¿Queréis encontrar una actividad divertida para toda la familia? La jardinería puede ser un entretenimiento perfecto para las tardes de primavera o verano.
En el jardín, en la terraza o en un patio trasero podéis crear
un huerto en el que participéis todos. Observando cómo nacen, crecen y dan frutos las plantas, los niños aprenderán más que en cualquier libro o documental. Además, la jardinería tiene
grandes beneficios, entre ellos, que estimula la responsabilidad, porque tendrán que ocuparse de mantener sanas las plantas. Si no lo hacen, las frutas o las verduras se pueden echar a perder. Además disfrutarán de un tiempo de
ocio al aire libre muy entretenido e instructivo.
Claves para practicar la jardinería y crear un huertito
Pero crear un huerto no es un simple plan para pasar el rato, porque también requiere
paciencia, planificación y constancia, habilidades que a vuestros hijos e hijas les vendrá muy bien trabajar (y seguramente, también a vosotros). Para que este pequeño proyecto familiar de jardinería os salga bien, os vamos a dar algunos consejos útiles.
1. Encontrar el lugar perfecto
Lo primero que necesitáis es encontrar el lugar adecuado para ubicar vuestro huerto. No importa el tamaño, sino que el sitio elegido cuente con la luz solar necesaria, que deberá ser de unas
seis horas al día Encontrarás interesantes consejos a este respecto en los recursos que ofrece la campaña
#PlantHealth4Life de la
Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). En la web de esta iniciativa, dirigida a concienciar a la sociedad, y particularmente a los niños, sobre los profundos vínculos entre la buena salud vegetal y nuestra vida cotidiana, se explica la importancia de tener en cuenta
la luz solar, el tipo de suelo y las necesidades hídricas de las plantas.
2. El material
Lo segundo que necesitas es comprar guantes de jardinería y herramientas como palas, rastrillos o azadas. También habrá que hacer acopio de
semilleros, macetas de diferentes tamaños y tierra.
Si no tenéis una toma de riego o un grifo cerca, necesitaréis
regaderas para echar el agua con facilidad. Una sugerencia: haced una foto antes de empezar y otra, unos meses después para comparar y ver el resultado.
3. Prepara la tierra
Hay que
airear la tierra antes de plantar nada en ella, para lo que habrá que removerla con una pala de jardinería; esta tarea seguro que les encanta a los niños. También conviene añadir
compost o abono orgánico para proporcionarle los nutrientes necesarios.
4. Decidid qué plantaréis
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Hace mucha ilusión ver los primeros tomates salir | Fuente: Canva[/caption]
Tal y como explican los expertos de EFSA, lo mejor es elegir
variedades adaptadas a la zona: requieren menos mantenimiento y combaten plagas y enfermedades de forma natural. Además, lo más aconsejable es empezar con
plantas fáciles de cultivar como tomates, lechuga, pimientos o hierbas aromáticas, como tomillo, romero y albahaca. Pero si tenéis dudas, preguntad en la tienda de jardinería donde vayáis a comprar las semillas. Debéis explicarles cómo es el espacio que habéis elegido y la iluminación que tiene.
Si compras variedades procedentes de terceros países, asegúrate de que tienen un
certificado fitosanitario, que demuestra que han pasado por un control y que están libres de plagas de cuarentena.
5. Todo organizado
Divide el huerto
en secciones; así será más fácil su cultivo y cuidado. También ayuda saber que hay ciertas plantas que juntas forman asociaciones perfectas, es decir que se ayudan unas a otras; por ejemplo, tomates y albahaca; cebollinos y zanahorias, o ajo y rosas. Descubre más sobre este interesante '
colaboración vegetal'
aquí.
Sigue las instrucciones del paquete de semillas y respeta las indicaciones respecto a profundidad y distancia entre ellas. Y después de cubrirlas con tierra, riégalas suavemente. Para terminar, haced
etiquetas con el nombre de cada variedad para poder identificarlas a medida que crecen.
6. ¡A plantar todos juntos!
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No es mala idea empezar por unas aromáticas | Fuente: Canva[/caption]
El momento de la plantación es bastante emocionante, así que nada como el
trabajo en equipo con la colaboración de toda la familia. A los niños les gustará hacer agujeros en la tierra para introducir las semillas. También disfrutarán regándolas, observando su crecimiento y recogiendo sus frutos.
En la cocina podéis ir completando un tablón con las diferentes fotografías que tomen los niños del huerto.
7. Protege las plantas
Puedes emplear mallas u otro tipo de coberturas para proteger tus cultivos de plagas y enfermedades. En caso de que ya estén infectados, trata de buscar métodos biológicos o físicos, no químicos agresivos con el medioambiente.
5. No abandonarlo nunca
Tener un huerto es siempre una responsabilidad. Una vez realizada la siembra, hay que cuidarlo todos los días. Una de las tareas imprescindibles es
quitar las malas hierbas, ya que compiten con vuestras plantas y hortalizas por los nutrientes del suelo. La otra es regarlo con asiduidad y con la cantidad justa. Si os tenéis que marchar de vacaciones, podéis pedirle a algún familiar o amigo que lo cuide en vuestra ausencia, o bien instalar un sistema de riego automático.
Una última sugerencia. ¿Y si hacéis con los niños un
espantapájaros? Lo conseguiréis fácilmente con un par de palos de escoba viejos, una pelota, un sombrero y ropa que ya no uséis.