Un ideal de belleza impuesto
El ideal adulto socialmente aceptado de femineidad reducido a proyectar ser sexy es socialmente aceptado. Sin embargo, impuesto en las menores limita su construcción de identidad. Las entrevistas de nuestro estudio se realizaron con niñas de entre 8 y 11 años procedentes de colegios públicos y privados y pertenecientes a familias con al menos dos hijos, de clase social media o media-alta, con estilo de vida tradicional y en las que existe un control parental en el acceso de las menores a los contenidos digitales difundidos a través de Internet. Les mostramos 8 imágenes de varias marcas de moda que reflejan distintos grados de sexualización. Aunque las entrevistadas no declararon directamente nada sobre el atractivo sexual de las niñas representadas con esos atributos, rechazaron los escenarios, posturas y gestos más sexualizantes de forma más negativa que los adultos, corroborando estudios previos donde se perciben “sin espontaneidad, narcisistas y con el único objetivo de lograr reconocimiento público y admiración”.Creídas, mandonas, chulas…
Asimismo, las calificaron como “creída, mandona, dominante, egocéntrica, chula, rebelde, insolente, desafiante y menos inteligente”, en escenarios poco reales para su edad, confirmando estudios previos en los que se constata que “las niñas piensan que se ponen en riesgo cuando parecen mayores de lo que son”. Como son los menores los que más influencia tienen en sus iguales, la primera recomendación es el importante trabajo conjunto con los padres, agentes intermediarios en el uso de los medios y en la formación en la actitud crítica sobre los aspectos y contenidos de los medios. Es deseable también trabajar en más centros educativos con una muestra más amplia, con niños, y con una metodología que permita recoger las expresiones faciales y emociones de las menores. Finalmente, planteamos abrir una conversación directa sobre la responsabilidad social de creativos y responsables de marketing de algunas firmas que inciden en un estilo adulto y de atractivo sexual claramente rechazado por las participantes infantiles. Incorporar expertos en infancia para configurar contenidos multimedia adecuados para la audiencia infantil podría resultar muy saludable para los menores.
Carmen Llovet, Profesora de Comunicación, Universidad Nebrija Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.