Los niños y las niñas crecen en un ambiente de relaciones y, cada vez más, estas incluyen las pantallas. El acceso temprano a los
dispositivos electrónicos crea unos patrones de exposición y uso. Los límites de su utilización son esenciales debido a la influencia de las nuevas tecnologías en el
desarrollo cognitivo, emocional y social, como ahora veremos.
Un recurso que implica riesgos
La dinámica de estrés, inmediatez y exigencia en la que vivimos fomenta que actuemos desde el nerviosismo y nos encontramos sin recursos para parar y gestionar las situaciones que pueden darse en el día a día. En esas ocasiones,
las familias sienten a menudo que están desbordadas y no tienen tiempo para manejar las emociones, la frustración o el aburrimiento de sus hijos e hijas. Es entonces cuando les dan el móvil o la
tablet, o bien encienden la televisión, con el fin de calmarlos.
¿Qué sucede con esta forma de proceder? Pues que el niño o la niña no aprende a
gestionar las emociones, presenta una mayor dificultad en la resolución de la frustración y, además,
una adicción a la sobreestimulación. Y no solo eso, también deja apartada
la creatividad, la calma y algunos aspectos cognitivos, como
la atención sostenida o la inhibición.
Lo que reflejan los estudios
El hecho es que el uso abusivo de las tecnologías afecta a su desarrollo cognitivo, emocional y social. Desde la American Psychological Association y la Canadian Pediatric Society afirman que
los bebés de 0 a 2 años no deben tener contacto alguno con las pantallas,
de 3 a 5 años lo deseable es que las utilicen menos de una hora al día y
de 6 a 18 años, menos de dos horas diarias.
Los niños expuestos a las tecnologías desde edades tempranas —menores de 6 años— muestran
dificultades en la adquisición del lenguaje, además de problemas de atención sostenida, memoria de trabajo y control de impulsos. Y se ha evidenciado cómo, además, reduce la interacción en las familias. Su empleo excesivo en la infancia también está relacionado con cambios en los niveles de actividad física, el comportamiento sedentario y los
trastornos del sueño.
El único beneficio demostrado de las pantallas en los menores son
las videollamadas interactivas para apoyar las relaciones a larga distancia.
Pero
la mayoría de los niños y niñas de 2 años recurren a ellas a diario, y 9 de cada 10 conocen uno de estos dispositivos antes de su primer cumpleaños.
El 60 % de los menores de 3 años usa de forma habitual los táctiles. Otro dato significativo es que en gran parte de los hogares nos encontramos con que
la televisión está encendida siempre.
Consejos para que los niños hagan un buen uso de las tecnologías
Algunas recomendaciones respecto a la utilización de estos medios y a la comunicación sobre ellos en el entorno familiar son:
1. No actuar de forma exagerada
Nos guste o no, la tecnología es una parte muy destacada de nuestro mundo moderno. No ayudaremos a nuestros hijos e hijas si actuamos de manera muy restrictiva. Lo que debemos hacer es
crear hábitos saludables.
2. Enséñales cuál es su finalidad
Explícales que la
tablet, los ordenadores, la televisión y el móvil
no son juguetes y deben utilizarse con cuidado. Argumenta con ellos los beneficios de la tecnología, así como los riesgos.
No los asustes, pero aporta razones respecto a la importancia de
respetar la privacidad y proteger la información personal de manera apropiada para su edad.
Estas conversaciones deben ser continuas y más detalladas a medida que crecen.
3. Cuida la hora de dormir
El uso de los medios digitales puede interferir en
la calidad del sueño, dado
su potencial de efectos estimulantes y como supresores de melatonina. Restringe su empleo al menos a una hora antes de ir a la cama.
4. Presta atención y pon límites al contenido que visualizan
Es esencial
la comunicación, tener conversaciones sobre qué sitios y qué tipos de contenido están prohibidos, y por qué.
5. Educación en línea
Debido al aumento de casos de
acoso cibernético, deben ser conscientes de la necesidad de
mantener el respeto y la educación en estos medios.
6. Habla sobre la toma de decisiones digitales
Ten conversaciones sobre cómo
navegar de forma segura. Y enséñeles a no responder a mensajes no solicitados de extraños, y a verbalizarlo si sucede.
7. Fomenta las amistades en la vida real
Algunos niños y niñas a los que les resulta difícil relacionarse con sus compañeros pasan más tiempo en línea que jugando con amigos en la vida real. Pero
las amistades digitales no reemplazan a las de carne y hueso. Ayuda a tu hijo o hija a desarrollar habilidades sociales y fomenta sus relaciones en la vida real.
Prueba
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