En este
manual de padres de hoy ya te hemos hablado de algunos aspectos fundamentales en la educación de nuestros hijos, como son:
En este último apartado profundizaremos en
la gestión y el manejo del tiempo en la vida diaria de nuestros hijos. Entre las clases, las extraescolares, los deberes y demás actividades, a menudo tenemos la sensación de que tanto sus agendas, como las nuestras, están demasiado saturadas.
Es por ello que hoy te ofrecemos una serie de consejos para que le saquéis el
máximo rendimiento a vuestro tiempo y podáis compaginar todas esas actividades que tanto le gustan a tu hijo con tu apretada agenda.
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Niño realizando una manualidad en compañía de su padre | Fuente Shutterstock[/caption]
Manejo del tiempo
1. Niños ocupadísimos
Todos conocemos el
cliché del niño hiperocupado, que corre de actividad extraescolar a actividad extraescolar, de saxofón a refuerzo de matemáticas, de balonmano a judo. Probablemente habrá momentos en el que te sientas como ese padre con un coche cargado de todo su equipamiento y materiales y con una agenda tan complicada que despiertas a mitad de la noche preocupado por perder el hilo y haberte saltado algo importante. Pero también consideras un placer ver como tu hijo descubre las actividades que realmente disfruta, y uno de los privilegios de la paternidad es animar a tu hijo y observar cómo mejoran sus habilidades.
Algunos niños realmente se desenvuelven bien en lo que podría ser, para otros, una
planificación extrema de su agenda. Conoce a tu hijo, habla con él, y cuando sea necesario, ayúdale a tomar las decisiones que hacen posible que continúe haciendo las cosas que más le gustan, incluso si eso significa dejar de hacer algunas otras actividades.
Es cierto que los niños pueden obtener múltiples beneficios, personales y académicos, de aprender música, jugar a deportes y participar en una serie de actividades extracurriculares que muchas escuelas ofrecen. Sin embargo, ellos también
necesitan una cierta cantidad de tiempo no planificado. La mezcla exacta varía de niño en niño, incluso varía de edad en edad. Por un lado, necesitamos ayudar a nuestros hijos a entender la importancia de cumplir con sus compromisos (no vas a dejar de tocar un instrumento porque de pronto encuentras una pieza difíciles ni vas a abandonar el grupo porque no seas uno de los jugadores titulares). Por otro lado, necesitamos ayudarles a decidir cuándo es tiempo de cambiar dirección o, simplemente, abandonar algo.
Pero, ¿cuándo sabes que algo es demasiado? Debes replantear la agenda si:
- Tu hijo no duerme lo suficiente.
- Tu hijo no tiene suficiente tiempo para hacer los deberes.
- Tu hijo no dispone de tiempo para estar con sus amigos y familiares.
Lo importante de la
planificación es que nos ayuda a ordenar las cosas que necesitamos hacer y las cosas que queremos hacer.
2. Cuidarte a ti mismo
Ser padre es el trabajo de tu vida, el trabajo de tu corazón, y el trabajo que te transforma para siempre. Pero mientras lo hacemos,
necesitamos mantener las pasiones y los pasatiempos que nos hacen ser quienes somos, y que nos han llevado al lugar y al momento de nuestras vidas en el que estamos listos para tener hijos. A ellos les debemos toda nuestra atención (y bien merece la pena recordarnos que prestar atención de verdad significa limitar nuestro propio tiempo frente a las pantallas y asegurarnos de que hablamos, leemos en voz alta y jugamos con ellos), pero también
nos debemos atención a nosotros mismos.
Lo que tu hijo recordará cuando los años pasen es
el tiempo que estuviste con él, pero también es importante que se den cuenta de cómo mantienes tus propias amistades y pones tiempo y energía en las cosas que más te importan, desde tu trabajo, pasando por el bienestar físico, hasta los intereses especiales y las aficiones que te hacen ser la persona que ellos conocen.
Tal vez no seas capaz de perseguir ninguna de tus pasiones de la misma forma en que solías hacerlo antes de tener un hijo. Tal vez debas negociar el tiempo, hora por hora, reconociendo qué es lo más importante, y cambiándolo, quizás, por lo que es lo más importante para tu pareja o tu familia. Serás, por definición, un pintor diferente, así como un corredor diferente, un bailarín diferente, un amigo diferente y un salvador del mundo diferente. Pero también te darás cuenta de que la experiencia de cuidar a un niño pequeño te ayuda a concentrarte mejor y a aprovechar la oportunidad cuando por fin tienes ese precioso tiempo para ti mismo.
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Niño agobiado con muchos deberes | Fuente Shutterstock[/caption]
3. Cómo encontrar el equilibrio
Muchos padres se preocupan porque piensan que sus hijos tienen una
cantidad irrazonable de deberes. Si tú eres uno de ellos
y piensas que alguno de sus profesores le pone demasiadas tareas para hacer en casa, debes hacérselo saber, aunque también tendrás que valorar que es posible que, si tu hijo pasa demasiado tiempo haciendo los deberes, puede deberse a otras razones, como a una discapacidad de aprendizaje.
Para muchas familias hoy en día, la mejor negociación acerca del manejo del tiempo gira en torno al uso de pantallas. Esta puede ser debido a que las pantallas sirven para muchos propósitos en la vida de los niños, por lo que puede que hagan sus tareas con diferentes dispositivos electrónicos, pero, ¿qué pasa con el tiempo que pierden chateando o navegando por la web?
Algunas responsabilidades familiares, como pasear al perro o sacar la basura, pueden ayudarte a desengancharle del mundo virtual. Finalmente, tenemos que practicar lo que predicamos, desde dejar nuestro propio trabajo para disfrutar de tiempo en familia, hasta
quitar de la mesa nuestros propios teléfonos para disfrutar de una discusión familiar durante la cena.
Nuestros hijos escuchan lo que decimos y observan lo que hacemos.
Prueba
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