Machismo
Aunque parezca increíble, en una sociedad del primer mundo y del siglo XXI en la que vivimos, más de la mitad de los 1000 jóvenes encuestados niega que exista desigualdad, y defiende posiciones machistas que justifican la dominación masculina. Esto se manifiesta en sus relaciones de pareja, como grabar o hacerle fotos sin permiso, y la violencia, como amenazar con hacerle daño si lo deja, tratar de que no vea a sus amistades, decirle que no vale nada o controlar permanentemente dónde está. Todavía sigue habiendo un tercio de los varones encuestados que defienden el rol tradicional del novio como protector y los celos como una prueba de amor, frente a una cuarta parte de ellas que también lo consienten.Trabajando en la misma dirección desde todos los ámbitos seremos capaces de conseguir la igualdad de oportunidadesComo padres deberíamos asegurarnos de que nuestros hijos no están ejerciendo esta dominación o, al contrario, dejándose someter por sus parejas, ya que estas actitudes comienzan en edades muy tempranas, muchas se producen a través de la tecnología y se ven amplificadas en las redes sociales.
Capacidad en función del género
Respecto a las habilidades, aún hay muchos jóvenes que siguen pensando que la inteligencia y la capacidad es cuestión de género, y no de preparación, formación o trabajo. Más aún cuando se evalúa la idoneidad en función del ámbito profesional, donde sigue existiendo una importante corriente de pensamiento que lo pone en duda, especialmente lo referente a las profesiones STEM, que son las más demandadas en la actualidad. Por eso, es fundamental que desde muy pequeños nuestros hijos estén expuestos a juegos, talleres y actividades que fomenten estas áreas, no solo para asegurar a las niñas que pueden desarrollar sus capacidades y despertar su amor a las ciencias, sino también para que los niños vean que estas son capaces. Por ello, las películas con mujeres independientes, inteligentes y seguras como protagonistas, así como los libros que cuenten la historia de las que fueron pioneras en diferentes áreas consideradas propias de hombres son un excelente recurso para fomentar la normalización de este tipo de mujeres y de sus roles. Estoy convencida de que si trabajamos en la misma dirección desde todos los ámbitos, tanto doméstico, educativo o laboral, como desde instituciones y medios de comunicación, seremos capaces de conseguir la igualdad de oportunidades en cuanto a roles y capacidades de hombres y mujeres.
Prueba
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