Educar en la inteligencia emocional en edades tempranas
Es crucial que los niños aprendan a diferenciar pronto las emociones para que sepan explicar cómo se sienten y comprendan cómo se pueden sentir sus compañeros. Es un paso fundamental para conseguir un adecuado desarrollo de su autoestima y su autoconcepto. Además, esta capacidad constituye una habilidad social básica. Desde la primera infancia, van aprendiendo cómo gestionar las emociones a través de lo que ven en las actuaciones de los adultos que tienen a su alrededor. Porque adquieren estos conocimientos por imitación de sus modelos de referencia: la familia y la escuela.La estructura básica del sistema afectivo
Hay tres factores esenciales que influye en la construcción del esqueleto emocional de los niños:- La madurez del menor.
- Su propio temperamento.
- La capacidad de socialización.
¿Cómo podemos fomentar la empatía en los niños?
- Siendo un ejemplo. Demostrando empatía, escuchándolos y acompañándolos cuando tengan un problema o no se sientan bien.
- Dando importancia a todo lo que nos quieran contar.
- Prestando atención a sus sentimientos, sin juzgarlos.
- Aceptando que cada uno tiene sus propias emociones.
- Expresando tus sentimientos y ayudándoles a entenderlos.
La cara es el espejo del alma
Una forma natural de enseñar las emociones básicas a los niños es animarlos a descubrir cada una de ellas a través de las expresiones faciales. De esta manera, asocian cada sentimiento con cada gesto que lo representa, y reconocerlos se convierte en algo familiar y sencillo.- Alegre: con una gran sonrisa.
- Triste: con la boca hacia abajo.
- Enfadado: con el ceño fruncido.
- Asustado: con la boca temblorosa.
- Confundido: con la boca hecha un lío.
- Sorprendido: con los ojos bien abiertos.
Cómo reaccionamos ante lo que pasa a nuestro alrededor
Según el psicólogo Paul Ekman, pionero en el estudio de las emociones humanas, podemos clasificarlas en varios grupos:1. Básicas o primarias
Son las que experimentamos en respuesta a un estímulo externo: tristeza, felicidad, sorpresa, asco, miedo e ira.2. Secundarias
Se desencadenan por el contexto y las normas sociales y morales. Se producen siguiendo a las primarias. Por ejemplo, al sentir miedo, dependiendo de la situación que estemos viviendo, podemos experimentar, además, enfado o amenaza.3. Positivas
Son las que afectan de manera satisfactoria a nuestro bienestar, como la alegría, la satisfacción y la gratitud.4. Negativas
Obviamente, son las opuestas a las anteriores y, aunque afectan negativamente a nuestro bienestar, resultan esenciales y forman parte del proceso de aprendizaje. Entre ellas se encuentran el miedo o la tristeza.5. Ambiguas
Se conocen también como emociones neutras porque, en principio, no nos pueden afectar ni positiva ni negativamente.6. Estáticas
Surgen por manifestaciones artísticas como la música o la pintura.7. Sociales
Son las que nacen a raíz de las relaciones que tenemos con otras personas y de lo que sentimos hacia ellas, como el orgullo o la admiración.8. Instrumentales
Pueden parecer naturales, pero son aquellas que se manifiestan como fruto de la autosugestión, al someternos a ciertos contextos de manera voluntaria, para hacer que una parte de esa emoción influya en nuestra forma de comportarnos. Esta clasificación nos sirve para conocer mejor lo que sentimos ante las experiencias que vivimos y, gracias a la inteligencia emocional, podemos identificar y gestionar las nuestras y las de los que están a nuestro alrededor.Los cimientos de la maduración afectiva
La inteligencia emocional cuenta con 5 aspectos importantes que son la base del desarrollo afectivo:1. Autoconciencia
Saber lo que sientes en un momento determinado y entender cómo esos estados de ánimo pueden afectar a otros.2. Autorregulación
Cómo responder ante estas emociones, y disponer de los recursos necesarios para hacerlo de la manera más adecuada.3. Motivación
Qué es lo que te mueve a alcanzar tus metas, superando sentimientos negativos.4. Empatía
Ser capaz de entender cómo se sienten los demás.5. Habilidades sociales
Descubrir y conocer qué tipo de comportamientos provocan una reacción positiva en los demás, para conectar con ellos y establecer relaciones personales sanas. En resumen, la capacidad de expresar correctamente los propios sentimientos constituye una habilidad social primordial. Y hemos visto que, desde que son muy pequeños, los niños aprenden a gestionar las emociones a través de lo que ven en las actuaciones de los adultos que tienen a su alrededor. Precisamente porque adquieren estos conocimientos por imitación de sus modelos de referencia, que son la familia y la escuela, es tan determinante la educación en inteligencia emocional en edades tempranas. Un trabajo que tendrá un gran valor en su futuro.Carolina Repollés Directora del Centro de Educación Infantil Divertia Centro asociado a ACADE
