¿En qué consiste? ¿Qué beneficios tiene?
Esta pretende aprovechar la facilidad de aprendizaje y la capacidad de adaptación del niño para sacar el máximo partido a sus capacidades psíquicas, emocionales, motrices y sociales. En este periodo, poseen una gran plasticidad neuronal que, sumada a la gran velocidad con la que absorbe los aprendizajes, se convierte en el momento idóneo para realizar actividades que conllevarán en un futuro a unas mejores cualidades en el desarrollo de cualquiera de sus capacidades. La estimulación temprana favorece el desarrollo de conexiones neuronales, esto va a suponer una mayor capacidad cerebral que permitirá el mejor acceso y aprovechamiento de los aprendizajes a lo largo de su vida. Su finalidad es fomentar la relación paterno filial. El hecho de potenciar la solidez de la misma provocará en el niño el crecimiento del equilibrio emocional y de unas armoniosas relaciones interpersonales. Cuando nuestros hijos se sienten amados, seguros y escuchados su autoestima y confianza en sí mismos se van construyendo¿Cómo podemos lograr una sólida relación con nuestros hijos?
Nuestras actitudes van a marcar la diferencia. Si con nuestras acciones, palabras y gestos los acompañamos en el momento vital en que se encuentran, tendremos todo de nuestra mano. Una de las claves para que esto suceda es que nuestro comportamiento sea de respeto. Cuando aceptamos cómo son y quiénes son, les estamos diciendo "puedes hacerlo", "confío en ti", "me importas", "vales mucho", "quiero estar contigo", palabras infinitamente valiosas que no debemos dar por supuestas solo por el hecho de saber cuánto amamos a nuestros hijos. Ellos necesitan que se lo digamos continuamente, con palabras, con acciones y con gestos. Desde ahí van a construir su realidad y van a ser capaces de mirar el mundo que les rodea con alegría, seguridad, capacidad, ilusión, desde una perspectiva positiva y con ganas de crecer. Estos necesitan sentirse importantes y queridos, y para ello, debemos hacerlo explícito, sin importar su edad. Un bebé de meses quizá no entienda cada palabra que le decimos, pero sí va a sentir nuestras manos al cogerlo, nuestro abrazo al acurrucarlo o va a comprender nuestro tono de voz cuando le hablemos. Con esta actitud paterna tendrá sentido que busquemos realizar actividades encaminadas al desarrollo de sus potencialidades. Es desde ahí desde donde se establecen tres pilares fundamentales para la estimulación temprana. Las tres claves serían:- La primera de ellas es dejar 'ser' a cada niño, tal y como es, con su personalidad, respetando sus tiempos, su forma de ser. Por supuesto habrá que ir moldeando y poniendo límites, pero siempre intentando hacerlo desde "el lugar" en el que se encuentran, así como desde la comprensión y el entendimiento de cómo son.
- La segunda es 'estar'. Dejarle ser a través de sus actos, a través de su comportamiento. Esto lo irán aprendiendo con los modelos que le pongamos delante (padres, familiares, amigos) y con el ambiente que tenga a su alrededor.
- La tercera es dejarle 'experimentar'. El niño, gracias a esta experimentación es capaz de crecer y aprender. Este debe probar, ensayar, decidir, explorar, vivir de su propia experiencia, facilitándole el sentido común.

Cuatro ideas que pueden ayudarnos
- Favorecer la exploración sensorial
Una de las recomendaciones que os damos es impulsar la exploración sensorial para despertar su curiosidad. Si dejamos que sea él quien descubra las cosas por sí mismo, cada estímulo le resultará enriquecedor y querrá continuar creciendo en uno u otro aspecto.
- Posibilitar el movimiento físico ajustando las actividades a la edad
- Comunicarnos con palabras
- Motivarle y felicitarle
