Incremento del juego y del dinero invertido a causa de la actitud optimista, aumentando las pérdidas. El objetivo del juego ya no es ganar, sino recuperar lo perdido.
- Fase de desesperación. Se empiezan a acumular deudas y se agravan otros problemas en cuanto a responsabilidades en relación a amigos y familia.
Señales de alerta
Es importante estar cerca de nuestros hijos, atentos a los signos que nos pueden indicar la existencia de una adicción al juego, como los siguientes:- Irritabilidad excesiva cuando la conexión se interrumpe o va lenta y cuando no se está jugando.
- Privación de sueño, tiempo de descanso y tiempo para comer, pues, al igual que en las adicciones a sustancias, cada vez se requiere mayor inversión temporal para experimentar la misma sensación del inicio, dejando de lado el cuidado personal.
- Aislamiento tanto del grupo de amigos como de la familia.
- Evasión de los problemas familiares y/o del colegio/trabajo.
- Elusión de responsabilidades.
- Absentismo escolar.
- Mentiras, ocultándose los tiempos reales de juego, la actividad que está realizando y si se ha invertido dinero en ella.
- Pérdida de control, ya que no se puede reducir el tiempo que se invierte en el juego.
- Robos dentro y fuera de casa de objetos de valor.
- Deudas, recurriendo a pedir o a que le fíen dinero.

Factores que favorecen la ludopatía
Ser víctima del juego patológico a temprana edad es más fácil de lo que muchas veces como padres y madres podemos pensar, puesto que la edad es un factor importante de riesgo. Un “inofensivo” videojuego, teléfonos móviles o el uso excesivo de internet pueden ir provocando poco a poco el desarrollo de una conducta adictiva. Además de la edad, existen otros factores que pueden favorecer la aparición de la ludopatía. Algunos de ellos podrían ser:- Ausencia de límites en cuanto a horarios, tiempos y espacios de uso.
- Accesibilidad.
- Mala gestión del tiempo de ocio y tiempo libre, así como una mala gestión del aburrimiento.
- Poseer mucho dinero o todo lo contrario, ausencia de este. Se ve en el juego una vía rápida para conseguirlo.
- Creencias asociadas al juego, como controlar la suerte o expectativas positivas en él.
- Falta de comunicación en el entorno familiar.
- Crecer en un entorno familiar donde se hace un uso normalizado del juego.
- Baja autoestima
- Ausencia de habilidades sociales, encontrándose en las pantallas una vía de escape ante las dificultades de relacionarse con otras personas.
- Búsqueda constante de sensaciones nuevas.
- Dificultades a la hora de identificar y gestionar las emociones.
- Baja tolerancia a la frustración.
- Falta de recursos a la hora de tomar decisiones de manera responsable o dificultades a la hora de resolver conflictos del día a día.
¿Qué podemos hacer desde casa?
Ante todo, no hay que minimizar un problema como la ludopatía que puede llegar a todas las casas y que puede afectar a nuestros hijos. La prevención es la herramienta más poderosa que hay: prevenir es anticipar, y anticipar es ir un paso por delante en el crecimiento de nuestros hijos. Algunas de las medidas que podemos tomar son las siguientes:- Pacta horarios y espacios de uso, atendiendo a su responsabilidad en el caso de incumplimiento, reduciendo horas o incluso quitando su acceso por un tiempo.
- Juega con ellos sin pantallas.
- Supervisa qué clase de aplicaciones y juegos tiene.
- Fomenta el diálogo en la familia, creando espacios de comunicación.
- Estimular el deporte y actividades en equipo y al aire libre.
- Potenciar actividades que no precisen el uso de las tecnologías como la lectura, ver películas y las culturales.
- Dota a tus hijos de habilidades sociales.
- Ayuda a tus hijos a posponer satisfacciones y tolerar fracasos.
- Ayuda a tus hijos a que puedan identificar lo que sienten, aceptando la emoción sin huir del malestar que esta les pueda generar.
- Fomenta valores saludables.
- Da ejemplo. En este sentido, los padres y las madres tenemos mucha responsabilidad.
- Ayuda a tus hijos a tomar decisiones de manera responsable.
- No les des rápidamente soluciones a su aburrimiento, pues deben aprender a tolerarlo. Ellos mismos deben buscar alternativas saludables.
- Ayuda a tus hijos a que se quieran, se respeten y se acepten tal y como son.