Dos tipos de personas: Las controlables y las invulnerables
El instructor en la Escuela de Negocios para Graduados de Stanford, Nir Eyal, lo explica así: “en el futuro, habrá dos tipos de personas en el mundo, aquellos que dejan que su atención y sus vidas sean controladas y coaccionadas por otros y aquellos que orgullosamente se consideran invulnerables”. [caption id="attachment_364945" align="aligncenter" width="700"]
Cómo enseñar a los niños a ser invulnerables desde pequeños
Esta crucial habilidad para enseñar a los niños precisa de mucha paciencia y de una firme seguridad en nuestro papel de padres. Desde una corta edad, el descontento al privarles de su dispositivo preferido será más que patente. Y precisamente ese es el momento en el que tenemos que empezar a actuar enseñándoles que:1. El tiempo frente a pantallas repercute en el destinado a otros fines
Siguiendo las recomendaciones de Richard Ryan, uno de los investigadores más activos del mundo en lo relacionado con el comportamiento humano, nuestros hijos deben ser conscientes, tan pronto como sea posible, de que los ratos que pasan frente a una pantalla restan tiempo a otras actividades. Desde practicar ese deporte que les gusta hasta pasar tiempo con sus amigos o con nosotros. [caption id="attachment_364950" align="aligncenter" width="700"]
2. Las aplicaciones están diseñadas para captar nuestra atención
Por otro lado, a partir de que su propio entendimiento del mundo lo permita, han de saber que esas plataformas interactivas que utilizan están concebidas para generar dependencia en los usuarios. Denominado alfabetización mediática por el profesor Eyal, este campo de aprendizaje se centra en hacer comprender a los niños que la diversión que ofrecen estas aplicaciones no es un acto desinteresado. A cambio, las empresas que hay detrás se lucran con la atención y el tiempo que las dedicamos.3. Ellos deben fijar los límites
Con los anteriores conceptos claros, es hora de arriesgarnos y preguntarles cuánto tiempo consideran ellos mismos que deberían pasar diariamente frente a una pantalla. Para ello, podemos utilizar referencias como la duración de sus capítulos de dibujos animados favoritos. Por ejemplo, si normalmente ven dos episodios de 20 minutos al día, lo normal es que dediquen ese mismo lapso a jugar a videojuegos. Si se exceden, son ellos los que deben entender que estarán privándose de otras cosas que también les gustan, lo cual tienen que saber controlar. ¿Cómo? Lo mejor es dejar la elección en sus manos. Un reloj de pulsera, un despertador o un temporizador de cocina son buenas alternativas para que, bajo su manejo y nuestra supervisión, los avisen cuando el tiempo haya expirado.4. El cumplimiento de esas reglas debe prolongarse durante toda la vida
La teoría es importante, pero ineficaz si no se acompaña con actos. En este caso, son nuestros hijos los encargados, con el paso de los años, de establecer sus propias reglas y de cumplirlas a rajatabla. La interiorización de este ejercicio de autodisciplina es el último paso en el aprendizaje de la mejor habilidad para enseñar a los niños: la de ser capaces de convertirse en sujetos invulnerables.
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