Las lecciones que nos da el ‘fracaso’
El valor y el sentido de la vida está en la pasión y la voluntad decidida de lograr objetivos a largo plazo a pesar de las incomodidades que surjan. Esto incluye trabajar duramente, solucionar los problemas que aparezcan en el camino y volver a intentarlo ante el posible ‘fracaso’; a esto último se le llama aprendizaje. No solo sirve para descubrir los talentos escondidos, sino también es la apertura hacia una vida más feliz. Aunque no es nada fácil en el mundo instantáneo de hoy. Cuando aplicamos una crianza más inteligente, somos padres más cálidos y comprensivos, respetuosos (de la identidad, el punto de vista, la privacidad de nuestros hijos) y exigentes (tenemos expectativas y responsabilidad con respecto a las reglas y valores familiares sin ser necesario el castigo). Si deseas ayudar a tu hijo a desarrollar resiliencia, perseverancia y tesón, considera las siguientes claves:1. Crear oportunidades
Presenta a tu hijo la posibilidad de escoger entre diversas experiencias nuevas. Por ejemplo, antes de elegir qué instrumento tocará, déjale ver, escuchar y tocar una variedad de instrumentos suficiente.2. Adquirir responsabilidad
Cuanto mayor sea la atracción que siente tu hijo hacia una actividad, más probable será que persista. Invítale a elegir alguna en la que esté de verdad interesado para que se comprometa a invertir tiempo y dedicación. Y después, ayúdale a desarrollar las habilidades que precisa para esta actividad en particular.3. Respetar sus compromisos
Adquirir una nueva habilidad a menudo es emocionante al principio, cuando el aprendizaje ocurre rápidamente. Pero, más adelante, el desarrollo de capacidades adicionales se vuelve, por lo general, difícil y menos notorio. Es en este momento cuando tendrás que hacer hincapié en la práctica y ofrecer un mayor apoyo emocional, sin dejar de ser firme en que tu hijo persista. Insistir en la importancia de que respete las obligaciones contraídas, en lugar de renunciar, le brinda la oportunidad de experimentar los beneficios de la perseverancia y aprender a tolerar mejor la frustración. Además, enfatiza los valores familiares de lealtad y compromiso.4. Permitir que experimente una frustración manejable
Aprender de los desafíos y los fracasos es clave para que los niños establezcan la conexión entre perseverancia y logro. Solo cuando experimentamos la frustración de primera mano podemos asumir que el esfuerzo suele conducir al aprendizaje. La frustración es una oportunidad para crecer y para aprender a superar los desafíos (resiliencia). Conviene que crees situaciones en las que tu hijo deba realizar tareas un poco por encima de su nivel de habilidad y le animes a probar lo que aún no puede hacer. Fomenta la asunción de riesgos y plantéale retos. Lo mejor es hacerlo desde el ejemplo, enseñándole cómo en la práctica nosotros mismos nos exponemos a situaciones nuevas o desconocidas y explícale cómo manejas el ‘fracaso’ (aprendizaje) con dignidad y reflexión. Hazle saber que, para convertirlo en una enseñanza positiva, te preguntas cosas como “¿En qué he fallado? ¿Qué puedo hacer con lo que me ha sucedido para que juegue a mi favor y no en mi contra?” Este tipo de preguntas sumarán y lo acompañarán durante toda su vida en sus experiencias.5. Brindarle el apoyo necesario para superar la frustración
Los fracasos repetidos, especialmente sin la experiencia de superarlos, pueden desanimar a un niño de asumir desafíos en el futuro. Es importante asegurarnos de que esto no ocurre y trabajar con ellos esta actitud de superación personal. La manera de hacerlo es ofreciéndoles soporte emocional mientras afrontan el reto de nuevo de forma independiente; de esta manera tendrán una vida más exitosa y saludable.6. Establecer propósitos juntos
Anímalo a fijarse metas y apóyalo en el desarrollo de un plan para alcanzarlas, estableciendo rutinas diarias que permitan su práctica y eventual consecución. Por supuesto, tanto el objetivo como el método para materializarlo deben ser acordes a su edad. Considera que el enfoque de calidad que puede mantener un niño y un adolescente está entre los 8 y 25 minutos.7. Enseñarle un proceso
Cuando se enfrente a desafíos, ayúdale a establecer una meta discreta y específica relacionada con su desempeño. Pídele que se enfoque solo en ella y guíale en el diseño de estrategias para lograrla. Una vez que haya alcanzado su objetivo, tiene que volver a marcarse otro pequeño propósito concreto y continuar con el proceso del mismo modo. En resumen, como padres y educadores no debemos limitarnos a ayudarles a cumplir con sus anhelos e inquietudes, sino que también tenemos que poner en práctica esta actitud nosotros mismos. Esta forma de proceder, la de ser un modelo de conducta, es la mejor inspiración para los niños y adolescentes que nos rodean.
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