Si te quejas de la música que escuchan tus hijos adolescentes porque no te gusta nada de nada, te interesará leer este artículo, porque te ayudará a
relativizar el asunto.
Nuria Llorente Sáez, psicóloga y pedagoga, aconseja a los padres y madres que comparten esta forma de pensar que se centren en seguir educándoles, como hasta ahora, en
el respeto y la igualdad.
Muchos padres piensan que las letras de las canciones que les gustan a sus hijos tienen
rasgos machistas e incluso incitan a la violencia. Lo cierto es que esta circunstancia no es nueva, generaciones anteriores a la nuestra ya pasaron por ella.
Pero la pregunta sigue siendo la misma de entonces: ¿qué podemos hacer los padres ante esta situación?
Es obvio que
prohibirles a los jóvenes que oigan determinada música
no es la solución, para empezar, porque no podemos (ni debemos) controlar su vida las veinticuatro horas del día. Nos enfrentamos entonces a otra opción: educar en el respeto, la tolerancia y la igualdad.
Recursos para contrarrestar los mensajes de las canciones
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La educación recibida es una referencia que ayudará a nuestros hijos | Fuente: Canva[/caption]
¿Y cómo puedes, en la práctica, seguir con tu labor educativa para contrarrestar los mensajes de la música que escuchan tus hijos adolescentes? Veamos seis maneras de hacerlo:
1. Ejemplo
Ser
modelos de nuestros hijos en patrones de conducta en los que prime la igualdad entre el hombre y la mujer.
2. Naturalidad
Tratar el tema con naturalidad, creando
espacios de comunicación familiar en los que se pueda debatir el porqué de las letras de esas canciones y el porqué de la necesidad de cuestionarlas.
3. Espíritu crítico
Fomentar el
espíritu crítico en nuestros hijos desde la infancia. Cuando empiezan a poder comunicarse con nosotros es el momento de dotar de argumentos nuestras decisiones y ofrecer la posibilidad de que nuestros hijos argumenten a favor o en contra de ellas. El objetivo no es que decidan ellos a edades tempranas sobre determinados temas que seguramente no les corresponden; el objetivo es
que sean capaces de cuestionar con criterio cualquier mensaje externo.
4. Sexualidad
Educar en la
sexualidad responsable en la que tanto hombres como mujeres elijan y decidan libremente,
evitando roles machistas y estereotipos violentos.
5. Autoestima
Favorecer una autoestima positiva,
queriéndolos incondicionalmente para que ellos lleguen a quererse de la misma manera. De este modo serán capaces de poner límites a lo que no desean en su vida.
6. Opciones
Ofrecer alternativas. Es importante que tengan acceso a otro tipo de música, a otros autores, a otros modelos musicales. Si en casa ponemos música normalmente, con seguridad tendrán también como referentes canciones con otra temática.
Diálogo y más diálogo
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Crea espacios de diálogo con tus hijos | Fuente: Canva[/caption]
A veces, los padres nos centramos en imponer límites inamovibles a nuestros adolescentes, olvidándonos de que a esta edad han dejado de ser niños. Esta es la etapa de la vida en que
debe primar el diálogo, la escucha y el consenso, tanto por parte de los padres como de los hijos.
Olvidémonos de la imagen desfavorable que tenemos de los adolescentes y de su música, porque esta imagen lleva asociada la exigencia de aplicar en casa medidas que poco tienen que ver con el diálogo.
La familia sigue siendo el centro, pero hay que darles autonomía
Recordemos, no obstante, que, durante la adolescencia,
la familia continúa siendo el lugar de desarrollo fundamental para el bienestar de nuestros hijos, algo que influye directamente en su crecimiento general positivo.
Unamos estos aspectos a
la promoción de la autonomía del adolescente. Es decir, sigamos próximos a nuestros hijos al mismo tiempo que los animamos a expresar su individualidad. Es en ella donde se incluye la música que a veces nos gusta tan poco.
Si bien es cierto que a medida que nuestros hijos crecen ejercemos menos control directo sobre determinados aspectos, como la música que escuchan y los mensajes que esta contiene, también es verdad que
nuestra influencia como padres deja una huella a través de nuestras actitudes, valores y motivaciones que repercutirán en las elecciones que nuestros hijos hagan.
La adolescencia es una etapa de la vida en la que nos identificamos con mayor facilidad con los mensajes que trasmite la música que nos gusta, y esta influye en el desarrollo de nuestra identidad como seres humanos. Por ese motivo, los padres tenemos que atender a una circunstancia real que viven nuestros hijos, ponernos manos a la obra y
servir de filtro ante determinada información que les llega a través de sus canciones favoritas.