La adolescencia es una etapa de cambios profundos, no solo a nivel físico, sino también en lo que respecta a la identidad y los valores. Es frecuente que los adolescentes exploren nuevas ideas y estilos de vida, incluido el veganismo o deseo de seguir una dieta libre de productos de origen animal. Este tipo de decisiones suelen estar motivadas por razones éticas, medioambientales o de salud, y como padres, puede suponer un desafío saber cómo reaccionar. Aunque con el debido asesoramiento profesional, estas elecciones alimentarias son perfectamente saludables, es normal que surjan interrogantes, como por ejemplo: ¿estará mi hijo recibiendo todos los nutrientes que necesita? ¿Qué diferencias hay entre ser vegano y vegetariano? Y, sobre todo, ¿cómo apoyar su decisión de forma responsable y equilibrada?

Niños y adolescentes veganos o vegetarianos: ¿qué implicaciones tiene?

Antes de abordar el impacto de estas dietas en los adolescentes, es importante aclarar las diferencias entre ambas. Una dieta vegetariana excluye la carne y el pescado, pero suele incluir otros productos de procedencia animal como huevos, leche y derivados lácteos. En cambio, una dieta vegana excluye todos los alimentos de origen animal y se basa exclusivamente en productos vegetales. Diversos estudios y organismos, como la Asociación Española de Pediatría (AEP), coinciden en que las dietas vegetarianas y veganas son adecuadas en la infancia y la adolescencia, siempre que estén bien planificadas. Por su parte, la Academia Americana de Nutrición y Dietética considera que son nutricionalmente completas y pueden aportar beneficios en la prevención de enfermedades crónicas como la obesidad o la diabetes tipo 2. Sin embargo, advierten que la supervisión de un profesional de la salud es fundamental para evitar deficiencias. Uno de los principales retos es garantizar un aporte adecuado de ciertos nutrientes clave como el hierro, el calcio, la vitamina B12, los ácidos grasos omega-3 y el zinc. En particular, la vitamina B12 no está presente en alimentos vegetales y debe ser suplementada en dietas veganas. Por ello, la colaboración con un nutricionista es esencial para diseñar un plan alimentario equilibrado.

Cómo actuar si tu hijo quiere ser vegano

Escuchar su opinión, sin juzgar

Cuando un hijo adolescente plantea esta opción alimentaria, lo primero es escuchar y mostrar interés por sus razones. Esto no solo fortalece la comunicación familiar, sino que también permite entender mejor sus motivaciones, que pueden ir desde el respeto a los animales, hasta una preocupación genuina por el medio ambiente.

Establecer límites

Una vez entendido el porqué, es fundamental establecer ciertos límites y pautas. Los padres pueden acordar que el compromiso con una dieta vegana o vegetariana implique responsabilidad por parte del adolescente, como aprender sobre nutrición básica y participar en la planificación y preparación de comidas. Esto no solo asegura un enfoque más consciente, sino que también fomenta la autonomía.

Acudir a un nutricionista

Es importante trabajar junto a un profesional de la salud para garantizar que no falten elementos esenciales. Por ejemplo, incluir fuentes vegetales de proteínas como legumbres, tofu, tempeh, frutos secos y semillas, así como cereales integrales enriquecidos, puede ser clave para el crecimiento. La suplementación de vitamina B12 y un control periódico de niveles de hierro también son medidas recomendadas.

Supervisar su dieta

Finalmente, es esencial encontrar un equilibrio entre respetar la decisión del hijo y velar por su bienestar. Esto implica supervisar a diario su dieta, estar atentos a posibles signos de carencias nutricionales, como fatiga o cambios en el estado de ánimo, y mantener un diálogo abierto. Con apoyo, información y un enfoque equilibrado, esta transición puede ser una experiencia enriquecedora para toda la familia. Al apoyar de forma informada a los adolescentes en sus decisiones alimentarias, no solo fomentamos su salud, sino también su capacidad para tomar decisiones responsables y alineadas con sus valores. Con un enfoque adecuado, una dieta vegana o vegetariana puede ser una oportunidad para crecer juntos como familia.

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